A continuación presentamos tres poemas de Emily Dickinson (Estados Unidos, 1830-1886), musicalizados por Juan Manuel Torreblanca. Más abajo se pueden leer los poemas de Dickinson en versión del colombiano José Manuel Arango.
Créditos:
Grabación, mezcla y máster: Ariel Cavalieri.
Le tengo miedo al hombre de palabra de palabra frugal,
al silencioso.
Al hablador puedo atraparlo,
distraer al verboso
Pero del que sopesa mientras el resto gasta
su última libra,
de ese me cuido. Temo
que sea grande.
*
Poco sería querer perlas,
yo que poseo el ancho océano.
O broches, si me viste
el Emperador de rubíes.
Oro, si de las minas soy el príncipe;
diamantes, cuando tengo
una diadema que se ajusta a un domo,
por sobre mí continuamente.
*
Morir no duele tanto,
lo que nos duele es la vida.
La muerte es otra cosa: algo
más allá de la puerta,
la costumbre sureña de los pájaros
que antes que llegue el frío
acepta más benignas latitudes.
Nosotros somos aves que se quedan
tiritando a la puerta del granjero
cuya avara migaja demandamos,
hasta que nieves compasivas
hacia el hogar empujan nuestras alas.
Autores
Juan Manuel Torreblanca
/ Ciudad de México, 1980. Estudió piano desde los 10 años con Rosa María Grau en un viejo piano vertical cuyo La estaba medio tono abajo del 440. Hacer música es lo que más ama y ha publicado más de un par de discos —de manera independiente— con canciones propias. (Una de esas canciones probablemente ha sido el ringtone de tu teléfono celular). Puedes escuchar más de su música aquí.
Francisco Hernández
/ San Andrés Tuxtla, Veracruz, 1946. En 2012 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura. Bajo el título En grado de tentativa (2016), el Fondo de Cultura Económica y Almadía reunieron la poesía escrita por Hernández entre 1974 y 2016.