Nosis de Locri (siglo III a. e. c.) fue una poeta. Sus poemas comparten el destino trágico de la mayoría de las obras escritas en la Antigüedad: se perdieron. Sin embargo, por intervención del azar y gracias a las citas de sus versos que se hicieron hace muchos siglos, doce de ellos han llegado hasta nosotras. Hemos tenido suerte. En general, de las poetas griegas sabemos poco y podemos leer poco.
Rescates
No quiero que sea difícil
el camino que conduce a mí
¡Que alguien me oiga!/
Estoy llamando desde que nací./
Ni un momento he dejado de agitar/
mi blanco pañuelo de presencia./
¡Que alguien me vea,/
que alguien se detenga a escucharme!/
No quiero nada extraordinario,/
sencillamente quiero incorporarme./
No quiero ser; quiero tan solo formar parte.
Carta a un joven poeta: una (re)traducción
Permítame repetir que yo no asumo ninguna responsabilidad por mis sentidos cuando leo; yo solamente registro el hecho de que hay una insatisfecha en mí, que se queja porque le parece extraño —considerando que el inglés es una lengua diversa, una lengua exuberante; una lengua sin igual por sus sonidos y colores, por la fuerza de sus imágenes y su poder de sugestión— que estos poetas modernos escriban como si no tuvieran ni ojos ni oídos, ni plantas en los pies ni palmas en las manos, sino solo cerebros honestos, emprendedores, alimentados con libros, cuerpos unisexuales y… Pero aquí lo interrumpo. Porque en lo referente a decir que un poeta debiera ser bisexual, y creo que eso era lo que estaba a punto de decir, incluso yo, que no he tenido la más mínima instrucción científica, trazo un límite y le digo a esa voz que guarde silencio.
Lo más hermoso que dejo atrás es la luz del sol
Lo más hermoso que dejo atrás es la luz del sol;/ lo segundo, las fulgurantes estrellas y el rostro de la luna;/ y también pepinos maduros, manzanas y peras.
Edgar Lee Masters en primera persona
Siempre tuve en mente que escribiría una novela sobre una pequeña comunidad, incluyendo todos los intereses y todas las piezas de una maquinaria que uno encuentra en el ancho mundo o en la metrópolis, pues no encuentras a la naturaleza humana solo en la pequeña comunidad; la encuentras en todas partes.
Dentro de mí mi mundo contra el mundo
Ángel Guinda representa aquellos tiempos ya de otro mundo, cuando la realidad literaria se fusionaba con la vida de la manera más natural: tan poco pretenciosa, tan poco ambiciosa; cuando las relaciones humanas y literarias no tenían nada que ver con el marketing, con el constante uso de todo y todos y con la producción perpetua que no tiene otro fin que producir; con una cierta pureza pero sucia de ganas de vivir, generosidad tan raramente vista que hasta parecía borrar a la persona que se desvanecía en el acto y permitía acceder a un estado más allá del yo, más allá de nosotros.
In memoriam Ángel Guinda (1948 – 2022)
El amor y la muerte son los dos ejes fundamentales de la obra de Ángel [Guinda], y el pilar que edifica su lenguaje es la imaginación.
Juan Carlos Bustriazo Ortiz: la flor del exterminio
porque mentí desde los umbrales/
porque este libro es para tu boca/
mi tenida de luna en luna/
mi arrimada de siesta en siesta/
vos estaráste en él mi quejona/
hasta saber que érate tuyo/
porque este libro es para tu boca/
él fuéme entero por los maíces/
por las calandrias reyentonas/
por los caballos de alma dorada/
por el silencio amoratado/
porque este libro es para tu boca
Poemas al muchacho azul
¿Será esta noche lluviosa y azul/
en la que nos hundamos ebrios en el silencio?/
Bajo la sombra en la oscuridad de algún parque/
¿gemiremos abrazados de nuevo los dos?/
¿Por qué en esta vieja taberna siempre/
me buscas tú y yo te busco solo?/
Solo de día pero sediento de noche/
sediento de tu voz, de tu baile, de ti…
“Los cajones del invierno”: Alejandra Pizarnik en la NRF
El bosque estaba oscuro, es por eso que las hojas suspendidas de las ramas amenazaban con negro y no con verde. “Todo es mentira, pensaba, hasta lo que me decían del color de las hojas”. Tenía tanto miedo que ya no sabía si avanzaba o retrocedía.