(Fragmentos de una estancia como voluntaria en el Albergue Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca.)
Un mapa a veces es más concreto que la visa. Los migrantes llegan caminando sin saber por dónde han estado, sin tener idea de cómo van a llegar a donde quieren. Es loco, vos. Afuera de la oficina del Albergue, el mapa, una araña de Centroamérica a Río Bravo. Para algunos, por primera vez —tantas veces por primera vez cuando han dejado su país yéndose a pie—, moverse tiene un mapa, el tránsito tiene una ruta. Otros ven el mapa y entonces tienen nombre las garitas para las que no tienen papeles: Tijuana, Caborca, Nuevo Laredo.
Tajonear
Rascarse entre las piernas
Meterse el celular en el escote.
Avenida Ferrocarril Poniente #60 Barrio de La soledad C.P.70110. Este lugar existe.
Los rieles del tren queman. Queman frío, queman caliente.
“Lo que sentimos no es ilegal
Lo que sentimos no es ilegal…”
En un templo en ruinas llamado Rashomon: Un monje, un leñador, un peregrino… Todos se atribuyen la muerte.
Muxes, migrantes, migra, migramex, mujeres, miles… En una sola jornada vespertina de hacer registro. Entrevista a entrevista, me disminuyo. —¿Has sido víctima de algún delito? —¿Hubo algún operativo en el tren? —Sí. —Sí.
Después de la cena. “Voy a partir —se para de la mesa— pero no para el otro mundo [Risas].”
Dos mujeres migrantes recién bañadas van por el patio, mientras la mayoría se acomoda para escuchar al pastor evangélico. —¿A dónde van? —A buscar negro. [Risas].
Rascatripas. Curtido curtido curtido. Con arepas, con los frijoles, con el arroz. “A quién le dan col que llore…”
Muda de ropa, jabón, papel de baño. Curación de ampollas. Asistencia psicológica… Tres noches. Tres comidas al día. Se cocina en un fogón de leña en un lugar a más de 34 grados centígrados en febrero.
Migrar: un pie y el otro. Izquierdo, derecho. Sed y amenaza.
A veces, gatear y arrastrarte por tu tripa.
Reptar por la vida.
“La objetividad en Rashomon: un hecho, infinitas miradas […] Primero, la película resalta un socavamiento del principio de claridad, esto es, de confianza en la palabra dada por el otro, conllevando una imposibilidad de conocer la verdad.” Francisco García Lozano.
La verdad no importa, la verdad.
Autor
Camila Krauss
/ Xalapa, 1976. Es poeta. Ha sido becaria del Instituto Veracruzano para la Cultura en el área de creadores con trayectoria. Ha recibido becas de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fonca. Ha publicado La consagración de la primavera (2003), El ábaco de acentos (2008), Sótano de sí (2013) y En las púas de un teclado (2018). Su libro más reciente es Embryos.