La memoria es una casa cerrada
Las palabras podrían ser/ un medio de propulsión/ para alcanzar el silencio/ quiero el silencio/ de una niña que duerme/ acunada en los brazos/ quiero una canción/ para cantarme/ cuando me pierda/ otra vez
Leer másEl trino entrecortado del Pájaro Azulejo
Quien escribe poesía investiga. La obra, sin importar extensiones, es una suerte de estudio de la realidad. A nuestro alcance quedan los poemas de Dickinson para probar los frutos de su observación profunda.
Leer másEn los campos de lo Real
Felices, en ese orden,/ el sabio brahmán,/ el caballero templario/ y el pirata de sombrero tricornio./ Un flamenco/ —que acabo de inventar—/ yergue el pescuezo y muerde/ la parte más frágil/ de tu piel.
Leer másLa palabra no les dio protección
Asientos y mesillas recortadas/ Pasajeros que ingresan al vagón/ Se ajustan a sus lugares como piezas de puzles/ Se cierran las puertas exteriores e interiores/ El tren inicia su movimiento con lentitud/ Pasan edificios en serie
Leer másÁngel
Ha muerto Ángel Ortuño. Tan sólo pensar en lo que significa esa frase ya es una insensatez. Escribirla es inaceptable. Lo conocí en 1991, cuando fuimos asistentes de investigación en el entonces llamado Centro de Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara. Yo ignoraba que fuera poeta, si bien escribíamos anagramas, palíndromos y rimas burlescas, robándole tiempo a nuestras obligaciones. Pese al respetuoso voto de silencio de aquellos cubículos, éramos parlanchines y nos reíamos escandalosamente, muchas veces a costillas de nuestros jefes y compañeros. Un día matamos un ratón en el patio. Lo acorralamos entre dos botes de basura y lo golpeamos con el palo de una escoba. Cuando al fin entendimos que ya estaba muerto, volteamos a vernos con horror, mientras la risa se nos congelaba en la cara.
Leer másRoberto Appratto (en contraste con la “poesía bitcoin”)
Esta “versión” de Appratto comienza con la frase “Lo que se escribe es estrictamente privado”, que al reaparecer huérfana como cierre del libro induce a pensar que puede tratarse de una pista de cariz un tanto oracular y, por ende, no exenta de peligros, en virtud de que no admite una interpretación unívoca ni directa. Hay que leer todo el poemario, para penetrar en esa advertencia o, al menos, quedar con la impresión de que así ha sido.
Leer másUna cadena de ecos y la noche
Me has estado mintiendo./ Tus ganas me lanzan gritos, aullidos rojos./ Entras, clavas algo sobre el piso, algo difuso/ Ese es el paisaje y la señal del olvido.
Leer másMe dirijo hacia un salvaje mar de luz
Báñame en la luz quieta de una gota y recuerda cómo llegué a ser: un lápiz en la mano; la mano helada de mi madre sobre la mía, que era cálida. —Entonces escribimos dentro y fuera de arrecifes de coral, un alfabeto submarino de arcos y puntas, sobre la espiral del caracol, sobre estrellas marinas, sobre brazos afilados de calamares, sobre los techos de las cuevas y formaciones rocosas.
Leer másLa revolución de las aves
Llegó el tiempo, aire de montañas, sombra de los huertos y el sol brillante perfecto para el encuentro. Soy el que espera, he salido del pueblo. El cielo cubierto por las nubes, la tierra vestida con ellas.
Leer másEspacios modulados: construcciones
Es licenciada en Artes Visuales por la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY) y diplomada en fotografía contemporánea por F2 Estación Visual. Su obra ha sido expuesta colectivamente en los estados de Aguascalientes, Guanajuato, Yucatán, Tabasco y CDMX.
Leer másUn extraño en una ciudad distante
El título del poema “Un extraño en una ciudad distante”, que traducimos del árabe al español, hace referencia a la experiencia compleja de un segmento de los palestinos que han tenido que vivir como exiliados en su propio país, como fue el caso del mismo Darwish. Se trata de un sentido de extrañeza o lejanía que siente el autor estando cerca de su hogar.
Leer másCantares aztecas
Pedí a la historia su bordón de oro,/ Su vestido talar, su regio manto,/ Su olímpico valor y su decoro,/ De su prestigio el poderoso encanto:/ Y sintiéndome audaz con tal tesoro/ A restaurar sus glorias me levanto
Leer másDonde una vez tus ojos ahora crecen orquídeas
Mujeres clavadas a la tierra/ con una lanza de hierro/ en medio de las piernas./ El rebozo en la cabeza/ y las manos tan juntas/ que parecían rezar./ Eso le contó mi abuela a mi madre/ mi madre a mí/ y yo a ustedes.
Leer másQueremos decir cosas que soñamos
cuando decimos planeta rojo queremos decir Curiosity/ cuando decimos planeta rojo queremos decir Perseverance/ cuando decimos dos rovers marcianos queremos decir gemelos
Leer másEl lado ciego de las cosas
La visión de mi rostro, mi propio rostro al volverse, es cuanto necesito/ para empujarme al borde, el borde/ del llanto, aunque si vieras más allá de la huesuda escarpa de mi cabeza/ el escamado paisaje lunar que cada mañana se desvanece en el cristal,/ me encontrarías con los ojos secos, demasiado aterrado
Leer másLos otros animales, aún sin nombre
Anoche, mientras él soñaba, la Sierra del Norte me amó,/ me besó rudamente, me miró/ romper mi quinta y mi sexta costilla en las rocas de Blanchisseuse./ Una hoja de coral cuerno de venado se hunde entre mis vértebras,/ pulida por algas, curada en sal e incapaz de ahogarse en mi materia roja.
Leer másBlack suite
La tierra no es redonda/ la tierra es un rectángulo/ de carne sucia y vendas,/ un pedazo de hambre en la cuchara/ La tierra es un valle de cangrejos
Leer másQue nadie se aventure al afuera
Mi calle de casas blancas/ no es el sueño de nadie./ Sus techos de terracota/ no son los de Cadaqués./ Como todas las ciudades fabulosas,/ a mi calle la corta en su centro un río/ por el que navegan todos/ los barcos de papel del mundo…
Leer másLos adagios de Batman (selección)
Cada palabra, aun la más común, la más cotidiana, la más “novedosa”, es devorada por el lenguaje de la poesía. Todos los versos —aun aquellos que no fueron escritos todavía— pertenecen, de un modo secreto e invisible, a la tradición.
Leer másSin alguien que observara la partida
Un condenado más que ha sido condenado/ a estar, a no llegar jamás. Tal vez es un teórico/ de olas a quien nadie pregunta, y nadie necesita./ Podrás pensar que un barco, que jamás / ha zarpado, que nunca sintió el agua, / no es un barco. Si desapareciera,/ nadie le extrañaría como barco de verdad.
Leer másEse corazón en donde nada brilla. Tres poemas franceses
Eres bella: y te quieren./ Eres joven: te sonríen./ Si algún amor pudiera abrirse / en ese corazón en donde nada brilla./ Esta sonrisa de mi tristeza/ se volvería, reflejo lejano,/ hacia el oro cenizo de tu trenza,/ hacia el pálido mástil de tu mano.
Leer másLa poesía de Francisco Martínez Negrete
El poeta es oposición, negación, fuerza destructiva según una leyenda forjada en la imagen más inmediata y superficial del romanticismo a lo Lord Byron —la vida debe ser una obra de arte—, y su poder es tan fascinante que constatar su poca densidad no le resta un ápice a su atracción.
Leer másLa ropa de los enfermos
En la lavandería del hospital donde trabajo la ropa de los enfermos, la ropa de los que o regresan de la úlcera o se dejan amarillear por la muerte, se amontona en bolsas a las siete de la mañana.
Leer másUn libro o una llave
Darío reflexiona en torno a la relación entre palabra y mundo en el nivel enunciativo del texto. Quiere, por ejemplo, “calcular el peso neto de esta cosa indigna de llamarse” o afirma: “metí la lengua por el agujero del objeto” (¿y qué es el lenguaje mismo sino una forma de meter la lengua, como una llave que entra en la cerradura, en los objetos?). La palabra ocupa un espacio, tiene un peso y una contundencia tosca y concreta en este libro.
Leer másLa muerte se pasea por la Alameda
Armando Uribe debe haber nacido viejo. No sé si he visto fotos de él de joven. ¿Fue joven? Es posible que siempre haya vestido igual. Desde el principio de los tiempos. Es de esos personajes que ganaron eternidad por construir una efigie: es el Cristo Pantocrátor de la poesía chilena, y a la vez uno de los mejores ensayistas que hayan pisado las calles de Santiago.
Leer másEl comienzo de un libro es precioso
El comienzo de un libro es precioso. Muchos comienzos son preciosísimos. Pero es breve el comienzo de un libro — mantiene al comienzo prosiguiendo. Cuando este se prolonga, un siguiente libro se inicia. Basta esperar que la decisión de la intimidad se manifieste.
Leer másCuatro reescrituras de Ramón López Velarde
Yo que canté con otros corazones/ en fuga de vida, cada poemática;/ alzo hoy la voz a la mitad del viaje,/ vibrando luz, con mis labios partidos,/ alzando la cara tiznada al cielo/ para rasgarle el velo a la justicia.
Leer másBordadora de historias
* Los editores del Periódico de Poesía agradecen a Orden de Traslado.
Leer másZeus en libertad condicional
Fue ese verano,/ rebalsaba de hormonas/ como un cóctel químico espectacular/ en un vaso largo con hielo; mi corazón adolescente/ una cereza al marrasquino / que asomaba brillante mientras ese arcoíris/ me atravesaba, iluminándome/ como a un pez, y yo estaba borracha,/ obsesionada, ansiosa por que me tocasen,/ mi cuerpo iridiscente derramaba color
Leer másComo personas con nombres
Pensando en sus propias manos, a mi madre la consumió la lentitud;/ que en lugar de su novio, habló con el emperador: / “Sentencia que puede ser una situación./ Situación que puede ser una sentencia”./ Aparte, hubo quienes siguieron a un flautista por sus vidas, dejando esa estela/ de calculado dolor.
Leer másA “yo” no le interesa lo que no arde
El dolor no me sacia ni me llena./ La poesía no embellece si hace falta/ en la palabra madre o la silabación/ del hijo (¿qué pronombre?)./ Las palabras nunca / nos transparentarán como una / lágrima: su reflejo/ inexacto/ da cuenta de las pérdidas/ cuando los que se van/ somos otros
Leer másCómo mi lengua torpe, enmudecida
Piadosa fuerza, vencimiento blando,/ embebimiento y música süave,/ licor precioso, gusto que a Dios sabe,/ gloria insufrible, favorable mando,/ raíz que mi sustancia está animando,/ peregrina infusión y silbo grave,/ ciencia que de experiencia el alma sabe,/ fuego que en el crisol me está apurando…
Leer másA la sombra de las palabras en flor
Voy a tomar el atajo de comenzar desmenuzando el título, para evitar el método de acercamiento a la realidad de los poemas (es decir, circunvalando el mundo y entrando en él por la puerta trasera): en principio no podemos saber si se trata de sombras que demuelen o de sombras que están siendo demolidas. En cualquiera de estos casos, estamos ante el extrañamiento de atestiguar cómo abstracciones, inconcreción, reflejos, sombras, derriban o están siendo derribadas.
Leer másFrente a un río que deriva
escuchamos la marcha de los trenes/ que se alejan de la ciudad bajo el último fulgor/ dorado de la tarde. muevo mi mano en su pelo/ en la oscuridad de la galería. cualquiera de esas/ cosas pueden ser verdad. buscamos un calor/ que no sea el propio. una ventana detrás/ de la cual sentirnos seguros.
Leer máscriatura aparece sonora
en el borde del tiempo enfrentándo s e como/ si dos sonidos se tocaran un nudo de cuerpos no/ divide
Leer másEl jardín prestado
Leo al pasar que los cerebros no son para pensar. Que están ahí no para que tironeemos de ellos como de un hueso que no entrega nuestro perro, sino para mantenernos a flote, vivos.
Leer másEl gran merodeador de la vida: comentarios a Un acueducto infinitesimal, de Ernesto Lumbreras
Las aproximaciones a la vida y milagros, la travesía terrenal de Ramón López Velarde, siempre me han parecido (incluso las que abiertamente se han ubicado del lado de la ficción) una lección de anatomía. Ante los misterios del cuerpo, incluso creyendo que hallarían el espíritu, los antiguos facultativos procedían a la disección. Justo esto se ha llevado a cabo con el corpus de la obra literaria y la correspondencia, intentando descubrir pistas conducentes al enigma del alma creadora.
Leer másEn otra vida
Lo teníamos todo: / el fruto del árbol / y la vergüenza./ Luego de la mordida / el padre apuntó lejos y dijo Mira / mi dedo, pronto lo tendrás dentro. / Hoy, un árbol caído. No hay dientes / que mastiquen y el dedo se quebró.
Leer másEn esta tierra sedienta
Vine al desierto/ en busca de silencio,/ pero encontré/ entre rocas y espinas/ la elocuencia del viento./ Por la vereda/ perdieron la señal/ los celulares./ Lejos, verdor escaso./ Dos caballos pastaban.
Leer másAlguna de mis pobres palabras
Siento arder mi nombre en las llamas/ de la tarde a la orilla/ de una costa oscura,/ y a lo largo del puerto estallan hogueras/ de cosas antiguas,/ de algas y de barcos/ naufragados.
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