mayo 2019 / Inéditos

Era el tiempo de ocultarse

Sangre, caminar sobre sangre y acostumbrarse al panorama

Las drogas nunca hicieron
que hiciera amigos,
pero sí que los perdiera.
Una vez me propusieron
cita de amor
con un foco,
no dormir
borrar todo de mi memoria.

Se fugaba El Chapo
y yo bailaba con desconocidos
en otra ciudad
fuego en las manos
un tanque de gas
en el que yo estaba recargada.
Pensamos el pasado
con hechos que
hacen referencia a la memoria,
era el tiempo en que quemaron los camiones,
yo viajaba con más pretexto que dinero
quién inventó el término
dinero
coche-bomba
narcobloqueo.
Era el tiempo…
mi amigo que era diler
me llevaba a casa
la noche que mataron a su hermano,
del blog del narco
gritos, nombres, gritos
gritos
el tiempo de toda la sangre
de todo el miedo.
Era
el tiempo de ocultarse
no mirar a los ojos a nadie,
no mirar camioneta polarizada
suburban negra,
no tocar el claxon,
si alguien decidía detenerse frente a ti.
Muerte.

 
Poema a las cosas que voy sacando de la basura acumulada de una semana

Me refiero exactamente
a tener los objetos en las manos.
Un hombre poco común
millonario y artista
sobre las bolsas de
basura,
bajo esa lluvia
o bien falsa
o bien verdadera
sus manos aún
llenas de comida,
no pueden lavarse.
El plano debía estar abierto
y lo estuvo.
Nadar en el mar
basura,
alguien dijo
sin decir
algo que yo ya había pensado.
A veces las películas son
más claras que tu vida,
Me refiero exactamente
a veces las frutas sienten dolor,
a veces yo también
siento la espuma que carcome
sus pieles
acumulación del tiempo,
no quiero retener el agua
que traigo en las piernas
oleaje.
Yo sólo he venido
a hablar de la basura
que voy sacando con las manos.
No recordaba el empaque
sólo el contenido,
la tierra que barro
a diario
¿de dónde sale tanto polvo?
a diario
se coloca bajo
nuestros pies
sobre nuestros libreros
los gatos cubiertos de polvo;
no nos damos cuenta.
He sacado más de tres veces
un espejo roto
o un racimo sin uvas
o un camino de venas
de un árbol genealógico.
Escribir largo y tendido
sobre los desechos
que estuviste cargando
te acostumbraste a ellos,
los peinabas sobre ti
un poco de crema humectante.
Largo tiempo
diciendo mira mi brazo de cartón
no es basura nací así,
desde que tengo
memoria
adherido,
sujetaba cosas
las dejaba caer sin aviso,
de cartón el falso brazo
se mojaba,
tenderlo al sol
2 a 3 horas diarias
para conservar su dureza
la forma de un brazo verdadero.
Cartón. Algunos tickets
gasté $1,670 en comida
$350 en los gatos
arena
mierda enterrada
esconder los desechos
que nadie los vea.

Gasté $850 en cosas que me causan ansiedad
tener mucha ropa
no quepo en tanta,
plantas
la obsesión de cuidar las plantas,
su lenguaje
es la quietud
la dirección en que
buscan recibir el sol,
las cosas que te causan ansiedad
la basura colocada sobre ti,
la ansiedad de
      escribir
y cortar de una vez
con ese brazo de cartón,
por poner un ejemplo.

 

Tengo estrías y no tengo hijos

No estoy segura
pero creo,
que el cuerpo es
un campo de bacterias
microorganismos
fluviales
circuitos sin cauce.
Reptaste sobre mi circuito
buscando
la forma de mi voz
pero mi voz no
tiene forma,
te lo dije
pero estabas mirando
las voces maquilladas
de otras voces.
No dejaste
de quererme
pero dejaste de gustar de mí
de comer
de mí
una canasta con frutos pasados
apenas espuma.
El espejo
roto no es
yo,
aunque a veces,
se parezca mucho
a mí.
Sobre todo
cuando pienso en la belleza
de las frutas
la sangre de las frutas
los amantes de las frutas.
Mi vientre no es la casa de nadie
porque nadie no habita
en mi vientre.
Lamento
las sobras absurdas
de ser yo
en sobras absurdas
postrándome ante ti
como una carnada
herida.
Lamento
la raíz del abandono.
Lamento el mar callado
de no mantenerte
sobre la arena.
No,
mi cuerpo no es yo.
No cabe
en la perfección
de tus manos
quise decir ojos
quise decir fantasma
quise decir invento
quise
decir no existo
quise decir
a la mierda tus ojos
que no pueden verme dentro.
Dentro
las entrañas no son parte
de mi cuerpo
porque no puedes verlas,
la tripa disforme
que recorre
mi carne.
Dos plantas del pie
Plantas
negras de mugre
por la tierra que me ensucia
no es mi culpa.
Las plantas del pie
sobre las plantas
del otro
y pienso que el otro
es la tierra que me ensucia
o me enraíza
o me corta de tajo
porque la planta del pie
no es mi cuerpo
porque no
te sirve para nada;
como yo
o mis entrañas
o mi matriz plagada
de coágulos añejos
o los hijos
que no tengo
las estrías de mi corazón
manipulado.
No
es necesario llorar.


Autor

Paola Llamas Dinero

/  Guadalajara, Jalisco, 1992. Ha colaborado en diversas publicaciones nacionales e internacionales. Aparece en las antologías Pasarás de moda (Editorial Montea, 2016), Hot Babes (Ojo de Pez, 2016) y En esta esquina fanzine  (2016). Ha sido traducida al inglés y al portugués. Es coordinadora independiente de eventos que giran en torno a la poesía. Autora de Izquierdo (Mueve la Cola Perrito, 2017) y del fanzine Copita menstrual (Dolor Local y Mueve la Cola Perrito, 2018).

mayo 2019