Siempre me pareció falso el nombre que nos dieron: emigrantes./
Eso quiere decir expatriados. Pero nosotros/
No abandonamos una patria por decisión propia/
Escogiendo otro país. Tampoco emigramos/
A un país para permanecer allí, quizás para siempre./
Sino que huimos. Expulsados es lo que somos, desterrados
Alemania
faltamos en esa imagen, alemania
en la bolsa del mandil de mi madre todavía hay un par/
de monedas cubiertas con capas de grasa/
tómame, enséñame nuevas canciones y pecados terrenales/
toma la pinza, extrae del corazón la pulga en él empedernida/
su fama debería quedarse sin un techo eternamente/
empaco ropa interior en la bolsa del súper, calcetines, palitos de sal, galletas/
y un libro de poesía barato dedicado a ti
Luna Park. Un poema radiofónico
Transmisión nocturna, tornamesa, conversación entre una audiencia pequeña, los insomnes
los del turno nocturno
los sin sueño
los trabajadores de noche
los soñadores
los ravers
Lo que significa estar perplejo
En esa encrucijada rumbo a un tiempo de afanarse: abejas, abejas, abejas./
Ellas nos sirven de símbolo, pero ofician también de guardianas./
Pues nadie habrá de entrar a la cámara de miel, si en algún momento piensa/
en volver a salir. Él tendría que jurar primero, como ella, ante el panal.
Trece formas de ver un temporal de fantasmas (segunda parte)
La traductora Eva Hesse, que trasladó a Ezra Pound al alemán durante muchos años, lo consultó acerca de una duda sobre un pasaje y, al escuchar su respuesta, se tomó la libertad de comentarle que había escrito lo contrario de lo que había querido decir. Pound le respondió en el acto: “¡Maldición! ¡No traduzca lo que escribí, traduzca lo que quise escribir!”
Trece formas de ver un temporal de fantasmas (primera parte)
La materialidad de las letras, la belleza de la lengua en la página, los sonidos intuidos de la pronunciación desencadenan un deseo físico de acercarse a esa lengua y superar el “screen”, el velo o el tabique de separación de la propia lengua.
Una canción para entonar en el más allá
Harto fecunda para los pocos años que cubrió su vida, la obra de Morgenstern buscó esa profundidad a través de distintos registros, uno de ellos su escritura aforística, pero casi siempre en formas poéticas fijas, que predominan en su obra y en las que él demuestra comodidad y dominio. Por ello sus críticos, como apunta Ernst Kretschmer, suelen dividir su trabajo entre los “registros serios” y los “lúdicos”.
Las mismas maniobras de siempre
Un cierto horror o un asco diminuto, aguzado: avispas/
(las avispas) machacan un corazón de pollo,/
frito, seco y con mordidas, pedacito de corazón (que los gatos/
dejaron en el suelo –/
Cómo me maltrata el lenguaje /
al describir/ nombrar, cómo se me impone su medida)
La palabra volátil
Luego de nuestra pequeña fusión /
—apenas con una presión de los labios— /
cuando me convierto en nube /
o un barco sin ancla /
en tu mar /
o más fácil, /
cualquier otra forma /
para ti, /
¿cuál sería? /
¿Cómo evitas /
a la mañana siguiente /
sentir un poco de timidez?
El error es realista
Están errados. construyen. construyen errando. construyen / al cuadrado o en cuarteto un asunto gigantesco errado./ sea lo que sea lo causan errando, se somete a la caída./ está en pie y no. caída simple. pseudocinético./ una leve desorientación no significa error aún.