noviembre 2021 / Inéditos

El mundo es tan estático algunas veces

Los premios fantásticos

en el espejo ha firmado un autógrafo
aunque a mitad de su espalda sobresale una percha
que lo retiene todavía.
las formas a trasluz pueden decir lo que quieran.
nada sería grave.
solo es otra noche de premios fantásticos.
un convoy esquivando estruendos
en excursiones de tipos que ya no quieren volver.
toman el dinero y se largan.
nada parece verdad y tampoco importa

 

un trapo blanco para limpiar el zapato
mientras el corazón se quema
como un bosque requerido
por el negocio inmobiliario.
el cuero se ha secado en días ajenos.
algo que fue. una parte
para recordar

 

un cartel dorado de chocolates.
un héroe muerto en la barra de una cafetería.
las moscas rondan entre platos sin lavar.
montado en un tragamonedas
un melodrama de teléfonos rosas.
ir hacia la playa.
quién sabe cómo?
el mundo es tan estático algunas veces

 

Como todas las cosas

se trata de realismo emocional.
suena bastante bien. sobre todo si el resto de las partes
puede volverse una gelatina de texturas
más o menos inestables. listas para contener
las ruinas de un barrio oscuro
o las sábanas de un sueño pisoteado.
vas por los callejones de esa narración
directo a un buen disparo de richard yates.
el portarretrato persiste
en el mismo lugar que la artillería
de las redes con platos de espinaca.
no debería incomodarte el año.
la planta de envasado sabe darnos buen material
y todo estará bien al fin. ya lo verás

 

Ola criminal

la sombra en la pared parece actuar
de una manera diferente.
sin la sexualidad del justiciero
que hace flamear la bandera
con las heridas de un deseo ordenado.
el revólver corto
y la silueta de un desayuno
que nunca llegará.
la noche no termina para ellos.
sobre el escritorio
una pila de diálogos para insertar
en esa coreografía

 

Solo pedía un cigarrillo

la mujer en la ventana o en el espejo retrovisor?
el cuadro romántico
con los cables estáticos y fáciles
o el acecho de las palabras
que pueden depredar lo ilusorio?
la vida está atrapada en las vidrieras
cuando el interior no tiene más que alfombras
para jugar sin riesgos

 

Necesitas un traje nuevo

puede limpiar los platos
o saltar por la ventana
todo en un relámpago de sudor
que no podrá evitar que la carta llegue.
el buzón de la realidad está colmado.
pero hay espacio en la muerte
para que todos digan lo suyo.
pagamos para oír
pero solo son siluetas hablando porque sí.
no hay más expectativa
nadie explicará todo esto por nosotros 

 


Autor

Diego L. García

/ Berazategui, Buenos Aires, Argentina, 1983. Poeta y crítico. Profesor de Letras en la Universidad Nacional de La Plata. Entre sus libros figuran Fin del enigma (2011), Esa trampa de ver (2016), Una voz hervida (2017), Una cuestión de diseño (2018), (Fotografías) (2018 y 2020) y Las calles nevadas (2020).

noviembre 2021