octubre 2022 / Inéditos

Una luz pulida por el vértigo

 
[Melodía alterna]

Como el dolor.

Porque no puedes decir dolor sin que una línea roja
te señale un cuerpo.

Como el dolor.

Por eso todo el tiempo dices como,
al igual que Lorenzo García Vega.

Como el dolor.

Porque no sabes decir de qué norte es la agudeza
ni la melodía que ensarta el dolor con una aguja.

Como el dolor.

No puedes decir César Vallejo
para que el dolor parezca la flor nítida de un cuerpo.

Como el dolor.
 
 
 
[Responso]

Un meteorito
cayó a pocos metros de mi padre.

Era una luz pulida por el vértigo.

Pero nada ha respondido mi padre.

Por su silencio, silencio pertinaz,
imagino que nada lo perturba.

Habrá supuesto que las palomas del tejado
alejan así la lluvia con granizo.
Palomas de cristal como la turba
lanzada al cielo por la dinamita.

Cerca de mí cruzan las vacas
cuando huyen de los tábanos.
Cerca de mí, hastiadas del secreto,
mudan de piel otras serpientes.

Relámpagos les llamo mientras duermo
para que despierte mi padre
y algo me diga sobre el meteorito.

En vano pronuncio vocales que iluminan.

La ausencia es una realidad material
como un espejo fijado en la pared,
como la frase inscrita en una losa.
 
 
 
[Premisa]

Para sanar del dolor,
otros pesares reclaman en mi cuerpo
su cuota más añeja.

Expelen tinta a borbotones
en su empeño de criaturas
que túneles proveen por techo.

Su mantra es homeopático,
pero nunca en desmedro de la albura
que magnetiza desde un cuadro de Malevich.

Para que un cuerpo se libere del dolor,
deberían de proscribir
la maligna pureza
y la ambición más turbia entre los truenos:

suele permanecer allí la noche
cuando no existe nada que cubrir
ni nada que la invoque
en medio de la claridad.

Favorecido en apariencia el cielo,
desengaña a las huestes
que persiguen porciones
de algo fugaz entre las manos.

Para librarse del dolor,
no oficia de cura la distancia
ni la celebración del tango
en las tabernas.

No basta la bandera rojinegra
en lo más alto de una torre
para librarse del dolor.

Entregarse de frente
a quien busca una piedra roja
es mi argumento contumaz.
 


Autor

Julio Eutiquio Sarabia

/ Puebla, Puebla, 1957. Poeta. Licenciado en Lingüística y Literatura Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2011. En 1994 recibió el Premio José Fuentes Mares en 1994. Entre sus libros se encuentran El tenue rededor del mundo (2015) y Pájaros breves en el techo (2016).

octubre 2022