blanco
| Inéditos
no me regañen
yo digo
pero inútil pedir si ya llegó
la hora del regaño
esta hora cuchicuchesca y fría que no obstante
ya va durando mucho
dirían los antiguos llegó para quedarse
llegó el porqué de esta transmisión en vivo
dejemos pido yo en paz a los rebaños
dejemos pastar a gusto retozar hacer
de panditas
no
el categórico imperativo
checa siente pregúntate
y remarca el acento de la ú, hazlo durar
ve hacia el alma de las cosas tuerce
el cuello del cisne geopolítico
de la norma heteróclita
de la arteria drolática
y de la inepta cultura cualesquiera
Dije dejemos
sí que sí
no hay imperativo reflexivo
hasta donde alcanzo a ver
pero haría falta
Magazo: saca del sombrero
el imperativo en 1ª
sin necesidad de espejo ni disociación
¿Deje yo de gastar? ¿Abra los ojos yo?
A mi verdadero y provincial abismo metafísico
–la cuarta dimensión–
se suma ahora el dulce imperativo en 1ª del singular
si me pongo a imaginarlo se me nubla el cerebro
y se me descuajan los siglos materialistas
[en este momento mientras escribe el que esto escribe pasa al frente una parvada de Testigos / encorbatados y bajo sombrillas / glándulas sudoríparas que esparcen la Palabra pero / no puedo burlarme / no te burles me digo a falta / de conjugación]
y en esta feliz incidencia de paraguas y gramática
observaremos también reblandecerse:
mis barricadas y mis rembrandts
don Diego de Torres y el químico veracruzano
pinturas flamencas de interiores
Confesiones y mi reciente profesora francesa
los radicales libres y mi Blanco White
a quien más le convendría haber dado nombre a un whisky
y no al cuadrado de la hipotenusa
Querido Blancowhitexican:
te traigo finto
porque sólo mediante el rococó convexo de la risa
o lo que es casi lo mismo diosmediante
logro eludir mis responsabilidades
Rebaños míos llegó como hemos dicho
la hora de los cuestionamientos profundos
busca busquen busquemos el alma de los parentescos
tracemos un pliegue siempre un pliegue más
porque debajo del debajo absoluto
la Alfombra de dios el último devenir iguana
habrá siempre
digamos
una mariposa
y al margen otra mariposa
y desfasando el plano otra
y al cerrar los ojos otra
flotando sobre las grandes aguas de terabytes
con las alas más primorosas que veremos jamás
Magazo: no termines
tu número sin antes regañarme:
salvo de subjetividad
decir no desposee.
Gabriel Wolfson / Puebla, 1976. Narrador, ensayista, crítico literario y editor. Obtuvo el Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri en 2003 por su libro Ballenas. Es autor, entre otros libros, de Los restos del banquete (2009), Profesores (2015) y Be y pies (Tumbona, 2015), así como editor del sello Cabezaprusia, con sede en Profética Casa de la Lectura.