Un ejército que marcha derrotado

Lady Lazarus VII

Una mujer me habla.
Ella es la dueña de todo.
Solo soy una de sus ramas:
es la gran planta.
Como si el cosmos
fuera un organismo vegetal
expandiéndose.

Me vi prisionera en un cuarto,
infinidad de seres me poblaron:
Varo,
Ovidio,
Safo,
Shakespeare,
Sor Juana,
Platón,
Plath,
Cervantes,
Horacio.
Nunca más me sentiré sola
al tener la hoja en blanco.

 
Lazarus XI

Logro entrar dentro de mí mismo.
Descubro bosques, fábricas de polen,
un ejército que marcha derrotado,
fósiles que al hacerle la prueba del carbono
son mis propios restos.
Ya no soy el mismo
que ayer iba al supermercado
y buscaba
en las latas de conserva
todos mis recuerdos.

Mis ojos son péndulos marchitos
contaminados por el tiempo,
mis oídos, dos grandes antenas
buscando señales de vida.
A veces, creo que soy un carrusel
y el silencio es mi argumento
para creer en la inmortalidad.

Grito y mi voz empieza a echar raíces,
miles de niños sonríen
y son una piedra
donde los ancianos se lamentan
al no poder ir a la oficina de seguros
a pedir un remplazo para sus cuerpos.

¡Qué ineficaz es juntar años
para tratar de explicar una vida!

 
Carta a Sor Juana Inés de la Cruz

El silencio es el pecado más cruel
cuando el invierno amenaza
con llevarse tu olor de las sábanas.
Sueña robarse tus escritos
para verte en la pira
y darle más dramatismo
a la historia.

Esperas a tu amante.
Juntas van a reintentar el diluvio.
Una vida es un charco
que se interrumpe
por el casco de un caballo.
Las palabras son la tumba que elegiste.
No hay votos ni vestimenta
que cubran tu desnudez.
El hombre es un necio.
Afila su espada.
Se masturba.

 
Tratado del idealista

El tiempo
es un
grito sordo.
No
despierta
a los peces.
Van río arriba:
sueñan
que los arrastra
la corriente.

 
* Estos poemas pertenecen a Lazarus, libro ganador del Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española.