Escenarios
En un terreno baldío, sobre el concreto de alguna calle, entre los arbustos de un parque público, sobre las vías del tren, a la orilla de un río, en medio del desierto, en un puente, en la habitación de un hotel o en el asiento de un automóvil:
El mundo es un cementerio que transitamos a diario.
Tus ojos al revés dicen llena el vacío con más vacío.
El presente es blanco y limpio
el presente es el piso de un matadero.
No sé si sabías, pero tener el corazón roto
es como montar un caballo enfermo bajo la lluvia.
Hibernación
El pesado oso en mi espalda
trepa por mi espina dorsal y
me encaja sus garras cada noche.
Busca, olfatea y encuentra mi útero de miel
lo mastica incesante hasta que se atora
entre sus dientes.
Ese animal pesado que conmigo duerme
mamífero de robusta respiración
acecha con cautela
los menores espasmos de vida.
Le digo “quieto, hoy no”, y lo acaricio con torpeza.
Se recuesta a mi costado
su pelaje me cubre
y el aire se vuelve primitivo
como si estuviéramos al interior de una caverna.
Te extinguirás también, blanda furia
y contigo se irán todas las formas
los sonidos
el hambre
y la secreta vida
de los abismos que recorres.
El pájaro
Esta mañana mi perro me despertó con un pájaro muerto en el hocico.
Lo trajo a mi cama y se sentó.
Nos miramos largo rato.
Tomé el ave entre mis manos
intenté cerrar sus ojos sin resultado.
Su mirada atravesaba la ventana, donde el arbusto reverdecía.
Han pasado dos semanas y su cuerpo sigue endureciéndose
en un rincón de la casa.
¿Es mi hermano el cadáver del pájaro que no puedo enterrar?
Puliré este dolor hasta volverlo transparente.
Lo convertiré en una joya que cuelgue de mi cuello.
*Poemas del libro Hermano, de próxima aparición.
Autor
Mónica Licea
Guadalajara, México, 1990. Poeta y tanatóloga. Licenciada en Cine Digital por la Universidad de Medios Audiovisuales (caav). Ha publicado las plaquettes Visión de la ira (2017) y Perro ciego de nostalgia feroz (2021). Actualmente es coordinadora creativa para una agencia publicitaria.