Respecto a la traducción de un poema de Philip Larkin
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La edición de los poemas completos de Philip Larkin (Inglaterra, 1922-1985) revela un aspecto interesante de su producción: son más los poemas que no publicó en vida que los poemas publicados. Los primeros ocupan doscientas páginas de la edición, mientras que los textos publicados por el poeta solo abarcan ciento veinte páginas. Aunque prolífico como escritor de cartas y autor también de diversas novelas y textos narrativos, Larkin fue principalmente conocido como poeta: si pasó a la historia de la literatura inglesa fue debido a la importancia de libros como High Windows, colección que contiene “This Be the Verse” y “Annus Mirabilis” (quizá sus poemas más populares).
El estado de los poemas no publicados en vida es curioso, pues, en el caso de diversos textos, no es posible determinar si el autor los habría considerado terminados. Otros de los poemas inéditos hasta antes de esta entrega fueron tomados de sus cartas o diarios y, como muestran las notas de la edición, existen en varias versiones. A este grupo pertenece el poema que me propuse traducir. El texto carece de título (posible señal, entre otras, de que no fue concluido) y es el siguiente:
Rode with us, his expenses fully paid
To teach creative writing in the States
(Plus a few summer school and lecture dates).
Literature students knew his critics’ argot
From Tokyo to Cairo and Chicago
For he was good at getting fees and perks
Mythologising-up a few main works
Like Middlemarch, Lord Jim, Hard Times, and Emma;
Each had its pattern and a new dilemma,
And by the time he’d finished it was plain
No-one should read without his help again.
Further he had some cronies on the Third
Who’d squeeze him in with Brecht and Wm Byrd
To talk on Yeats: The Language of the Will
Or Myth and image: Wordsworth’s Daffodil.(Larkin, 298)
La traducción
Para llevar a cabo la traducción de este poema, pasé, aunque quizá en un orden distinto, por las etapas que Robert Bly propone en su ensayo “The Eight Stages of Translation”. La serie de consideraciones para traducir poesía que Bly expone, me pareció una buena guía metodológica para explicar muchos de los aspectos que tuve en mente al traducir el poema de Larkin. Es importante separar la traducción en etapas reflexivas en lugar de pensarla como un proceso limitado al simple traslado acrítico de una obra de un idioma a otro, particularmente cuando se trabaja con un texto cuyos significados van más allá del nivel literal de las palabras que los componen; además, considerando todas las críticas a las que suele enfrentarse cualquier traducción, juzgué necesario incluir una nota explicativa tan larga como esta sobre mis decisiones traductorales. Bly nos dice: “One translates a poem in fits and starts, getting half a line here, weeks later the other half, but one senses a process”.1 Al igual que Bly, pienso en la traducción de poesía como un proceso que no puede llevarse a cabo en una sola sesión ni de manera lineal, sino que es un trabajo que requiere un uso particular del tiempo. A continuación, hablaré de cada una de las etapas que Bly menciona en su ensayo y de la manera en la que estuvieron presentes en mi traducción del poema. Por razones de espacio, no me parece prudente incluir una versión del poema completo para ilustrar cada etapa. Me limito a mostrar los problemas de traducción más interesantes que surgieron en cada paso.
La primera etapa es la literal y consiste en una traducción directa de las palabras del poema. Este paso exhibe algunas de las diferencias de significación que existen en los idiomas entre los que transitará el texto. El caso del poema de Larkin presenta algunas curiosidades al respecto de esta fase. En primer lugar, una traducción literal elimina la rima, que en el caso de este poema resulta un aspecto formal importante que debería rescatarse en la traducción. La desaparición de la rima ocurre con casi todos los versos, exceptuando las que conforman el pareado que rima las palabras “Emma” con “dilemma”. Por otra parte, llama la atención el verso que enumera algunas obras importantes de la literatura inglesa: “Like Middlemarch, Lord Jim, Hard Times, and Emma”. Tres de estos títulos utilizan nombres propios y las obras han sido traducidas al español sin alterarlos. La novela de Dickens, por su parte, ha sido traducida en una de sus versiones como Tiempos difíciles, pero, por razones contextuales que explicaré en la siguiente etapa, dejé el título de la novela en su lengua original, por lo que lo único que traduje de esa línea fueron el “like” y el “and”.
La segunda fase de la traducción que considera Bly comienza cuando el traductor se preocupa por establecer el significado del texto en su idioma original. Esta es la etapa más ardua del proceso de traducción, en la que se toma la mayor parte de las decisiones importantes. En mi caso, por ejemplo, al establecer el significado (o los significados) del poema, decidí que la rima era un aspecto formal y significativo para el poema, y que debía estar presente en la versión traducida a costa de otros aspectos, como la literalidad de algunas frases. Es la rima en pareados, junto al primer verso y al verbo “ride” (conjugado en pasado: “rode”), lo que conforma una de las principales alusiones del poema: las Canterbury Tales de Chaucer. (En general, no entiendo por qué a alguien se le ocurriría que traducir a Larkin sin rima es una buena idea, ya que mucho del significado formal de los poemas reside, precisamente, en las rimas. En ocasiones, resulta irremediable caer en las trampas de la traducción impulsiva, puesto que, como dice Lydia Davis, a veces la traducción nos seduce porque nos gustaría sentir que, al menos durante un texto, pudimos escribir algo decente en nuestra propia lengua).
Si se comparan los primeros dos versos del poema de Larkin con versos del “General Prologue”, como los que presentan al caballero (“A knyght ther was, and that a worthy man,/ That fro the tyme that he first bigan/ To riden out, he loved chivalrie…”) o al hombre común (“A yeman hadde he, and servaunts namo/ At that tyme, for him liste ride so”), se entiende que Larkin presenta al académico de su poema como un personaje de Chaucer. Archie Burnett, editor de los poemas completos de Larkin, confirma esta referencia en su nota correspondiente al poema. De ahí que, aunque el verbo “ride” puede entenderse también como el acto de viajar en un automóvil, yo haya decidido traducirlo como “montaba”. De esta manera, se conserva la alusión a los personajes de Chaucer y se conservan también el efecto anacrónico y el tono cómico.
La rima también contribuye con al tono cómico, como puede verse en la rima forzada de algunos pareados (“perks” / “works”). Esto reduce hasta cierto punto las exigencias de la rima en la traducción, pues se puede sacar provecho de la rima forzada o de la rima fallida como componentes cómicos. Aunque el significado literal de algunas frases del poema se vea subordinado a las necesidades métricas, se puede recurrir a construcciones rebuscadas que se ajusten tanto a la rima como al sentido general del poema: “For he was good at getting fees and perks/ Mythologising-up a few main Works” se convierte en “Tenía gracia, a diferencia de colegas más cortantes,/ Mistificaba algunas obras importantes”.
Para entender las alusiones del poema y sus posibles significados, fue necesario relacionar al poema con un género narrativo conocido como “Campus Fiction” o “Academic Fiction”, pues “A lecturer with drip-dry shirt arrayed” tiene un parecido tanto estilístico como temático con las narraciones (preeminentemente novelas) relacionadas con aquel género. Tales narraciones se ocupan de retratar la vida académica. El mismo Larkin tiene una relación particular con ellas, ya que no solo intentó incursionar en él por medio de “A New World Symphony” (texto no concluido, publicado póstumamente), sino que es también inspiración de uno de los pilares de la ficción académica: Lucky Jim, de Kingsley Amis.2 Los mismos versos iniciales hacen pensar en el inicio de Small World de David Lodge, que parodia el inicio del “General Prologue”. Bernard Bergonzi comenta: “The Prologue to Small World begins with the famous opening lines to Chaucer’s General Prologue to the Canterbury Tales. The author goes on to observe that the present-day equivalent to Chaucer’s pilgrims is academics going to conferences” (Bergonzi, 16)3. Tanto la novela de Lodge como el poema retratan las nuevas tendencias de la vida académica: viajes, conferencias en lugares remotos, becas y estancias, todo pagado por las instituciones. De igual manera, el poema hace pensar en otra ficción académica: The Lecturer’s Tale de James Hynes, que alude a Chaucer desde el título4 y cuya conclusión parodia la “Retraction” con la que cierra el ciclo narrativo de Los cuentos de Canterbury.
El tono satírico del poema es también una constante en la ficción académica. De hecho, Kenneth Wommack identifica la sátira como el componente fundamental de las narraciones que pertenecen a este género en Postwar Academic Fiction: Satire, Ethics, Community. Esto es importante para la traducción debido a que ayuda a identificar el tono con el que debe de verterse al español: quien habla en el poema (o “narra”, pues se trata innegablemente de un texto narrativo), se burla de manera un tanto resentida de aquel académico. Asimismo, la voz poética (que podríamos incluso identificar con el mismo Larkin)5 se identifica como perteneciente a ese mundo (“rode with us”, “montaba con nosotros”).
La ficción académica es un género preeminentemente anglosajón y los entornos académicos que retrata son casi siempre los del campo de las letras y las humanidades —en específico, los departamentos de Inglés en las universidades—. El canon de la literatura inglesa tiende a jugar un papel relevante en estas narraciones. Por ejemplo: En The Marriage Plot de Jeffrey Eugenides, la protagonista trabaja en una tesis sobre Middlemarch y algunas novelas de Jane Austen; en Possession de A.S. Byatt, un par de académicos investigan la correspondencia entre dos autores victorianos; en Prisoner of a Chain of Roses de Jeffrey Moore, un académico habla de la manera en la que Shakespeare ha determinado el rumbo de su vida, y así sucesivamente. Es poco común que en estas novelas se mire hacia otras tradiciones literarias e, incluso en novelas estadounidenses, se pone en relieve la tradición británica. Esto también puede apreciarse en el poema de Larkin (y en su obra en general): los “few main works” a los que se refiere la voz poética pertenecen todos a la lengua inglesa, sin olvidar las ponencias radiofónicas que da el académico y que tratan sobre autores en lengua inglesa (Yeats y Wordsworth). El ambiente del poema también determinó mi decisión de conservar el título de la novela de Dickens en inglés, debido a que las obras, al menos en el trabajo académico, deben analizarse en su lengua original.
Es también importante un conocimiento básico de la literatura inglesa para traducir con rima el pareado final. Traduje “To talk on Yeats: The Language of the Will/ Or Myth and Image: Wordsworth’s Daffodyl” como “Para hablar sobre Yeats: el poder del lenguaje preciso/ O sobre Mito e imagen: Wordsworth y el narciso”. Desconozco si existen o existieron trabajos críticos con los títulos mencionados en el original; en todo caso, para el sentido del poema, aparecen citados como ejemplos de posibles tópicos en una conversación literaria o un programa de radio. Como puede apreciarse, el segundo verso fue traducido casi de manera literal, alterando solamente un poco la relación entre los últimos dos sustantivos. Culturalmente, tiene más peso la relación entre Wordsworth y el narciso que la relación entre Yeats y el concepto de voluntad, pues el narciso es el tema de uno de los poemas más importantes de Wordsworth: “I wandered Lonely as a Cloud” [“Yo vagué Solitario como Nube]”. En “Yeats: el poder del lenguaje preciso” se conserva parte del significado de “will” y, aunque quizá termina por tergiversarse el significado original del título del trabajo crítico, es posible imaginar un análisis sobre Yeats que lleve el nombre que tiene en mi traducción.6
En la tercera fase que Bly menciona en su ensayo, se invita a repensar el poema adaptado a la lengua de llegada, en este caso al español. Ya que quedaron esclarecidos algunos de los aspectos centrales de los significados del poema, el texto debe sonar escrito en español. Esta es la etapa en la que se traducen, por ejemplo, las frases hechas. En el caso de “A Lecturer…” tenemos una frase con orígenes posiblemente publicitarios en el primer verso: “drip-dry shirt” (una camisa confeccionada con una tela que no se arruga al secarse). Decidí traducir lo anterior como “pantalones bien planchados”, en primer lugar porque se trata, también, de una frase hecha que tiene el mismo significado que la frase original. En el poema no es importante la camisa, ni su técnica de secado, sino lo que esto implica: el académico viste bien y está presentable. Abordé de un modo distinto las referencias culturales específicas, considerando que quien se acerque a mi traducción tendrá un vago conocimiento de la cultura británica. Siguiendo esta línea de pensamiento, traduje “Further, he had some cronies on the Third/ Who’d squeeze him with Brecht & Wm Byrd” por “Además, tenía unos amigos en radio BBC3/ Que lo programaban junto a Brecht o algún compositor inglés”. “The Third” era la manera en la que se conocía a una estación radiofónica de alta cultura, y quizá con “radio BBC3” no me esté refiriendo a la misma estación, pero se conserva el sentido del poema. Tal vez la inclusión de la palabra “radio” alargue el verso; sin embargo, hace una diferencia respecto a los canales televisivos de la BBC. Las razones por las que cambié el nombre de William Byrd por “un compositor inglés” me parecen más que justificadas: en primer lugar, consideré la rima y, en segundo (aunque podría equivocarme), tengo la impresión de que a algunos iniciados en la música clásica el nombre “William Byrd” y las palabras “algún compositor inglés” resultarán casi lo mismo.
La quinta etapa del proceso de traducción, según Robert Bly, consiste en lidiar con el tono del poema. Este asunto ya fue discutido al abordar algunas de las etapas anteriores. He procurado conservar el tono de burla y desprecio con el que la voz poética habla del académico, y esto ha guiado algunas de las decisiones que tomé, sobre todo las relacionadas con la rima. Me parece que el desprecio es menos sutil en mi traducción, pues resultó una tarea casi imposible traducir al mismo tiempo el significado, la rima y todos los matices del tono. Tal vez sea a esta imposibilidad a lo que se refiere Yves Bonnefoy cuando comenta que a él le parece imposible traducir poesía. La dificultad del traslado de la totalidad de efectos poéticos se hace más evidente en la traducción del pareado “To teach creative writing in the States/ (Plus a few summer school and lectura dates)”, que en mi versión aparece como “Para enseñarle escritura creativa al americano/ (más algunas ponencias y algo de escuela de verano)”. Se entiende que la principal condicionante de esta manera de traducir el pareado de Larkin fue la rima, pero junto con ella incluí un tono más agresivo respecto a las escuelas estadounidenses de escritura creativa. Estoy consciente de que, en el original, este verso está compuesto por una oración declarativa de carácter más bien neutro, aunque me convence el hecho de que la voz poética también habría hablado mal de este tipo de instituciones —de ahí que haya decidido conservar cierta agresividad—. Además, usar la palabra “americano” como sustituto de “estadounidense” puede resultar problemática por razones políticas; solo espero que se entienda que su uso es, como ya señalé, una exigencia de la rima y del espíritu irónico del poema.
La sexta etapa, siguiendo el procedimiento de Bly, consiste en revisar la relación entre el ritmo del original y la traducción. Conservar la rima ayudó a mantener gran parte del ritmo y el sentido del original.7
Las etapas séptima y octava que propone Bly son, desde luego, las concluyentes. La séptima consiste en mostrar la traducción a algún hablante nativo de la lengua del poema original que también entienda la de llegada. Algunas de las dudas, sobre todo las relacionadas a referencias culturales específicas (como “the Third”), me fueron resueltas de este modo. La octava etapa consiste en mostrar una versión final del poema traducido:
Montaba con nosotros, con todos sus gastos pagados,
Para enseñarle escritura creativa al americano
(Más algunas ponencias y algo de escuela de verano).
Los estudiantes de literatura conocían su vago
Argot desde Tokio hasta el Cairo y Chicago.
Tenía gracia, a diferencia de colegas más cortantes,
Mistificaba algunas obras importantes
Como Middlemarch, Lord Jim, Hard Times y Emma;
Cada una tenía su propio patrón y algún dilema
Y para cuando terminó su trabajo era evidente
Que sin su ayuda ya no podría leer la gente.
Además, tenía unos amigos en radio BBC3
Que lo programaban junto a Brecht o algún compositor inglés
Para hablar sobre Yeats: el poder del lenguaje preciso
O sobre Mito e imagen: Wordsworth y el narciso.
Consideraciones adicionales
Traducir poesía cambia el modo en que uno lee la poesía traducida por otros. Solo al pasar por este proceso es posible entender gran parte de las decisiones, concesiones y sacrificios que el traductor tuvo que hacer para adaptar un poema a otra lengua. Expuse antes algunas de las decisiones tomadas durante la traducción de “A Lecturer…” y sus justificaciones. De igual manera me pareció pertinente, junto a la exposición del proceso de traducción, hablar del contexto, las referencias y alusiones del poema. Paul de Man, al hablar sobre Walter Benjamin, menciona que la traducción guarda semejanzas con disciplinas como la filosofía crítica, la teoría literaria y la historia, y me parece que dicha exposición se emparenta al menos con las últimas dos disciplinas. Mencioné que Bonnefoy piensa que es imposible traducir poesía, lo cual no debe entenderse como una máxima derrotista sino como una reflexión acerca de la tarea del traductor: no es posible trasladar un texto completamente a otra lengua. Quizá por ello recomienda traducir poetas o poemas cercanos a nosotros, es decir, que nos resulten familiares y entendamos bien en todos sus aspectos. Bonnefoy concibe la traducción de un poema como un proceso que requiere muchos más conocimientos específicos sobre la obra que la traducción de un texto donde el lenguaje sea menos “denso”; sobre todo, que para la traducción de un poema se exige algo más que el simple conocimiento de la lengua en que fue escrito el original. Parte de la relativa facilidad con que traduje el poema de Larkin se debe más a mi conocimiento de los contextos del poema y de sus posibles asociaciones con otros textos literarios que a mis habilidades de traductor. Me fue igualmente provechoso hacer un análisis textual del poema (identificar el tono, pensar la importancia de la forma), previo no solo a la traducción activa sino a la misma decisión de emprenderla, lo cual facilitó el proceso.
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1 “Uno traduce un poema de manera intermitente, primero media línea, algunas semanas después la otra mitad, pero uno siente un proceso”.
2 Elaine Showalter dice al respecto: “Amis had recognized the potential of the provincial university as a comic setting in 1946, when he visited his friend Philip Larkin at Leicester University, where Larkin was working as a librarian. They went into the Senior Common room, and Amis instantly saw it as a cultural microcosm, the setting for a new kind of novel” [“Amis se había percatado del potencial que tenían las universidades periféricas como escenarios cómicos en 1946, cuando visitó a su amigo Philip Larkin en la Universidad de Leicester, en donde Larkin trabajaba como bibliotecario. Fueron a la sala comunal y Amis inmediatamente se dio cuenta de que aquello era todo un microcosmos cultural, el escenario de un nuevo tipo de novela”] (Showalter, 14). Lucky Jim está dedicada a Philip Larkin.3 “El prólogo de El mundo es un pañuelo comienza con las famosas líneas iniciales del ‘Prólogo general’ de Los cuentos de Canterbury de Chaucer. El autor observa que el equivalente contemporáneo de los peregrinos de Chaucer son los académicos que acuden a conferencias”.
4 Cada una de las historias de este poema narrativo lleva como título la profesión o el cargo de quien la cuenta: “The Knight’s Tale”, “The Nun’s Priest’s Tale”, “The Franklin’s Tale”, etc.
5 Respecto a un poema de temática similar, “Naturally the Foundation will Bear Your Expenses” [“Naturalmente la fundación cubrirá sus gastos”], incluido en The Whitsun Weddings, Larkin comenta en una carta: “I thought the poem worth printing if only for the title, but I hope it annoys all the continent-hopping craps” [“Consideré que valía la pena imprimir el poema aunque fuera solo por el título, pero espero que también moleste a alguna de esas mierdecillas viajeras”] (Larkin, 400). Larkin ve de manera reprobatoria este tipo de prácticas tan comunes en el mundo académico, de ahí que el tono del poema deba entenderse como satírico y resentido.
6 Podría ser, por ejemplo, un análisis de las complejidades simbólicas y narrativas de un poema relativamente corto (tres estrofas de ocho versos) como “The Song of Wandering Aegneus” [“La canción de Aegneus el vagabundo”].
7 La poesía de Larkin es conocida, entre otras cosas, por sus ceñidas estructuras formales. Aunque prácticamente no usó formas tradicionales como el soneto o la villanela, el metro y los patrones de rimas complejos pueden apreciarse en toda su producción poética publicada en vida.
Bibliografía
Bergonzi, Bernard. David Lodge. Plymouth: Northcote House Publishers, 1995.
Bly, Robert. “The Eight Stages of Translation”. Translation. Literary, Linguistic, and Philosophical Perspectives.
Newark: University of Delaware Press, 1984. https://canvas.uw.edu/files/39685873/download?download_frd=1
Bonnefoy, Yves. “Translating Poetry”. John Alexander y Clive Wilmer (trads.). PN Review 46, Vol. 12, No.2.
Larkin, Philip. The Complete Poems. Archie Burnett (Ed.). Nueva York: Farrar, Strauss & Giroux, 2012.
Showalter, Elaine. Faculty Towers: The Academic Novel and Its Discontents. Pennsylvania: UP, 2005.
Iván Ortega / Ciudad de México, 1990. Poeta. Es maestro en Literatura Comparada. Ha colaborado en diversas revistas nacionales como La Tempestad, Poligrafías, Grafógrafxs y Metrópolis.