septiembre 2023 / Dossier, Traducciones

Los graznidos de la luz

 
Versiones al español de Cristián Gómez Olivares
 
 
La selección que aquí presentamos comprende un arco cronológico de aproximadamente cien años. No es, en ningún caso, una muestra exhaustiva de la producción lírica de los poetas afroamericanos del siglo XX y XXI. Por el contrario: se trata de una muestra muy acotada de autores que precisamente son (algunos de) los menos conocidos fuera del ámbito angloparlante. E incluso en su interior.

Figuras relevantes de la poesía estadounidense como Gwendolyn Brooks comparten espacio con autores de una vanguardia poética limitada en su contacto con el público lector, pero no en sus aspiraciones, como es el caso de Russell Atkins. Así, esta brevísima selección ha querido reflejar algunos de los debates más urgentes que ha enfrentado la poesía afroamericana; por ejemplo, sus hipotéticas relaciones con la poesía de Estados Unidos, con la cual algunos autores afrodescendientes intentan cortar todo vínculo.

Como respuesta al racismo histórico y estructural que no ha permeado, sino que constituye a una sociedad como la estadounidense, este conjunto de autores (pero no sólo ellos) ha logrado mantener una aguda conciencia de las exclusiones de las que es víctima, pero también del modo en que aquellas deben combatirse. Y aquí podemos vislumbrar el que tal vez sea el debate decisivo para esta poesía, como el de su propia definición. La poesía afroamericana, ¿es poesía norteamericana?, ¿es un discurso distinto que debe ser estudiado independientemente? ¿Dónde comienzan las lecturas identitarias y dónde terminan? ¿Cuál es su relación con la tradición literaria de lengua inglesa?

A falta de una respuesta definitiva, sí tenemos en claro que las múltiples respuestas dadas se encuentran en permanente reformulación. La era de los derechos civiles, de Martin Luther King y Malcolm X ha devenido, con todos sus defectos y algunas de sus virtudes, la era de Barack Obama y George Floyd, que también es la época de la desinformación, del asalto al Capitolio por los seguidores de Trump y de Will Smith abofeteando en la ceremonia de los Óscares a Chris Rock. Un crisol de fuerzas a punto de estallar. Algo de eso está en estos poemas. Pero también hay mucho más que los lectores podrán descubrir si les siguen los pasos a estos poetas aquí presentados.

—El traductor

 
 
atkins

Russell Atkins (1926)

 

Idilio

la nieve tiene restricciones
y te toma del brazo:
la religión, la moral de la nieve
en torno al paisaje, se relaja
con la sonrisa de un ministro
y sus manos cruzadas
encima de una enorme barriga

a diferencia de la autoridad
en otras partes, la nieve no
mantendrá un par
de esposas

la nieve odia el cuerpo
y la moda
 
 
Idyll

snow brings restraint
and takes you by the arm:
snow’s religious, morals over
the landscape, relaxes
with a minister’s smile
and its hands folded
across a great belly

unlike authority
elsewhere, snow will
not keep a pair
of handcuffs

snow hates the body
and fashion
 
 
 
 
Crímenes imaginarios en un jardín real

una primavera ya sin aliento
camino a un verano avergonzado:
                                                 reúno
hierba alérgica y raíces de arbustos
estéril desde el año pasado (no habrá agua de lluvia
que pueda ayudarlas, no hay esperanza con el agua)
                                                 súplica inútil de las ramas:
un arbusto de arándanos pidiendo, rogando;
un montón de maricones, sus cuellos,
romper los cuellos de las ramas      crujiendo
                                      tierra gruesa–
entre las manos, contra los nudillos
(la oprimida tráquea de un hombre gordo)
la rama del feto de una mujer,
la forma de la rama de una mujer
                                                 pártela en dos
despacio, dolorosa               grito de violación
un femenino retorcerse
                                                 los arrojé
hacia abajo                            cerré la bolsa
con un cable corto
                                                 éste es el asesinato
 
 
Imaginary crimes in a real garden,

a spring already short of breath
on its way to ashama’d summer:
                                                 I gather
allergic grass and shrubs’ roots
sterile from last year (no rainfall’ll
help them, no hope from water)
                                                useless beseech by boughs:
a blueberry bush asking, pleading;
faggots in a bunch, their necks,
snap of twigs’ necks      crunched
                                      thick earth–
between the hands, against knuckles
(a fat man´s squeezed trachea)
a bough woman’s fetus,
a shape of a female twig
                                                break her
slow, painful                         scream of rape
a feminine squirming          
                                                I shove
them down                            bind the bag
with a short wire                  
                                                this is the kill
 
 
 
 
Es aquí en el

Aquí en el diario – desastre de la zona este.
Esta fotografía destinada a provocarle fatiga al corazón.
Algo borroso que empaña las páginas:
Por un lado el gris de lo severo espantoso,
Luego completamente las linternas divide.
Hay mucho enorme alrededor, me imagino
esos no son personas
en medio del sufrimiento de —
(¿qué es lo que más tenemos? ¡Por Dios santo!
Algo como parar en seco eso
choque de sangre y el shock permanente
de las ramas severas y un inmenso y rápido brillo
Y dos no yacen escandalosamente inmóviles
Uno tiene una mirada demente y el otro está
cerrado insulso
la cadera gira
endureciendo lo que no es duro, desendureciendo
lo endurecido
 
 
It’s here in the

Here in the newspaper — wreck of the East Bound.
A photograph bound to bring on cardiac asthenia.
There is a blur that mists the pages:
On one side’s a gloom of dreadful harsh,
Then breaks flash lights up sheer.
There is much huge about, I suppose
those no’s are people
between that suffering of —
(what have we more? for Christ’s sake!
Something of a full stop of it
crash of blood and the still shock
of stark sticks and an immense swift gloss
And two dead no’s lie aghast still
One casts a crazed eye and the other’s
closed dull
the heap twists up
hardening the unhard, unhardening
the hardened

 
 
 
 
atkins

Robert Hayden (1913-1980)

 

Esos domingos de invierno
 
Mi padre también se levanta temprano los domingos
y se ponía la ropa en ese frío negro que llegaba a ser azul,
después con el dolor de sus manos rajadas
por el clima del trabajo durante la semana encendía
esos fuegos que estaban apagados. Nadie nunca le dio las gracias.

Yo despertaba escuchando las astillas del frío, quebrándose.
Cuando los cuartos se habían calentado, nos llamaba,
y despacio me vestía y me levantaba,
atemorizado por la ira crónica de ese hogar,

hablándole con indiferencia,
él, que había expulsado el frío
y le había sacado brillo a mis mejores zapatos.
¿Cómo iba a saber, cómo podría haber sabido
lo austeras y solitarias que serían el amor y sus oficinas?
 
 
Those Winter Sundays
 
Sundays too my father got up early
and put his clothes on in the blueblack cold,
then with cracked hands that ached
from labor in the weekday weather made
banked fires blaze. No one ever thanked him.

I’d wake and hear the cold splintering, breaking.
When the rooms were warm, he’d call,
and slowly I would rise and dress,
fearing the chronic angers of that house,

speaking indifferently to him,
who had driven out the cold
and polished my good shoes as well.
What did I know, what did I know
of love’s austere and lonely offices?
 
 
 
 
Un camino en Kentucky

Y cuando la mujer de la balada fue
a ese amante cuya vida había roto,
porque oh este fue el camino que ella tomó,
camino lleno de barreras como el fuego del espino,
como el cedro y el aliso y el zumaque y las espinas.

Sus contoneos manchados por la arcilla roja
y las piedras se metían en sus zapatos
y de él era la casa sin amor donde el camino dobla
y sus campos de maíz muriendo
en los brazos del espantapájaros.

Y cuando ella hubo dejado a su amante tendido
tan cruel tan cruel, con la Estrella de la Esperanza
dibujada en sus ojos, oh éste es el camino
que esa mujer caminó bajo los graznidos de la luz,
tan oscura tan oscura bajo las zarzamoras y su luz.
 
 
A road in Kentucky

And when that ballad lady went
to ease the lover whose life she broke,
oh surely this is the road she took,
road all hackled through barberry fire,
through cedar and alder and sumac and thorn.

Red clay stained her flounces
and stones cut her shoes
and the road twisted on to his loveless house
and his cornfield dying
in the scarecrow’s arms.

And when she had left her lover lying
so stark and so stark, with the Star-of-Hope
drawn over his eyes, oh this is the road
that lady walked in the cawing light,
so dark and so dark in the briary light.
 
 
 
 
atkins

Countee Cullen (1903-1946)

 

Cuadro

Para Donald Duff

Van del brazo cruzando la calle,
El chico negro y el chico blanco,
El esplendor del día dorado,
El orgullo de la noche azabache.

Persianas abajo, el oscuro tipo observa,
Y aquí el tipo hermoso habla,
Indignados de que esos dos se atrevan
Al unísono a esa caminata.

Indiferentes a la palabra y la mirada
Ellos siguen, y no se sorprenden
De que un rayo brillante como espada
Del trueno el sendero enciende.
 
 
Tableau

For Donald Duff

Locked arm in arm they cross the way,
The black boy and the white,
The golden splendor of the day,
The sable pride of night.

From lowered blinds the dark folk stare,
And here the fair folk talk,
Indignant that these two should dare
In unison to walk.

Oblivious to look and word
They pass, and see no wonder
That lightning brilliant as a sword
Should blaze the path of thunder.
 
 
 
 
atkins

Gwendolyn Brooks (1917-2000)

 

Somos súper cool
 
Los jugadores de pool.
        Siete en el Golden Shovel.

           Somos súper cool. Nosotros
           Dejamos la school. Nosotros

           Andamos hasta tarde. Nosotros
           Pegamos con un bate. Nosotros

           Cantamos el pecado. Nosotros
           El gin lo aguamos. Nosotros

           Jazzeamos junio. Nosotros
           Muriendo rápido, uno tras uno.
 
 
We real cool
 
The Pool Players.
        Seven at the Golden Shovel.

           We real cool. We   
           Left school. We

           Lurk late. We
           Strike straight. We

           Sing sin. We   
           Thin gin. We

           Jazz June. We   
           Die soon.
 
 
 
 
Edificio de la cocinilla

Somos cosas de las horas secas y los planes involuntarios,
encaneciendo, y grises. El sonido del “sueño” te marea, no tanto
como “arriendo”, “alimentar a una mujer”, “satisfacer a un hombre”.

Pero, ¿podría un sueño enviar entre anillos de humo
sus blancos y sus violetas, pelear con las papas friéndose
y la basura de ayer pudriéndose en el pasillo,
revoloteando, o cantar un aria por estas habitaciones

incluso si estuviéramos dispuestos a dejarlo entrar,
con tiempo para darle calor, mantenerlo muy limpio,
anticipar un mensaje, dejándolo comenzar?

Nos asombramos. ¡Pero nada de bien! ¡Ni por un minuto!
Ahora que el Número Cinco salió del baño,
pensamos en el agua tibia, esperando entrar en ella.
 
 
Kitchenette Building
 
We are things of dry hours and the involuntary plan,
Grayed in, and gray. “Dream” makes a giddy sound, not strong
Like “rent,” “feeding a wife,” “satisfying a man.”

But could a dream send up through onion fumes
Its white and violet, fight with fried potatoes
And yesterday’s garbage ripening in the hall,
Flutter, or sing an aria down these rooms

Even if we were willing to let it in,
Had time to warm it, keep it very clean,
Anticipate a message, let it begin?

We wonder. But not well! not for a minute!
Since Number Five is out of the bathroom now,
We think of lukewarm water, hope to get in it.
 
 
 
 
Un aspecto del amor, presente en el hielo y el fuego

LaBohem Brown

En un bolso con minutos está este Nosotros.
Qué hermoso.
Extranjeros felices en nuestro amanecer,
nos reímos, nos tocamos,
somos apoyos y postes responsables.

Hay una luz física en la habitación.

Dado que el mundo está en la ventana
no podemos asombrarnos mucho tiempo.

Te levantas. Aunque
afable, estás en ti mismo nuevamente.
Observo
tu andar directo y respetable.
Eres directo y te aceptas a ti mismo como un león
de terciopelo africano. Eres equilibrado, delgado,
remoto.

Hay un momento de camaradería
en el que la interrupción no debe comprenderse.
No puedo soportar una interrupción.
Este es el placer que destella;
el tiempo de no hasta-el-final.

En la calle sonreímos.
Vamos
en direcciones diferentes
por la calle imperturbable.
 
 
An Aspect of Love, Alive in the Ice and Fire

LaBohem Brown

In a package of minutes there is this We.
How beautiful.
Merry foreigners in our morning,
we laugh, we touch each other, 
are responsible props and posts.

A physical light is in the room.

Because the world is at the window
we cannot wonder very long.

You rise. Although
genial, you are in yourself again.
I observe
your direct and respectable stride.
You are direct and self-accepting as a lion
in Afrikan velvet. You are level, lean,
remote.

There is a moment in Camaraderie
when interruption is not to be understood.
I cannot bear an interruption.
This is the shining joy;
the time of not-to-end.

On the street we smile.
We go
in different directions
down the imperturbable street.
 
 
 
 

Carl Phillips (1959)

 

Perra blanca

Primera nieve —la dejo ir hacia ella—
Sé, al dejarla, que no volverá.
Esto es diferente a dejar partir aquello

que damos, desde ya, por ido. No tiene nada
que ver con eso. Tampoco es como querer saber qué
es, al perder algo que amamos, lo que se siente. Oh sí:

yo la amo.
Al dejarla, ella parece por un momento como si
una parte de mí que, casi,

no me importaría
comprender mejor, ¿no es eso,
acaso, el amor? Ella parece una parte de mí,

y luego ella parece completamente como lo que es:
una perra blanca,
contra la nieve, repentinamente, menos blanca,

alguien que no volverá. Eso lo sé; y, sabiéndolo,
la dejo ir. Es como si la dejara ir
debido a que lo sé.
 
 
White Dog

First snow —I release her into it—
I know, released, she won’t come back.
This is different from letting what,


already, we count as lost go. It is nothing
like that. Also, it is not like wanting to learn what
losing a thing we love feels like. Oh yes:


I love her.
Released, she seems for a moment as if
some part of me that, almost,


I wouldn’t mind
understanding better, is that
not love? She seems a part of me,


and then she seems entirely like what she is:
a white dog,
less white suddenly, against the snow,


who won’t come back. I know that; and, knowing it,
I release her. It’s as if I release her
because I know.
 
 
 
 
Naturaleza muerta: trotadora con espejo

Oh, él era hermoso (incluso
un hombre, incluso aquí, puede decirlo),

corriendo hacia su propia gran idea
de lo que la belleza debe ser cuando está
entera de cachonda y determinada
en su lugar.

Éste es el último largo atardecer de Kid Narcissus,
pensé,

en cualquier momento algo distinto va a pasar.

Mucho después, me acordé de aquel poema sobre la urna‒

tú sabes, donde todo el mundo está descalzo y pastoral,
túnicas sueltas y ligeramente
levantadas, como si de verdad hubiera viento
o alguna clase de progreso se lograra

la belleza, para siempre dándole vueltas a lo mismo.
 
 
Still Life: Treadmill With Mirror

Oh, he was beautiful (even
a man, even here, can say it),

racing toward his own good idea
of what beauty must be when it goes
all steamy and determined
in place.

This is the last long afternoon of Kid Narcissus,
I was thinking,

any moment something different will happen.

Much later, I thought of that poem about the urn

you know, where everyone’s barefoot and pastoral,
robes loose and slightly
raised, like there’s really wind
or some kind of headway being made

beauty, chasing tail forever.
 
 

 


septiembre 2023