septiembre 2020 / Inéditos

La playa de toda nuestra vida

  

Principio de un ocaso en Puerto Arista

Jorge Alberto Ballinas Camacho (1970-2017).
In memoriam

40 minutos caminamos
sobre la arena gruesa
de esa playa que en resumen
fue la playa de toda nuestra vida,
el único mar que juntos conocimos.

40 minutos sin decirnos nada
frente al ocaso sucio
del Pacífico salvaje,
entre bañistas del todo
ajenos a nosotros,
gaviotas y zanates
que ominosos picoteaban nuestras huellas
como en un plácido sueño
que empezara a convertirse en un mal sueño.

40 días con sus noches
habría yo caminado
con tal de no pensar
en las cenizas de mi madre
flotando en esas aguas
que las mareas enturbiaban.

Pero entonces dijiste
“¿a dónde vamos?”
y yo volví de mí y caí en la cuenta
de una noción de límite
más allá del que la playa
se extendía desierta y solitaria.

Y silenciosos
volvimos sobre nuestros pasos.

Jamás te agradecí tu compañía,
aquel gesto de callado hermano.
No supe qué decir frente a ese mar
que ahogaba un sol enorme
mientras alrededor
encendía de golpe otros mil soles.*

Tampoco sospeché que en ese instante
tu propia estrella
empezaba también a consumirse.


* Cfr. Francisco Segovia, “Agua” (estrofa 15).

  

Dibujo de Amaranta Caballero, hecho ex profeso para ilustrar «Más noticias de ningún lugar».


Más noticias de ningún lugar

& it’s strange in here
yeah it gets stranger every year
Nick Cave

La vi durante días construyendo
un nido frente a mi ventana.

La vi volar llevando con el pico
misteriosos materiales de la vida posmoderna:
tiras de plástico, alambres oxidados,
pedazos de papel con avisos del futuro apocalipsis.
Revelaciones. Fake News. Trinos confusos.

Durante varios días
observé a aquella ave diligente
cruzar el aire y conquistar
con los restos de otras existencias
el espacio minúsculo
que la pinza de dos ramas le cedía.

Y una tarde asomado a la ventana
la escuché emitir cierto gorjeo
que no era un canto de dicha ni desdicha:
el trino apenas, por decirlo, satisfecho
de quien encuentra por fin
su sitio en el planeta.
Precario. Provisorio. Pero suyo.

Y otro día, sin más, no volví a verla.
Dejó de estar, así: calladamente.
Como tanto en aquella temporada.
Extraña. Oscura. Incierta.

Todo eso que pasaba
en el año del gran confinamiento.

 


Autor

Víctor Cabrera

/ Arriaga, Chiapas, 1973. Poeta y editor. Autor de Signos de traslado (2007), Wide Screen (2009), Un jardín arrasado de cenizas (2014) y Mística del hastío (2017).

septiembre 2020