Leía a Spinoza la tarde que recobré el deseo de perseverar en mí, en un cuerpo que es en y con otros infinitos cuerpos. Los poemas aquí reunidos conversan con el filósofo de la vieja Ámsterdam, recogiendo fragmentos de la Ética como motivos pre-textuales. La Ética, como es sabido, se publicó de manera póstuma y anónima, y ha tenido decenas de ediciones y diversas traducciones al español; en este caso hago uso de las realizadas por Atilano Domínguez [Baruj Spinoza, Ética demostrada según el orden geométrico. Trotta: Salamanca, 2000].
Banquetera en los noventa
y su sabiduría no es meditación de la muerte, sino de la vida.
Libro V, prop. 67.
El clóset me quedó pequeño
y era demasiado solitario
miré pasar los cuerpos
de rostros invisibles
desde mi posición
espié
la marcha transitando
del negro al rosa al arcoíris
de la indignación a la jotería al orgullo
el acrónimo fue sumando letras
mi cuerpo, años
y mi pelo se hizo blanco
y no fue repentino
la revolución sexual que yo esperaba
me alcanzó con treinta años de retraso
and I could say cool
good for you gender-fluid kids
pero elijo decir chido
no me importa
debe ser la menopausia
esta falta de deseo de ser deseada
hartazgo de una vida de exigirme
amar correctamente
nunca fui ni demasiado les
ni suficientemente buga
el clóset me quedó pequeño
la marcha pasó del negro al rosa al arcoíris
una letra llenó el vacío de la palabra
que repito en silencio
en este umbral
de vieja
de amantes olvidables
como yo
en los noventa.
Libro III, prop. 10.
Este espacio que habito
este cuerpo
desmenuzado en tiras de selenio
intervalos biológicos de referencia
riesgos moderados
—conteo de enzimas análisis de
posibles disfunciones—
esta línea oscura atravesándome
diez, nueve, ocho… al cero
presión arterial declive
—trans4,5-Epoxi-(E)-2-decenal—
esta nariz larga en demasía
rota en demasía
respiración láctea
—gonadotropina citrato de clomifeno
ovarios poliquísticos—
este útero que se contrae y expulsa
coágulos endometriales
deseos inoculados
injertos
inciertos
pasos a seguir cada noventa días
—ecografía madurez ovocitaria—
piernas abiertas
muslos violentados
cuento cuerpo
cuerpo historia
debajo de las luces del quirófano
el niño
embebido en sangre
—vísceras expuestas cicatrices—
glándulas mamarias
boca
noches abiertas
de ojos abiertos
desencanto dolor
parecido al arrepentimiento
siento.
no implica el conocimiento adecuado del cuerpo exterior.
Libro II, prop. 25
Hambre que me es ajena
pero que sacio con dolor en mis pezones
hambre que arrullo
desde la apertura del sacro
el cordón tasajeado
se conecta a tu espalda
duermes y no sabes
qué significa estar fuera de mí
te toco sin saber
qué significa la distensión en tus costillas
seco tu pelo oloroso a bayas falsas
derroto la distancia que intenta distinguirnos
en el ejercicio de poseer tu cuerpo
tú me apresas
cuerpo alma cosa entre las cosas
amor es patrimonio de los cuerpos
excrecencia de la voluntad
el pensamiento yo pienso
como la vaca
como la cerda
como la perra que suspiró profundo
un momento antes de morir
condenada al silencio de su bestialidad
la bestia agacha su cabeza y ama.

Autor
Sandra Lucía Ramírez
/ Ciudad de México, 1972. Poeta, doctora en Filosofía de la Ciencia por la UNAM y especialista en Estudios Sociales de la Ciencia e Innovación Tecnológica por la Universidad de Oviedo. Es autora de varios artículos y ensayos académicos.