Traducción de Leonor López de Carrión.
Gemelas
Garabateo en la penumbra que compartimos.
Duermes y me tocas con los gestos
de cuando estaba embarazada.
Mis ojos se entrecierran.
Seremos intrauterinas
dentro de nada.
Gémeas
Escrevinho na penumbra que partilhamos.
Dormes e tocas-me com os gestos
de quando estava grávida.
Os meus olhos semicerram.
Seremos intrauterinas
não tarda.
Alelopatía
La observación atenta genera
porque el detalle fecunda.
Surges del examen de toda la fibra.
Por palpación
miembros y nalgas suman.
Nuestras raíces se funden
porque se reconocen
en la sed, no en la tierra,
comparten agua como murciélagos.
Cada mirada
anteras que se abren de par en par
con el deambular de un feto.
Alabados sean los pétalos
guardianes de nuestra pureza.
Alabados sean los insectos
heraldos de su profanación.
Alelopatia
A observação atenta gera
porque o detalhe fecunda.
Resultas do exame de toda a fibra.
Por palpação
membros e nádegas acrescem.
As nossas raízes fundem-se
porque se reconhecem
na sede, não na terra,
partilham água como morcegos.
Cada mirada
anteras que se escancaram
com o vagar de um feto.
Louvadas sejam as pétalas
guardiãs da nossa pureza.
Louvados sejam os insectos
arautos da sua profanação.
Tenaz,
perseguí el globo que voló de las manos
del infante.
Cuando se lo devolví, como quimera
del bizcocho,
sugerí “agarradlo fuerte por el ombligo”.
Pero esto fue ayer,
cuando traía los capilares expuestos.
Hoy es día de alimentar peces de pecera
y jugar en la bolsa del silencio.
Una bondad rechoncha camufla hojas muertas
en bolsitas de té negro
—en un plato, los milagros del día útil;
en otro, los fraudes del final.
Ignoro la dirección del equívoco
pero sé que él lo es.
Cumplo los itinerarios,
voy a los lugares a expurgar.
En los sueños deshidratados,
una huida jadeante,
bucéfalos bicéfalos son domados,
transformistas están mal ataviados,
incesto una cesta de comida,
un vaso de amaretto, cianuro, cicuta,
el río, el monstruo, el cálculo
originado por organismo bacteriano,
estrato calcificado,
prueba de periontatlo que dura un decatlón.
Ignoro la dirección del equívoco
pero él lo es.
Tenaz,
persegui o balão que voou das mãos do infante.
Quando lho devolvi, qual quimera do bolo,
sugeri «agarrai-o pelo umbigo com força».
Mas isto foi ontem,
que trazia os capilares expostos.
Hoje é dia de alimentar peixes de aquário
e jogar na bolsa do silêncio.
Uma bonomia balofa camufla folhas mortas
em saquetas de chá preto
—num prato, os milagres do dia útil;
noutro, as fraudes do fim.
Ignoro a morada do equívoco
mas sei que ele é.
Cumpro os itinerários,
vou aos lugares a expurgar.
Nos sonhos desidratados,
uma fuga ofegante,
bucéfalos bicéfalos são domados,
transformistas estão mal ataviados,
incesto um cesto de comida,
um copo de amaretto, cianeto, cicuta,
o rio, o monstro, o cálculo
originado por organismo bacteriano,
estrato calcificado,
prova de periontatlo que dura um decatlo.
Ignoro a morada do equívoco
mas ele é.
El lobo se comió al colibrí.
Ahora, cuando abre las mandíbulas,
el canto de la avecita se le escapa
—el colibrí es el lobo
y el lobo el colibrí.
También el colibrí puede comerse al lobo,
sin embargo, al abrir el pico,
morirá con el aullido.
O lobo comeu o colibri.
Agora, quando abre as mandíbulas,
o canto da avezinha escapa-se-lhe
—o colibri é o lobo
e o lobo o colibri.
Também o colibri pode comer o lobo
porém, ao abrir o bico,
morrerá com o uivo.
Temo revelarte el sumo secreto:
que no hay secretos, solo límites
vendas que voluntariamente apartamos
para contemplar colosos y microbios
dispuestos en patrones
a los cuales se impone inyectar aleatoriedad
e incertidumbre
para comprender el tedio.
Y que algo tiene que morir para que
podamos vivir.
Como cocodrilos somos rescatados por
la lágrima.
Que una madre tenga que explicar el
infierno de todo esto
—en un parpadeo, el paraíso.
Nada que hacer:
somos omnívoros
somos necrófagos
pero no tenemos por qué ser
canallas ni mezquinos
—te dice este fantasma voraz
que ya ha sido hija.
Receio revelar-te o sumo segredo:
que não há segredos, só limites
vendas que voluntariamente arredamos
para contemplarmos colossos e micróbios
dispostos em padrões
aos quais se impõe injectar aleatoriedade
e incerteza
para compensar o tédio.
E que algo tem de morrer para podermos
viver.
Como crocodilos somos remidos pela
lágrima.
Ter uma mãe de explicar o inferno de tudo
isto
—num piscar de olhos, o paraíso.
Nada a fazer:
somos omnívoros
somos necrófagos
mas não temos de ser
sacanas nem mesquinhos
—diz-te este fantasma voraz
que já foi filha.
Poemas tomados del libro Taxidermia, publicado en 2021 por Ediciones Liliputienses.
Autor
Catarina Santiago Costa
/ Lisboa, 1975. Poeta. Sus libros, Estufa (2015), Tártaro (2016) y Filha Febril (2017) han sido publicados por la editorial Douda Correria. Ha participado, entre otras, en ediciones de Enfermaria 6, Diversos Afins (Brasil), Flanzine, Cidade Nua, Revista Gerador, Luvina y Suroeste. Revista de Literaturas Ibéricas. Es madre de Nê.