Versiones del gallego al español de la autora
Voy por la carretera enteramente insatisfecha, atravesando bancos de niebla que golpean el auto,
con la finalidad de romperme.
La realidad es que espíritus sin paz
atravesaron la noche y me atraviesan a mí,
que cruzo el bosque por la carretera.
Me cuido de los ojos de los conejos,
que parecen ver el martillear
de mi sangre en la frente,
el corazón líquido derritiéndose
en el tablero,
las palabras inexactas
salpicadas por las ventanillas abiertas,
el acto consumado en la pista forestal, lejos de los faros,
lejos de la gente,
de mí,
únicamente cerca de un molesto silencio indigno
mediana
mediocre
No hay insectos en el parabrisas,
falso.
Me muevo como las muñecas,
uno dos uno dos
Miro la experiencia
en el ombligo
y me digo
—basta de esta mierda!
Veo las estrellas rutilantes,
la Mujer Polar,
el Arquero,
Acuario
yo una torre en la galaxia
sacudida por el miedo
a la oscuridad,
yo un cometa
que nació cometa
y nada impide
ni tuerce
(ningún dios que nazca!)
su trayectoria a la eternidad.
Regreso a la vida
después de esta muerte
a 40 kilómetros por hora.
Vou pola estrada enteiramente insatisfeita, atravesando bancos de néboa a golpear o carro,
coa finalidade de romperme.
A realidade é que espíritos sen paz
atravesaron a noite e atravésanme a min,
que cruzo a fraga pola estrada.
Teño conta dos ollos dos coellos,
que parecen ver o martelar
do meu sangue na fronte,
o corazón líquido a derreterse
no cadro,
as palabras inexactas
batuxadas polas ventaíñas abertas,
o acto consumado na pista forestal, lonxe dos faros,
lonxe da xente,
de min,
unicamente preto dun molesto silencio indigno
mediana
mediocre
Non hai insectos no parabrisas,
falso.
Móvome como as bonecas,
un dous un dous
Miro a experiencia
no embigo
e dígome
—basta desta merda!
Vexo as estrelas rutilantes,
a Dona Polar,
o Arqueiro,
Acuario
eu unha torre na galaxia
abalada polo medo
á escuridade,
eu un cometa
que naceu cometa
e nada impide
nin torce
(ningún deus que naza!)
a súa traxectoria á eternidade.
Regreso á vida
despois desta morte
a 40 quilómetros por hora.
Así que los manzanos viejos cerraron los ojos, todo el huerto
oró bajito.
Nunca dieran tanto fruto las ramas enjutas
el corazón seco
preñado de hongos del color de la miel.
Padre sostenía
el peso de la fruta
con viejos cantos del trabajo, y mamá
tejía un lienzo
en el unto ciego de la solana.
Yo no más era que
un deseo del níspero
de florecer.
Así que as maceiras vellas pecharon os ollos, todo o pomar
orou baixiño.
Nunca deran tanto froito as irtas ramas
o corazón seco
preñado de fungos da cor do mel.
O pai sostiña
o peso da froita
con vellos cantos do traballo, e mamá
tecía un pano
no punto cego da solaina.
Eu non máis era que
un desexo da nespereira
de rosear.
Tantas veces gocé de esta llanura, tantas veces esta nata no tenía nombre y era un espacio de ahogamientos inacabados,
mozos nuevos muy fuertes anónimos singularizados seducidos por la heroína, y miedo al agua y a los pozos negros de hojarasca caída.
Tantas veces repaso los orígenes, tantas!
Y ahora la evidencia es que el oro del Tea, el de todos los tiempos, lleva mi nombre grabado en una esclavina, y así también el nombre de las vecinas y de la historia de las vecinas que aquí no se ahogaron, mas se vieron reflejadas de lejos, en un espejismo muy vivo.
Y si restan preguntas mañana serán contestadas. En los limos.
El río observa desde sus ojos de tigre tendido en el valle,
Una trucha venerable desdentada canta para mí un letargo y un refugio oscuro.
Pequeños escalos en manada menuda muerden en las pieles mudadas,
renacuajos de limón.
La lámina del agua
envuelve mi vientre con mansedumbre
de buey.
Encantamiento
de las poldras cóncavas,
del sí y del no!
Y el carro por encima de los huecos, paso lento,
levanta arena
en las entrañas.
Tantas veces gocei desta chaira, tantas veces esta tona non tiña nome e era un espazo de afogamentos inacabados,
mozos novos moi fortes anónimos singularizados seducidos pola heroína, e medo á auga e ás pozas negras de follaxe derramada.
Tantas veces repaso as orixes, tantas!
E agora a evidencia é que o ouro do Tea, o de todos os tempos, leva o meu nome gravado nunha esclavina, e así tamén o nome das veciñas e da historia das veciñas que aquí non afogaron, mais se viron reflectidas de lonxe, nun espellismo moi vivo.
E se fican preguntas mañá serán contestadas. Nos limos.
O río observa desde os seus ollos de tigre deitado no val,
Unha troita venerable desdentada canta para min un letargo e un refuxio escuro.
Pequenos escalos en manada cativa morden nas peles mudadas,
cágados de limón.
A lámina da auga
envolve o meu ventre con mansedume
de boi.
Encantamento
das poldras cóncavas,
do si e do non!
E o carro por riba dos ocos, paso lento,
a levantar area
nas entrañas.
Hija del hierro
y de las palomas blancas.
Una alegre lluvia de palabras
gritos cantos
como estrellas
que se funden
en mis ojos,
propietaria de caminos, de los ecos de los pasos,
de la distancia.
En las raíces,
las astillas dentadas
de la escoria en el crisol, consumida;
en las alas batiendo, la chispa .
¿Y si la noche refrescase
para que las garras desgarrasen
seda?
Y la mañana el silencio
que precipita la hoguera
donde arderemos todos.
Filla do ferro
e das pombas brancas.
Unha alegre chuvia de palabras
berros cantos
como estrelas
que se funden
nos meus ollos,
propietaria de camiños, dos ecos dos pasos,
da distancia.
Nas raíces,
as estelas dentadas
da escoura no crisol, consumida;
nas ás batendo, a faísca.
E se a noite refrescase
para que as poutas esgazasen
seda?
E a mañá o silencio
que precipita a fogueira
onde arderemos todos.
* Poemas pertenecientes a 1977-2023 (Davinci, 2023).
Autor
Ana Belén Fernández Melón
/ Galicia, España, 1977. Poeta y traductora en lenguas gallega y española. Su obra ha merecido los Juegos Florales del municipio de Pontereareas, Galicia, en 2019 y 2020, así como el III Certamen de Poesía del municipio de Cabanas en 2022. Este año publicó su primer libro titulado 1977-2023.