septiembre 2023 / Inéditos

Pareciera que todo es un gran cablerío

 
Del amor, telaraña de tiempo

A las cuatro quizás, más bien las cuatro y cinco.
Era de madrugada cuando el insecto vino
a adherirse al telar de la memoria,
que habíase dispuesto por sí solo
entre una columna y otra de este enorme balcón.

Un acontecimiento fue, tal vez,
de un momento anterior,
que encarnado en insecto vino a dar a esta mesa.
No era ni mariposa ni cigarra
(aunque alas sí tenía),
escarabajo menos,
pero trajo al cuaderno algunas voces,
algunas circunstancias
ya casi prisioneras del olvido.
Era un rostro y un nombre que se multiplicó
en más rostros, más nombres,
pero eran, en el fondo, una misma persona.

Mejor será olvidarse de los datos
que describan de más las situaciones.
Pongamos, por ejemplo, que su nombre era lluvia.
–Dígase de ese modo solamente–.
Esa lluvia de junio ahuyentó a nuestro insecto
y lo trajo hasta aquí.
Una primera lluvia de otra fecha
tomó las formas crueles del deseo,
se instaló en los sentidos, y un día repentino
se desapareció.

Ya de vuelta otro tiempo,
cambió nombre y figura,
aunque ostentando siempre a los mismos deseos.
Madrugadas se fueron, madrugadas vinieron,
y aquella misma lluvia, con nuevos apellidos,
se apoderaba siempre
del cuerpo, las arterias, la memoria.
Siempre un traje distinto,
siempre nuevos olores.

Qué forma extraña tienen las cosas de volver.
Pareciera que todo es un gran cablerío
una gran telaraña de recuerdos.
Un insecto tan solo,
puede hacer que aparezcan de repente.
 
 
 
Es navío que encalla por ahora y se traviste en parque

Corre a diestra y siniestra.
Alborota las calles
y obliga a transeúntes a que cierren los ojos:
hay tanta arena cerca, como tiempo
adentro de un reloj,
para medir que el viento cacarea
la muerte oscura de la primavera.

La playa se traviste en un parque feliz
donde muchas familias
alegres o infelices
conviven no importando
si es lunes o domingo,
valiéndoles sopor el nombre del vecino,
o el joven que corteja a alguna chica
de cuerpo más esbelto
que el humo del cigarro.

Hubo fechas también,
cuando abrir o cerrar la mirada ante un soplo
de arena en vendaval,
servía incluso para imaginar los pasos
de millones de hormigas
por la cara y las piernas.

Anduvo en esos parques, la gente que fingía
ignorar el hastío en la oficina
o el hogar, atrapada por la monotonía.
Pero el viento desdibuja
imágenes de la arena,
tal si el verbo vivir equivaliese
a trazar en cuadernos: garabatos, palabras,
figurillas de aquello que ya fue,
ha dejado de ser y sin embargo,
sospechamos que pronto
va a reencarnar en otros
cuerpos, cosas, asuntos,
e igual en otros parques.
 
 
 
Un atisbo del tiempo que se va con impaciente andar

Destejer y tejer con los segundos
el ansia de la espera,
es impaciente andar estando quietos
por estas calles de aire tan silente,
donde la madrugada se tropieza
con los finos estambres del tejido.
Entonces esperar empieza a convertirse
en la contradicción de querer que transcurra
sin transcurrir el tiempo,
con la esperanza vaga de que llegue el instante
que el aguardar concluya como si alguna luz
hiriese la neblina, o termine la lluvia
o se acabe diciembre, o bien, alguna voz
interrumpa de pronto este silencio
de mirar el afuera donde las casas duermen,
con ese insoportable albergar tanta gente
que no conoce nada de impaciencia.
Y que esa voz desdiga lo callado,
alimente la dicha de escuchar
más allá de palabras solebundas
que tejen y destejen con las manos atadas
el traje del insomnio que jamás se termina.
 
 

No hay ninguna descripción de la foto disponible.


Autor

José Landa

/ Campeche, Campeche, 1976. Poeta y editor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, egresado de la Licenciatura en Psicología y de la Maestría en Psicología Clínica. Sus libros de poesía más recientes son El grimorio secreto de la luz (2021), Aunque murmure el frío (2020), Tribus de polvo nómada (2011) y Ciego murmullo de ciudades portuarias (2011). Ha obtenido numerosos reconocimientos como el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Alcalá, el Premio Internacional Luys Santamarina y el Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón. Ha sido becario del Programa Jóvenes Creadores del Fonca, en el área de poesía.

septiembre 2023