Biografía
Y esa gente que sugiere me ponga en los zapatos del otro. Como si mis pies infantiles no se hubieran metido en los zapatos de mi padre para tambalear por la casa, mientras balbuceaba órdenes entre aplausos adultos. Como si en mi sexto cumpleaños no me hubiera adornado con aquellas botas rojas para encarnar a La Mujer Maravilla ante princesas y futbolistas decepcionados. Como si en la pubertad no hubiera comprado aquellas sandalias de cuero mal curtido para sentir el pasto cerca y escuchar a Pink Floyd. Como si durante la universidad unas botas militares no me hubieran herido mientras me aprendía los discursos del Subcomandante Marcos. Como si al graduarme no hubiera forzado mis pies hinchados en unos tacones para errar doce horas en una oficina entre aplausos de nadie. Como si no llevara años coleccionando suelas con agujeros. Como si tuviera el tiempo para probarme las tallas y los modelos de tanta gente. Como si no soñara con ir descalza.
Ritual
Ato el nudo derecho
a la velocidad de la luz
sin reparar
en tu boca abierta
en tus ojos incrédulos
hago
un nudo doble
preveo
una traición
decirle a una cosa: quédate quieta
es invocar falla malogro rasgadura
Ato el nudo izquierdo
someto a la materia
(sin revelar
mis trucos)
te enseño
que amarrar las agujetas
es una forma de magia
que bendice caminos
y evita tropiezos
Jodie Foster
comienza por los pies
elige
: zapatos de plataforma rojos,
construye un atuendo
inspirada en Jodie Foster,
no tan flaca ni tan bella,
más bien con prisa,
como en Taxi Driver
va contra la adversidad
: calles inclinadas, tobillos débiles, banquetas rotas, pies sudorosos
ignora su instinto
cede al vértigo
avanza unas cuadras
: semáforo, alguien silba, tantos vehículos, doble sentido
se presenta un hombre
no es Robert de Niro
es el proxeneta
le mira los zapatos y se burla
: esa altura, ese descaro,
e s e c o l o r
un final
de película clásica
Aquellos botines tipo cowboy
que me entierren con ellos al amanecer.
Yo quería ser un vaquero
desenfundar mi pistola al viento y
hacer justicia entre plantas rodadoras
vestía con estilo para anunciar mi entrada
un paso, una mirada a la vez,
la suela de piel contra con el piso de madera
un salón uniformado
la maestra temblaba entre forajidos
(el recuerdo del más buscado la dejó tuerta)
un montón de miradas ansiosas de retarme a duelo
pudo ser la sangre en mis calcetas
lo que delató mis intenciones
la falda me ajusté con brío y
a falta de espuelas, hice sonar mi lonchera de metal
a falta de sombrero, pasé el dedo por mi diadema aterciopelada
Fue alto el precio de usurpar la figura del cowboy
avanzo con mi andar renco y
dedico al horizonte
las cicatrices de la vida en el desierto.
Autor
Corina H. Reyes
/ Ciudad de México, 1985. Poeta, narradora y ensayista. Vive en Oslo, Noruega, desde 2017. Ha publicado en revistas como Temporales (NYU) y Río Grande Review (UTEP). Actualmente estudia un diplomado en Escritura Creativa.