Estoy sentada en un bosque en la cumbre de una montaña. Hay un camino entre los árboles. Un ciervo tras del otro salen del camino. Sus astas son enormes y hermosas. Están serenos y sin miedo. Alguien está sentado a mi lado. No se sabe quién.
Traducciones
Aquí uno pasa por la oscuridad
Los crujidos nocturnos y un silencio/
irreal: hojas, voces lejanas, un chapaleo/
tal vez de grandes peces en el lago. También la luna/
que pasa tiene su voz/
lunar, de cabra amarilla. Y es tu turno,/
esta vez, de velar/
por mí, por mi respiración/
que a cada rato se disipa en la oscuridad.
Como la maza de los héroes. Siete poemas del jeque Reza Talabani
Cuando la verga se despierta no pregunta,/
¿extraño o pariente? Su maza tunde por detrás/
y por delante. Tengo una verga gruesa,/
que se ha metido en angostos agujeros/
hasta herirse la cabeza. Magulló sus ijares/
hundida hasta el cuello en otra piel.
Respecto a la traducción de un poema de Philip Larkin
La edición de los poemas completos de Philip Larkin revela un aspecto interesante de su producción: son más los poemas que no publicó en vida que los poemas publicados. Los primeros ocupan doscientas páginas de la edición, mientras que los textos publicados por el poeta solo abarcan ciento veinte páginas. Aunque prolífico como escritor de cartas y autor también de diversas novelas y textos narrativos, Larkin fue principalmente conocido como poeta.
Peticiones en formas simples
Los nuevos esclavos son eternamente obedientes
Son recibidos amable y lenta-aburridamente, pero
Siempre con la manicura precisa y
con robots cargados y llenos de sonrisas.
Los nuevos esclavos son eficientes
Para calcular, decir, comprar
Para apartar rápidamente sus manos
si éstas son feas
Para esperar aunque lo que quieran sea
Poemas a José Salvador Alvarenga
el mar comienza a acomodar su salitre
sobre mis ojos,
suelta a mis oídos, su taládrica respiración,
choca constante en mis sueños
sus ensortijados oleajes.
Poco a poco comienzo a hundirme.
“Las cosas oscuras tienden a la claridad”: traducciones de Guillermo Fernández
En el año 2000 vio la luz una de las colecciones más bellas de la entonces Subdirección de Publicaciones del Instituto Mexiquense de Cultura (actual Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México): La canción de la Tierra, concebida por el traductor y poeta Guillermo Fernández y coordinada por él hasta su asesinato, el 30 de marzo de 2012. Presentamos una selección de traducciones de Ed è subito sera. Un siglo de poesía italiana .
Todos los hombres que cuido de algún modo
Jairo, el dolor que sientes nunca te dejará/
como sé que Valeria sí lo hizo./
Ian, tengo pavor a quedarme dormida/
pensando que estoy sola yo también./
Raúl, no puedo asegurarte que verás nuevamente El Salvador/
pero tú puedes ser aquí quien quieras./
Ray y Freddie, lamento haberles dicho mexicanos/
cuando ambos son salvadoreños. No se lo vuelvo a hacer a nadie./
Arthur, nunca seré capaz de convertir tu intensidad/
en amor. Te lo ruego, no me hagas decírtelo.
Más allá de cualquier zona prohibida
Considerada integrante de la generación de poetas polacas nacidas entre los años sesenta y setenta, bautizada como «las nietas de Szymborska», Marta Eloy Cichocka (1973) tiene algunos abuelos y abuelas más, y peculiaridades que hacen de la suya una voz muy diferenciada de sus contemporáneas. Si bien puede decirse que aprende de la Premio Nobel la forma de intensificar en sus versos la conciencia del ser y un cierto tono irónico, Cichocka no es menos “nieta poética” de su compatriota recién fallecido, Adam Zagajewski, con el que compartía tanto la experiencia de haber residido varios años en Francia como su amor por España y por la tradición poética en lengua española.
La Cochinísima
De haber nacido/
mujer, ya habría dado/
a luz siete/
hijos de nueve/
hombres distintos./
Ahora, vivo entretenido/
con las teorías/
que explican mi gusto/
por olores específicos,/
cierta distribución de pelos/
en las piernas ajenas,/
el cabello en la nuca/
y en el pecho…