Me gusta creer que Sor Juana Inés de la Cruz pensó y quizá soñó en náhuatl, y sé que en algún momento de su andar escuchó el otomí en alguna de sus variantes. Motivada por estas suposiciones, me he adentrado a traducir algunos sonetos, los más conocidos por ahora; llevarla al otomí-hñähñu a través de la traducción, me concede escuchar su voz desde ese otro lugar, desde el universo otomí y es ahí donde puedo acercarme a ella.
Traducciones
Poemas para otros no vistos y no nacidos
Cuando escribí de las mujeres en sus bailes, salvajes, fue una máscara,/
en su montaña, cazando dioses, cantando, en orgías,/
fue una máscara; cuando escribí del dios,/
fragmentado, exiliado de sí, su vida, el amor unido con el canto,/
fui yo misma, partida por la mitad, incapaz de hablar, exiliada de mí.
¿Dónde estará mi cadalso? Doce poemas de Charles Simic (1938-2023)
¿Dónde estará mi cadalso?
Lo buscaba desde la ventana /
a la que asomaba de niño /
en una ciudad ocupada /
muda como un Cementerio
Nosis de Locri, ave tejedora
Nosis de Locri (siglo III a. e. c.) fue una poeta. Sus poemas comparten el destino trágico de la mayoría de las obras escritas en la Antigüedad: se perdieron. Sin embargo, por intervención del azar y gracias a las citas de sus versos que se hicieron hace muchos siglos, doce de ellos han llegado hasta nosotras. Hemos tenido suerte. En general, de las poetas griegas sabemos poco y podemos leer poco.
La hermosura ha perdido nombre y nicho
¿He yo de compararte a este verano?/
Tu manera es más maja y moderada./
La rosa afronta en mayo al viento en vano./
La estancia del verano es limitada./
El sol a veces arde en desmesura./
A veces lo oscurecen nubarrones./
Todo lo hermoso pierde su hermosura,/
como dicta natura sin razones./
Mas tu verano es amplio y dilatado,/
y toda tu belleza está en su seno.
faltamos en esa imagen, alemania
en la bolsa del mandil de mi madre todavía hay un par/
de monedas cubiertas con capas de grasa/
tómame, enséñame nuevas canciones y pecados terrenales/
toma la pinza, extrae del corazón la pulga en él empedernida/
su fama debería quedarse sin un techo eternamente/
empaco ropa interior en la bolsa del súper, calcetines, palitos de sal, galletas/
y un libro de poesía barato dedicado a ti
Carta a un joven poeta: una (re)traducción
Permítame repetir que yo no asumo ninguna responsabilidad por mis sentidos cuando leo; yo solamente registro el hecho de que hay una insatisfecha en mí, que se queja porque le parece extraño —considerando que el inglés es una lengua diversa, una lengua exuberante; una lengua sin igual por sus sonidos y colores, por la fuerza de sus imágenes y su poder de sugestión— que estos poetas modernos escriban como si no tuvieran ni ojos ni oídos, ni plantas en los pies ni palmas en las manos, sino solo cerebros honestos, emprendedores, alimentados con libros, cuerpos unisexuales y… Pero aquí lo interrumpo. Porque en lo referente a decir que un poeta debiera ser bisexual, y creo que eso era lo que estaba a punto de decir, incluso yo, que no he tenido la más mínima instrucción científica, trazo un límite y le digo a esa voz que guarde silencio.
Lo más hermoso que dejo atrás es la luz del sol
Lo más hermoso que dejo atrás es la luz del sol;/ lo segundo, las fulgurantes estrellas y el rostro de la luna;/ y también pepinos maduros, manzanas y peras.
La hipoteca de los muertos
Qué es el Tiempo para que el hombre deba recordarlo:/
La tierra tiene 500 mil millones de años, /
Dejando un margen de error de cien mil millones/
Y la evolución del hombre lleva apenas medio millón de años de conciencia, crepúsculo y terror/
Solo una chispa de eternidad nos separa de la bestia desconocida/
¿y qué tan lejos estamos de la rosa, el helecho, la levadura esencial?
No habrá lugar para todos
mis padres del Este/
mis amigos del Oeste/
mis abuelos del Norte/
y mis hijos del Sur/
y también/
mis parientes y mis/
enemigos desconocidos, los amigos/
de mis enemigos, una jauría de perros/
una manada de gatos, mis libros favoritos/
y techos, canciones, héroes y palabras…