Sobre Mehringdamm
voy siguiendo una línea de ciclistas que me adelanta
todos últimamente andan muy apurados
todo se declara muy rápido florece y se pudre
voy contando las banderas que cuelgan de los balcones
los trapitos sucios de Europa que flotan al sol
sigo el poniente en las siluetas que guardan en frascos
con cloro la energía que se acaba
en un momento debo de cambiar de carril
de un salto llevar mi bicicleta hacia el jardín
que han hecho florecer
esto es para que las avispas regresen
para que las abejas
puedan hacer un ruidito que sólo ellas escuchan
para que haya más vida que la nuestra que acapara
para que haya capullos que piquen que hinquen
más pájaros que retornen que succionen que se lleven la miel
entre los jóvenes que buscan el canal yo sigo buscando el carril
de las bicicletas
lo hemos perdido todo y por eso vamos a celebrar
que aún queda algo escondido en el agua
microscópico y celular
algo que brilla con los ojos vendados
ocupando terreno hacia adelante como una cordillera
Me he enamorado del chico que conduce el tractor
para remover la nieve
no le veo la cara
de eso se trata el amor
es suficiente que conduzca algo tan monstruoso como este juguete
para remolcar la luz
me basta que conduzca este temblor bajo mis pies
buscando entre la nieve la suave mirada del cemento
la nieve que empiezo a rellenar con mis caprichos de ramas
con mis recuerdos sin hojas
un trazo de su ojo izquierdo hacia una casa de hormigas
Los abrigos rojos de mis dos amigas
cuelgan uno frente al otro como el yin como el yang
como lo que compite cada día por un lugar bajo la luz
no puedo pronunciar sus nombres
las hago hablar para que suenen distintas
las empujo a las ráfagas de puentes que nadie cruza
al bucle de anuncios comerciales que nadie lee
que nadie quiere que nadie ve
el rigor de cortar verduras
triturar macerar picar
nada de lo que les digo les suena familiar ni les produce inquietud
mi incapacidad de llamarlas por su nombre
me obliga a llamarlas por lo que me evoca lo que entra por las ventanas y llaman luz
ellas en reciprocidad
bromean con palabras que se parecen y creen que en castellano
significan lo mismo
aséptica y escéptica
yo respondo China y Vietnam da lo mismo
ellas ríen de que aquí parecen y dan lo mismo
comparten una habitación pequeña del mercado negro al oeste de Helsinki
reparten lo que con dificultad guardaron en sus abrigos y se tragará la luz
en la ventana del bus que las llevará de vuelta a su trabajo escriben
Hasta Pronto
Amo las flores de polietileno
los huaynos tristes de la que me ajusta el vestido al cuerpo
Ella sabe disimular la grasa de los tejidos fuera de lugar
las acumulaciones del tiempo perdido
las largas noches de sueño
Ella me dice disimula y vencerás
y yo disimulo que el aire que se arruga en mi cuello
es un acordeón y acerco mis hombros uno a otro
para que salga la música de los huesos
la que arrulle y nade
Ella remueve las zanjas entre una piel y otra para que esta música
arrulle y nade con belleza
cuenta los alfileres que introduce y me dejan la piel roja
los clava en los ojos del capullo falso de polietileno
sobre las abejas atrapadas en el pegamento
atraídas por el color
luego zurce los agujeros en cada puntada
imagina
todo lo que tuvo que reparar y zurcir
la que se cosió el primer vestido al cuerpo
todo lo que echó por la boca
para que el patrón se cumpla
hay que seguir el molde me repite y corta lo que tiene que cortar
para seguir disimulando
para que el mundo encaje en mí y no a la inversa
para que las abejas prueben la miel falsa
del polietileno
Apilan cajas
y les hacen huequitos a los costados para que circule el aire
gallos que buscan con desesperación por dónde
se fuga el aire
sombreros de cresta de gallo cargarán las cajas pondrán a los gallos
en el aire que no circula les harán espacio
a las mujeres y sus niños que no se mueven de su lugar
llenan el bus con lo que sacan de una radio
no tienen dónde dejar tanto ruido
parece que ahí dentro viaja alguien
respirando escondido
todo tipo de cajas partiendo o regresando
cajas de colores huele rico
cajas con algo que no diré
pero todos sabemos
cajas blancas ataúdes
por eso deben ir sujetas por sogas
le corrijo
esa foto la tomé en 1996 o 1997
vamos a Livingston a Livinston
no existía el apuro
esa sábana china que se ensucia al toque
la nube que asciende de una chimenea adonde irán a parar
los gallos
ahora que hay más luz el recuerdo se filtra como ceniza
se cumplía un aniversario más de la muerte de Selena
1996 o 1997
por eso no hay forma de bajarle el volumen a la voz del bus
y yo me dije que no quiero ser como ella porque ella está muerta
y me puse a cantar
me uní a los que sacaban sus cabezas por donde se fugaba el aire
a los gallos que se buscaban entre las hojas de palmera entre las cajas
para que la vida circule
abrazando cajas las más pequeñas las más valiosas
para no salir volando del camión ni de la vida
con tanto amor
junto a los trabajadores de la Banana Chiquita que se iban a la huelga
Si el Perú es un país rico
con tanto potencial para inspirar retruécanos
por qué la mayoría de peruanos dicen que son pobres
y su volumen de voz es más bien bajo
hacer poesía de la riqueza y riqueza de la poesía
me obliga a adjetivar lo que con dificultad escucho
buscando el petróleo de lo que se acaba
el mercurio que con falsedad brilla y perfora las manos
hacer poesía de los ricos campos de espárragos
que se llevan toda el agua
de los campesinos sin agua
para que quienes recorremos con ansiedad el supermercado
en busca de espárragos del Perú
tengamos en nuestras mesas espárragos del Perú
escribo de un campo que debo llenar de campesinos felices
que viven del fruto de su trabajo
para hacer poesía del Jardín Escolar Nº 744
sin agua
ellos no se comen los espárragos
para hacer poesía que sea homenaje verbigracia onomatopeya
para hacer ciencia y lenguaje de la poesía
y venerar más trozos de yeso que se hacen ¡zas!
para hacer historia que no termine con sed
y hablar de las derrotas que son negociaciones a medias
para contar la historia del reverso de la página
para hablar de los héroes mirándolos de perfil
para hacernos los locos
y no hablar de los niños como angelitos ajenos del mundo
y decir que te cuidarán desde el cielo
y que la muerte no es el final del túnel
y las que murieron se sacrificaron
para que nosotras estemos aquí
y que la tierra arrulla y alimenta a todos sus hijos por igual
para escribir agroexportadora sin golpearme la cabeza contra el timón
del tractor y respirar
levantar el plástico
evitando las matemáticas de la repartición
necesito expulsar de algunas palabras su función adulona
subir el volumen la voz
aplacar la ira de la forma
El profesor
se abre lentamente los botones de la camisa
para que su corazón pueda saltar y correr
corre le decimos
un mal aire viene con el polvo que levantan los perros intrusos
llegan cuando huelen la incertidumbre
y no se mueven toman asiento
entre las carpetas que arrimamos para hacernos
de un lugar en medio de los clavos y el material de construcción
revuelvo fotocopias de libros
que nos harán compañía nos harán libres
y no leeremos nunca pero estarán en nuestras mochilas de cosas importantes
siempre
lanzamos pan para detener a los perros
estrellas de pan blanco hundidas en láminas de neblina
restos del desayuno de quinua
para el que no consigo articular
una fórmula una expresión más simple
cuando amanezco muda escribo sobre lo que como
la palabra quinua me gusta porque llega calientita
de una opacidad arenosa
huimos donde los enamorados se acurrucan para tener intimidad
huimos adonde no sea necesario hablar
nos retiramos al bosque
que nunca fue un bosque pero así lo llaman
porque existe la necesidad de un bosque
hace tiempo ese vacío me persigue
ese recuerdo
ahí amontonamos lo que le da vida al poema
ahí llegamos huyendo de la escaramuza entre X y el Estado
y su policía
los brazos del profesor no llegarán hasta ahí
Yo aprende de las clases que nunca tuve
a no tener clases a tener vida
Yo me enseñó que la universidad en otras palabras me decía
vete a la calle y corre
cuélgate de las ramas de lo inconcluso en formación
vacía tus ojos en los libros que nos obligan a cerrar los ojos
pero nosotros abrimos los ojos sin que nadie se diera cuenta
y quemamos el bosque
y buscamos protección en la Huaca
una Huaca que respeto
se lo digo a escondidas
silbando
limpiándome con las manos el semen que me dejó Él
ahora ya nadie respeta a las huacas
se lo digo metiéndome al bolsillo una de sus piedras
solemnes
quizás me dé suerte
la enterraré en la puerta de mi casa
quizás saque su cabeza
y su mechón de pelos espante a los perros
que van detrás de mí
se lo digo bajito
en el idioma de las vendedoras de dulces es la necesidad
la gente tira piedras por necesidad
el dolor ya es demasiado
no se explican qué hacen vendiendo dulces tan lejos
de un bosque verdadero
no entiendo de qué me hablas
no te entiendo le digo pero te compraré un dulce
y así nos acompañamos
buscamos contacto con algo que se nos parezca
no podemos parar de reír en este bosque
que nunca fue un bosque
no se registraron heridos
podemos regresar a las aulas a escuchar al profesor
y sentirnos más solos
podemos seguir corriendo hasta darnos con otro muro
y saltarlo y saltar
hasta que las cosas cambien o se calmen
somos muy jóvenes
pronto nos volveremos sombríos nacionales hinchas
de un equipo de fútbol
Homofóbicos
Xenófobos
Secretarios
tendremos miedo de ensuciarnos la ropa
hablaremos sin parar del éxito
La arpillera
10 mil policías
podrían ser producto de una composición errática de la arpillera
que no sigue los detalles que registró la cámara
10 mil trazos sobre una tela cortes incisiones
nudos que con la remalladora cubre de árboles y punto cruz
y dice son sauces pero podrían ser eucaliptos
cubrirán sus caras
alisos molles muros
donde humanos y perros se juntan a orinar
10 mil órdenes que se cumplirán y se harán retazos
cubrirán huecos en las paredes y en el corazón
las miradas de 10 mil policías que la arpillera arranca
del pasto para echarse a correr
no no estoy aquí solo para fotografiarlos
no es el día del juicio pero como si lo fuera
las órdenes vienen de arriba
los 10 mil policías de abajo
10 mil policías que buscan en su libretita el guión que ponga orden
mientras yo busco entre los retazos el labial que dejó escapar
una sonrisa
dicen que también hay mujeres entre los 10 mil policías
que también las mujeres pueden cargar la gran metralleta de la historia
harán historia con sus trajes de policía
a eso le llaman historia a eso llaman mujeres
y sus 10 mil formas de hacerse con un trabajo honesto que el Estado
agradece con una condecoración
en el Día de la Madre y un ramo de flores
las órdenes son de arriba
ay el último recurso: sobrevivir
ser y no ser el enemigo pero ser el enemigo encubierto entre las flores
que la arpillera cose para imaginar que no se le escapa ningún detalle
el caparazón pesado el nudo de ser policía e ir sobre un caballo mecánico
dentro de unas botas ajustadas sobre una moto
a aplacar la ira de los manifestantes
y sus 10 mil letras que la arpillera no sabe cómo bordar

Autor
Roxana Crisólogo Correa
/ Lima, Perú, 1966. Es poeta, traductora y promotora cultural. Entre sus obras se cuentan los libros de poemas Abajo sobre el cielo (1999), Animal del camino (2001), Ludy D (2006), Trenes (2010) y Kauneus (la belleza) (2021, 2023, 2024). Fundadora del proyecto de literatura y traducción Sivuvalo Platform, que actualmente cuenta con una beca de la fundación finlandesa Kone para desarrollar el proyecto de literatura y traducción Humanoides del Báltico, liderado por el poeta y traductor José Luis Rico. Roxana es miembro de las colectivas Palabraparia (Lima) y Somos la Colectiva (Helsinki). Vive y trabaja en Helsinki, Finlandia.