Ecuador

Tu pecera verde moribunda/
tiene en el fondo algunos objetos viejos/
un baúl roto un par de peces a punto de flotar/
son una señal de que por aquí estuvimos/
descuidando tantas cosas/
hay quienes ven algo más en las marcas del tiempo/
para mí solo son violentas

Los juguetes tienen vida propia/
y salen en las noches/
a destruir sueños infantiles./
Les gusta asesinar niños/
que no tienen cama, sábanas,/
ni guarida./
Los juguetes se meten/
en sus cabezas/
y lanzan misiles como en Siria.

Vivía hacia adentro/
entregada al rumor de la sangre./
Su voluntad agitaba las aguas/
que en un instante eran otras/
como si el mundo ocurriera entre las raíces/
donde una tarde me abandonó.

entonces, miro el desierto, viento cadáver, carretera sin final,/
terreno irresoluto, irascible e infinito, donde toda la verdad se/
presenta a sí misma como una muerte sin fin, como un espiral/
de arena, de sed, de destierros involuntarios, pero así me uno/
y así huyo de ti y de mí…

ahora que tu nombre está grabado sobre la piedra,/
sepulcro níveo y callado,/
dime ¿qué se siente dormir?/
¿A qué juegan por las noches las Manuelas?/
¿Y Luz Elena, aún grita? /
Dime que salvaron su memoria. /
Flor Alba, /
¿cuántas veces has despertado a los jardines?/
Desde el fondo de un ojo amarillo,/
una paloma mira el vuelo de tus manos blandas.

Volveré en este cuerpo que sufre con estridencia.
Cuerpo delgado con alas y diminutas escamas.
Que sabe producir fuego y guardar las apariencias…
Seré un animal en la nueva vida.