Para hablar de esos olvidos/
valdrá eructar el humo/
y encontrar en las llamas/
palabras,/
escondidas en bocas corruptas/
que me obligaron a llamarme mestiza/
enrabiada,/
mujer cometa que le nace fuego,/
callada de nombres,/
inventora de vuelos tímidos.
Inéditos
blanco
no me regañen/
yo digo/
pero inútil pedir si ya llegó /
la hora del regaño/
esta hora cuchicuchesca y fría que no obstante /
ya va durando mucho/
dirían los antiguos llegó para quedarse/
llegó el porqué de esta transmisión en vivo/
dejemos pido yo en paz a los rebaños
Lo que este reino nos propone
la flor, decía alguien,/
es el cerebro de las plantas/
pero hay que decir/
es un cerebro que se expande/
en el plano del sexo/
/
la flor produce formas no moldea/
más bien/
concentra una fuerza:/
es más como volver a los humanos abejas
Del amor y las lenguas a punto de morir
Hilamos un alfabeto./
Mi vestido decía sí, decía no,/
mi vestido discernía./
¿Sabías que las palabras en las tablas de la ley/
no eran grabadas sino horadadas/
hasta el otro lado de la piedra para que las letras, hechas de sol quemaran la retina/
y se imprimieran en todo lo que se veía?
Cordero de algún dios sobre el patíbulo
Así morimos/
envueltos de piel y escombros/
para levantar al sol/
con nuestros huesos.
Míster Knock Out entre flashes
Campeón de palabrotas/
y de chingadazos,/
al chile/
—¡ese mi Púas Olivares!—/
te dejaste vivir en la Bondojo/
en el pináculo de tu carrera/
allende la “ojetería” del Cuyo y el Chilero/
a quienes no concediste concesiones.
¿Qué hacer con ese cuerpo que te arrincona?
la próxima vez que corten mi cuerpo pediré una abdominoplastía/
—aprovecharé la anestesia/
las horas de quirófano/
las noches y el desayuno—/
dos meses de recuperación y luciré unos jeans ajustaditos
Mientras Yo sea Otro
Que aguanten los músculos,/
que no se inflamen los tendones,/
que los órganos soporten el paso del tiempo/
como una armadura que resiste la afilada hoja de una lanza./
Abro la ventana/
en un mundo que consume a un ritmo/
de cuarenta y tres vidas cada día.
Cansado de ver fotos geniales
El águila se esconde en el cielo oscuro y profundo/
como la sombra de una nube./
No es por el águila/
pero la noche puede caer en cualquier momento,/
será mejor que cierre la ventana.
Tomando en cuenta que es usted la soñante
Pero decir casi gracioso es juzgar, así que prohibido. Prohibido también que una mano se entere de lo que dio la otra. Los chistes son, a fin de cuentas, la puesta en evidencia del absurdo y eso también es una forma de juzgar así que prohibido.