Estas obras exploran la propiocepción (sentido de la posición del cuerpo) y la cinestesia (sentido del movimiento corporal), como puntos de encuentro entre pintura, poesía, voz y acaso música improvisada.
Estados Unidos
El fuego está dispuesto
Presentación de Jordi Doce. Versión de Jordi Doce y Hernán Bravo Varela.
Jeffrey Yang se dio a conocer en 2008 con An Aquarium (que traduje diez años después como Un acuario para la editorial española La Garúa), bestiario marino que incorpora personajes y referencias de lo más variopinto, desde Google al poeta chino clásico Jiang Kui, pasando por el naturalista francés Jean-André Peyssonnel, el poeta Kenneth Rexroth o el mismo Ezra Pound, uno de los genios tutelares de esta escritura. El libro exhibe una mezcla de ingenio, erudición, gracia lúdica y una rara musicalidad que juega indistintamente con los armónicos del epigrama, el reportaje o la celebración lírica, pero el resultado es mucho más sombrío y políticamente comprometido de lo que aparenta —sobre todo en su tramo final, en el que la sombra del desastre ecológico y medioambiental se vuelve omnipresente.
Un acuario fue recibido con entusiasmo por la crítica y obtuvo el premio PEN/Joyce Osterweil, pero su autor hizo todo lo posible por romper el molde de aquel primer libro. Vanishing-Line (2011) es una propuesta mucho más lírica, sin duda influida por la relectura de la poesía china clásica (Su Shi) y sus traducciones de poetas contemporáneos como el chino Liu Xiabo y el uigur Ahmatjan Osman (los dos, por cierto, perseguidos por su activismo político y su defensa de la democracia). Siete años después, Hey Marfa (2018) se centra en la ciudad de Marfa, en Texas, muy cerca de la frontera con México (donde pasó un tiempo becado para traducir las Elegías del 4 de junio de Liu Xiabo), y examina la peculiar naturaleza de la ciudad, un lugar de paso, de contornos precarios o indecisos. Libro híbrido que oscila entre la prosa descriptiva y narrativa y el verso dramático, incorpora también el trabajo visual del dibujante Rackstraw Downes. Es como si Yang y Downes hubieran actualizado para nuestro siglo la colaboración entre artistas (escritores, pintores, fotógrafos) que surgió del Federal Arts Project de la administración Roosevelt.
El 11 de septiembre pasado (la fecha no es casual, creo) recibí de su autor un PDF con el texto original del poema que ahora ofrecemos en traducción: un poema literal o explícitamente dantesco escrito contra Donald Trump, una feroz invectiva lírica que sitúa al actual presidente de los Estados Unidos “y su séquito” en el Infierno, “entre la Bolsa/ X y Antenora”; es decir, entre aquel recinto del octavo círculo donde se hallan varios tipos de falsificadores (alquimistas, perjuros e imitadores) y el noveno círculo, asignado a los traidores de toda laya. Quizá, para entender mejor el sesgo ético que da Yang a su poema, haya que recordar que para Dorothy Sayers el descenso por las malas fosas del octavo círculo del Infierno se “inicia con la venta de la relación sexual y llega a la venta de la Iglesia y del Estado; ahora, el dinero está corrompido, cada afirmación es perjurio y cada identidad una mentira”. Una frase, por cierto, que no estaría de más en cualquier descripción periodística de la Casa Blanca desde que Trump se instaló en ella.
Jeffrey Yang es también el responsable de las antologías Birds, Beasts, and Seas: Nature Poems (2011), Time of Grief: Mourning Poems (2013) y The Sea Is a Continual Miracle: Sea Poems and Other Writings by Walt Whitman (2017) y trabaja como editor en dos cabeceras legendarias: la editorial New Directions y la revista The New York Review of Books. Vive con su mujer, pedagoga en el Museo de la colección de arte de la Dia Art Foundation, en Beacon, New York.
Agradezco a Hernán Bravo Varela que haya tenido la gentileza cómplice de colaborar conmigo en esta traducción.
[Hay un recinto especial en el infierno]
Hay un recinto especial en el infierno
para Donald John Trump
y su séquito
El fuego está dispuesto, llamas
azules de calor helado, para que así sus almas
ardan de eternidad en eternidad
Este recinto especial excluye
toda promesa de redención terrena
para sí: una circunstancia
insólita en la historia de la escatología
como si ambas partes hubieran acordado renunciar
a cualquier idea de gracia divina, imposible
una escena nello stile di el Buen Ladrón
Ningún agente del Destino como César en el Limbo
Hitler, Leopoldo II, Pinochet, Stalin, Nguema
hasta Mahmud de Gazni y Qin Shi Huang
han sido triturados por las tres caras de Dite
una y otra vez y otra vez más…
pero todos ellos lo vieron venir
En cuanto a sus caddies en el campo, es más
complicada que misteriosa, oigo decir, la posición
de la que depende su destino
El recinto –queda claro– también está listo
para ellos, solo falta que su maestro grazne y descienda,
justa advertencia para la vida que han escogido,
su familia de cómplices y facilitadores, traidores
al honor, la bondad, la inteligencia radiante
(Anoto esto ahora, miércoles 2 de septiembre,
2020, mientras escucho la lluvia en las hojas del roble,
la pintura aún fresca en la pared)
Hallé el recinto en una grieta entre la Bolsa
X y Antenora, roca encima y hoyo abajo,
tan diáfano todo que migrantes de paso me observaban
mientras yo pasaba guiando
a mi traductor de los Poemas desde el más allá
En ese lugar una máscara negra cuelga
de un clavo como un pájaro muerto, esperando
sellar sus mentiras de jeta
bermeja, el aquí alabado como
Oscura, Tirano Tripero, Demonio Artero,
Antifactoide, Don Déspota, Donald Trompón, Payaso Trilero,
Misógino Fascista, Matón Fantasma, Loco Farsante,
Tuit de Dos Caras, Desecho Radioactivo, Sucio Donald, Blanco
Trampero, Rabioso Corrupto, Presidente Trolero, Matón
Impuesto, Presidente Patata, Chupón-Un, Trumposo,
Memo Incompetente, y he seguido captando las voces rechinantes
Las pantallas destellan con reality shows hispanos
Hay palos de golf en forma de cuña y tachonados de clavos en una gruta interna
esperando que los Titanes los esgriman
El Libro Sagrado forrado en metal reposa en un soporte junto al espejo
para que sus pequeños puños cerosos
lo derritan de arriba abajo
Gérmenes termófilos flotan entre el fuego helado y el aire negro como el carbón
Gritos de niños llenan el recinto como una prisión fronteriza
De vez en cuando Rumi se pasa inspeccionando los preparativos
Grabado en un cipo debajo del espejo:
[No aspiramos a la igualdad, sino a la dominación]
Nunca llegó a conocer las palabras de Renard pero las replicaba
vía su héroe Mein Kampf:
“La dominación… es algo hermoso”.
“Gran trabajo de todos. Fuerza arrolladora. Dominación”.
Así proclamado para sofocar la erupción
del disenso:
que se protege y sirve a sí misma
y a su armazón de poder, prejuicio
enmascarado de blancura, vía pública
a la luz del día o noche interminable
sin justicia, cuántos que no se llaman
Breonna, Freddie, Eric, Trayvon
han desaparecido, sido olvidados, matados
por la polis, estado idealizado
a costa del dolor y el sufrimiento
de otros, sus bravatas
se agravan, “Amo a los poco
educados” es como domina
y como la informada volición de América
puede despedir el fuego que lo despida
Algunos dirán que mis versos se han vuelto ásperos y estridentes
en el más allá
Es verdad –lo confieso– tanta traición
ha exigido un nuevo torrente expresivo, ajustada a su
presidencia, donde las evidencias son troleadas como noticias falsas, lo falso
sostenido como noticia con gritos y risas burlonas,
deshonra
El sueño de Il Duce de arrancar el bien cultivado
en terre verde, arruinando campos y fuentes, esparciendo podredumbre
y discordia, la mente
se acidifica, los corales se decoloran
como si todo lo que escribí
hace tanto, un parpadeo, se hubiera convertido en mero exordio
al halo ensombrecido
que se proyecta en su rostro resplandeciente
cuando baja la mirada desde el tercer pétalo de la Rosa
De la sala incandescente con llamas árticas de azul
que laceran el corazón como mentiras, injuria, la carne
arde hasta el hueso ennegrecido sin muerte
más allá del contrapasso de la muerte
hasta el sueño desencadenado,
recuerden al Poeta, mi guía mi luz:
[Aquí vive piedad cuando está muerta]
Su Lebenswelt ha implosionado, dejando atrás
la vanidad su sempiterna esperanza en el Infierno
mientras la querida Calíope, no muerta, mas duerme
Un país lejano como la salud
Amor, el mundo
cambia de pronto, cambia de color. La luz de la farola
segmenta en dos las vainas del laburno,
esas colas de rata, a las nueve de la mañana.
Y este pequeño círculo
negro es el Ártico,
con sus hierbas sedosas y leonadas, como pelusa de bebé.
Laguna sorprendida, habitación del polvo
porque te has repetido
porque nos das tu rastro
porque te manifiestas en todo lo que existe
laguna sorprendida, habitación del polvo,
alucinado pan que habló con los internos
de una celda olvidada
paloma de esperanza, razón de los incendios
tu propio testimonio
también
seas.
El jardín de Louise Glück
El iris salvaje es uno de los libros más bellos escritos en Estados Unidos a fines del siglo XX. En él la poesía espera, como espera el vacío, como corolario o premio: “After all things occured to me, the void occured to me” [“Una vez que todo me ocurrió, me ocurrió el vacío”]. Si la gracia es la arquitectura de un alma capaz de conocerse a sí misma, el jardín de Glück la contiene. El terror humano a la muerte habita en él pero también el deseo indisoluble de ser absorbido por el todo, reverso de la nada. Después, solo después, empieza la travesía, el viaje impar al fondo de las cosas, donde ni la felicidad ni el miedo emiten sonido alguno.
La impotencia del decir
Sin duda, los cuartetos tienen carácter de ofrenda. Así los leo. Como materia a compartir. También como pequeñas iluminaciones que, en su invencible amatoria de lo efímero, aluden a la más alta ausencia y conducen, por esa vía, a la experiencia íntima del vacío.
Muriel Rukeyser y la poesía documental
Los consensos teóricos sobre la “docupoesía” estadounidense han emergido en los últimos años gracias al florecimiento de proyectos que han revitalizado su panorama. En su ensayo Docupoetry and Archive Desire, Joseph Harrington designa a la poesía documental como aquella que por lo general “contiene citas o reproducciones de documentos o declaraciones no producidas por el poeta y relaciona narrativas históricas, ya sean macro o micro, humanas o naturales”.
En la exhaustiva oscuridad
Primero descubrí lo que estaba matando a estos hombres.
Tuve tres hijos que trabajaron con su padre en el túnel:
Cecil de 23 años, Owen de 21 años, Shirley de 17 años.
Solían trabajar en una mina de carbón, no de forma estable
porque las minas no estaban funcionando la mayor parte del tiempo.
El último Yeats
En esta nota sobre Yeats, Pound se muestra tal como era: su prosa de barrio contrasta con la enorme agudeza que siempre demostró para reseñar la poesía o los méritos en la obra de sus contemporáneos, al menos de los contemporáneos que él admiraba: Yeats, Eliot, Wyndham Lewis o Gaudier-Breszka, por poner solo cuatro ejemplos.
Amo a un hombre que sé que puede morirse
No voy a dispararme/
en la cabeza, y no voy a dispararme/
por la espalda, y no voy a colgarme/
con una bolsa de basura, y si lo hago, /
te prometo que no voy a hacerlo /
esposado en una patrulla/
o en la celda de una ciudad/
de la que solo conozco el nombre…