Iniciar un viaje prolongado
decidido a ciegas
es liberar el elíxir tóxico
volátil el tiempo
aroma de alcoholes en el horizonte
el animal sin espalda se extiende
y todo es lastre alegremente volando

sólo un compromiso has de reconocer
la dicha de la incertidumbre
y que te baste con eso
come ese pan
mira tu plato festinado de aromas y colores
que tu tierra no brinda
bebe el vino forastero
pierde la cabeza en las vueltas del calendario
exhibe en las plazas tus atolondrados temores
regálate el extravío

que el corazón calle sus aflicciones
y aprenda nuevamente a perderse
porta el salvoconducto del peregrino
la herida del vagabundo
acepta el presente como patria
intoxícate todas las noches con el azoro
y todas las mañanas con el horizonte abierto

 

*

 
No es un río
–me digo me dice su reflujo
este río es una dimensión del tiempo
un cuenco de barro
entre las colinas
la parábola del hijo pródigo
con la patria en el zurrón

la ciudad se resigna y medra
se cubre con la niebla del siglo
pero cada madrugada y cada tarde
el Tejo proclama un estilo en la luz

atrás de mí las voces una multitud
que algo corea tras la primera valla de edificios
y conmigo acompañando el ocaso
algunos lisboetas y ciertos viajeros
traen su silencio a la ribera
la ofrenda de contemplarlo

el Tejo bajo el viento de la tarde
es una fronda extinguiéndose
persistente
la brasa de un reino memorable
y luz de sueños

el minuto cae abandona su fulgor
llega el crepúsculo ejerciendo matices
arriba de nosotros
el gajo de la luna
resguarda ya la noche de Lisboa

 

*

 
O mar de cá –fala português?
dice sus ondas en el metro de Camões
y cuando es vasto y sereno
murmura lecciones de estoicismo
en el sobrio tempo de Ricardo Reis
escandiendo en exactas pulsaciones
la profunda voz del mar?
Pues eres tú quien dicta el ímpetu
desenfrenado y venturoso
de Álvaro de Campos cuando sueña infinitos!

Saben estas aguas que miro
–donde las naves aman partir y extraviarse lejanas–
que una raza vive precipitándose hacia su enigma
en una lengua mediterránea
de esperanzas y saudades?

Es esto sólo mar y rocas
o también un fastuoso abecedario
diseminado en el mapa cósmico
entre estas playas y aquellas donde otras lenguas
bajo otras estrellas agoreras
prosiguen el himno de fuego sal y viento?

Cómo escucharte sino en esta lengua señalada?
Antiguas voces de proverbios
te saludaron en este horizonte
frondas nuevas germinaron
de aquel vigor fenicio
griego morisco y celta
lascas sobre llamas se añaden
al vértigo de voces

Así el verso intangible
que la lengua lusa ambiciona
avanza surca el enigma de los siglos
al impulso de todas las porfías
de sus barones marinos y poetas
cuando la sangre empeñan
hacia la tierra oculta

La mar también aquí
es un designio de los dioses
una forma del Tiempo
que la materia de nuestros días
deberá deletrear sin ultraje
pues no hay más reinos venturosos
que los del canto coronado!

 

* Poemas pertenecientes a Los soles del nómada (Bonilla Artigas, 2023).

 

 
Versiones de Blanca Luz Pulido
 
 
venas

Por mis venas corre viento – por
eso, dame un vestido inflamado de
rosas y enséñame las horas del amor:

de aquí a la muerte es un instante.
 
 
 
veias

Nas minhas veias corre vento – por
isso, dá-me um vestido inflamado de
rosas e ensina-me as horas do amor:

daqui até a morte é um instante.
 
 
 
 
cintura

Cuando encontraron los pliegues
de mi vestido flotando
en el lago como un abanico,

los cisnes dejaron caer en el
agua sus plumas negras.
No sé durante cuántos años

estuve muerta. Pero la verdad
es que el tiempo pone siempre
en un lado lo que quita de otro

– y que mi cintura era estrecha
antes de que yo fuera feliz.
 
 
 
cintura

Quando acharam a roda
do meu vestido boiando
no lago como um leque,

os cisnes deixaram cair na
água as suas penas negras.
Não sei por quantos anos

estive morta. Mas a verdade
é que o tempo põe sempre
num lado o que tira de outro –

e que estreita era a minha
cintura antes de eu ser feliz.
 
 
 
 
pierna

Escondo la pierna morada en el refugio de la
falda y la herida abierta en la gruesa media.
Me duele y no lo digo. Si callo los dolores,
tal vez se sientan ignorados y dejen

de matarme; y si no, que me
duelan entonces más fuerte que los otros –
los que vienen de más hondo y fruncen el ceño
a la barriga llena de nada de mis hijos. Para

ésos no hay, ni siquiera en la farmacia,
remedio que valga; y la pierna, aunque
morada y palpitante, recorre de memoria
su camino. Me duele y no lo digo – la pomada

equivale ahora a menos pan, y la fiebre siempre
pone un plato sobre la mesa.
 
 
 
perna

Escondo a perna roxa no resguardo da
saia e a ferida por sarar na meia grossa.
Dói-me e não digo. Calando as dores,
talvez elas se sintam ignoradas e deixem

de matar-me; e, não deixando, que me
doam então mais alto do que as outras –
as que vêm do fundo e franzem a testa à
barriga cheia de nada dos meus filhos. Para

essas não há, nem sequer na farmácia,
remédio que me valha; e a perna, mesmo
que roxa e latejando, lá vai fazendo de cor
o seu caminho. Dói-me e não digo – pomada

é agora igual a menos pão, e a febre sempre
vai pondo um prato em cima da mesa.
 
 
 
 
manos

En el mar, se domina el hambre
con todas las manos. Sirven tanto
las del viejo, que tiene mapas del
tiempo dibujados en la piel, como

las del niño, que se asusta con
las olas, pero aun así sigue
el ejemplo de su madre. Las mujeres

no necesitan que alguien las llame
a las redes porque oyen la respiración
de los peces en el sueño. Conocen

tal vez mejor el sabor de la miseria: son
las primeras en partir el pan y las últimas
en poder acercarlo a sus dientes. Pero hoy,

si el viento amainara, si las gaviotas
permanecieran un poco más en la basura de la
ciudad, si el mar fuera un manto sedoso
y azul sobre todas las manos, puede ser

que las redes traigan un milagro – sí,
rosas –, puede ser que las redes traigan pan.
 
 
 
mãos

No mar, segura-se a fome com
as mãos todas. E tanto servem
as do velho, que têm mapas do
tempo desenhados na pele, como

as do menino, que se assusta com
a onda, mas assim mesmo segue
na esteira da mãe. As mulheres

não sentem falta de quem as chame
às redes porque ouvem a respiração
do peixe dentro dos sonhos. Sabem

talvez melhor o gosto da miséria: são
as primeiras a dividir o pão e as últimas
a poder chegá-lo aos dentes. Mas hoje,

se o vento aliviar, se as gaivotas se
demorarem um pouco mais no lixo da
cidade, se o mar for um manto sedoso
e azul sobre as mãos todas, pode ser

que as redes tragam um milagre – sim,
rosas –, pode ser que as redes tragam pão.
 
 
 
 
cabeza

Vi campos de lavanda invadidos por flechas.
Vi amapolas ensangrentadas entre los caballos caídos
en las batallas. Vi corazones ya fríos saliéndose
de pechos que no volverían a amar, y pulmones
negros de humo, como cartas quemadas vivas

en el rescoldo de la hoguera. Vi pies a punto de salvarse
que fueron cercenados y manos que tampoco
llegaron a tiempo de coser las heridas ajenas.

Vi ratas comiendo, descaradas, la oreja de
un soldado en las trincheras. Vi cuerpos caídos
en el fuego y en el abismo, y cuerpos chorreando lluvia
ácida de la espantosa bomba. Vi a padres tapando los

oídos de sus hijos en los refugios, y las ciudades abatidas
llenas de edificios huecos; vi bebés muertos entre las
ruinas de esas ciudades. Vi ese dolor intermitente de
quien cayó por disparos de metralla, y el sufrimiento
tremendamente lento de los torturados; vi también
a quien murió sin darse cuenta, pulverizado por las minas.

Vi vientres abiertos a golpes de puñal, mostrando
fetos en sus entrañas. Vi muchachas muertas con las piernas
abiertas y la cabeza cobardemente tapada
con bolsas de papel. Vi penes arrancados, más
impotentes que nunca, metidos en bocas que
nunca más hablaron. Vi pies calzados lejos de las

piernas que los hicieron caminar. Y vi un muchachito
que disparaba como alguien muy viejo. Yo vi

la guerra en todas las formas en mi cabeza
sin nunca haber estado ahí. Con un libro en la mano,

yo veo, perfectamente nítidos, todos los siglos.
 
 
 
cabeça

Vi campos de lavanda devassados por flechas.
Vi papoilas em sangue entre os cavalos caídos
nas batalhas. Vi corações já frios resvalando
de peitos que não voltariam a amar, e pulmões
negros de fumo, como cartas queimadas vivas

nas brasas da lareira. Vi pés serem decepados
a caminho da salvação e mãos que também não
chegaram a tempo de coser as feridas alheias.

Vi ratazanas comendo, descaradas, a orelha de
um soldado nas trincheiras. Vi corpos deitados
ao fogo e ao abismo, e corpos pingando a chuva
ácida da grande bomba. Vi os pais taparem os

ouvidos dos filhos nos abrigos, e as cidades abatidas
cheias de prédios ocos; vi bebés mortos entre as
ruínas dessas cidades. Vi aquela dor sincopada de
quem tombou a tiros de metralha, e o sofrimento
tremendamente lento dos torturados; vi ainda
quem morreu sem saber, pulverizado pela mina.

Vi ventres abertos a golpes de catana, mostrando
fetos nas entranhas. Vi raparigas mortas de pernas
abertas com as cabeças cobardemente fechadas
em sacos de papel. Vi pénis arrancados, mais
impotentes do que nunca, metidos em bocas que
nunca mais falaram. Vi pés calçados longe das

pernas que os fariam andar. E vi um rapazinho
que disparava como alguém muito velho. Eu vi

a guerra de todas as maneiras na minha cabeça
sem nunca lá ter estado. Com um livro na mão,

eu vejo, perfeitamente nítidos, todos os séculos.
 
 
* Poemas pertenecientes al O meu corpo humano (2022) ganador del Premio Correntes d’Escritas en 2023.

 

 
Traducción de la presentación y los poemas de José Javier Villarreal.
 
 
Eugénio de Andrade (1923-2005) es el más luminoso y claro de nuestros poetas del siglo XX. Un poeta luminoso en tiempos sombríos, y un poeta claro en una época en que lo que se quería decir muchas veces tenía que pasar por la expresión codificada y hermética para los no iniciados, puede parecer una contradicción, pero Eugénio había aprendido esa claridad con dos poetas para quienes una cierta sencillez del lenguaje y de las imágenes no disminuía su arte: António Botto y Federico García Lorca. El primero, muy lejos, como es obvio, de la grandeza de Lorca, pero no por eso menos perfecto en los momentos en que el poema resulta entero, como en las Canciones, siendo a través de su convivencia con Botto, como Eugénio me explicó, que oyó y descubrió la poesía de Pessoa en un momento en que éste estaba lejos de tener el reconocimiento universal que hoy posee.

Pero quizá haya sido en Lorca, que tan bien tradujo, como Eugénio aprendió la comunicación y el decir musical del poema, que, para quien lo escuchó recitar su propia poesía, gana, en esa voz suya, un ritmo en el que nada se perdía, y cada verso era saboreado sílaba a sílaba. De ahí que el título Las palabras prohibidas tenga un doble sentido: el más inmediato que remite al contexto de censura de la época; y el otro más profundo en que la asociación de la palabra hacia lo prohibido tiene algo de sagrado, lo que le da al lector un sentido que nunca reduce el poema a lo inmediato, aunque de algún modo complique su comprensión. Y de aquí se desprende la otra cualidad de esta poesía, que es su capacidad de comunicarse con el lector, muchas veces sin que éste perciba lo que se encuentra más allá de esa aparente facilidad de expresión.

Ésta transcurre por encima de todo por el hecho de que el espacio de la poesía de Eugénio de Andrade es el espacio de las palabras. Palabras iluminadas, o palabras prohibidas, se alinean en la superficie del poema, recuperando el sentido transparente de una voz que no se cansa de restituirlas a la pureza de la luz primigenia, la luz del campo o la luz del mar, limpiándolas de la noche citadina, y de los tratos de la convivencia que regulan la vida vacía y enferma de las ciudades. Pero aun en la ciudad que “fue mutilada”, vigilada por los “centinelas del miedo”, es posible encontrar un espacio para el amor, y en ese espacio, que a veces se reduce a “un cuarto blanco y vacío”, basta un retrato para llevar al poeta a otra dimensión donde se adivina un discreto toque de interseccionismo, en el sentido de entrecruzamiento de planos y perspectivas que Pessoa dio a este concepto.

Paradójicamente, dentro de esta luz que nace de un sueño de pureza y de transfiguración del ser, germina también esa imagen angélica que se da a través de la rigurosa musicalidad de estos versos. Ángel, o figura de una juventud eterna, es una presencia encubierta que mal deja adivinar una sed de amor apenas musitada. Pasan por estos poemas los diálogos con esa sombra alada que, mal desciende a la tierra, introduce el peso de un cuerpo que la noche ilumina y oscurece, en su lisura plana y, finalmente, andrógina, que aparta de la soledad a un “corazón habitado”.

Es una poesía de imágenes en que se repite la imagen única que se encuentra en el horizonte de esa búsqueda de perfección que da sentido a cada poema, y que cada poema agota, finalmente, en su plenitud de expresión. No es una búsqueda del yo, como la que se da en Fernando Pessoa, porque el poeta habita sin problema su mundo poético, pero sí de un lenguaje más puro, en el que se encuentra el ciclo natural, como si las palabras naciesen de una gama de sensaciones en el campo de la propia vida. Y si también hay noche, sombra, miedo, luego se disipan con la palabra poética.

Fue un privilegio haber conocido a este poeta, y haber encontrado en él esa generosidad para con los más jóvenes que solo practican los verdaderos Maestros. Pero todos sus lectores pueden reconocer, más allá del ser humano cuya presencia permanece en estos poemas, el trazo riguroso de un escultor del verso y de la imagen en cada poema que nos dejó.

—Nuno Júdice

 

Canción

Tenía un clavel en mi balcón;
     vino un joven y me lo pidió
     —madre, ¿se lo doy o no?

Sentada, bordaba un pañuelo;
     vino un joven y me lo pidió
     —madre, ¿se lo doy o no?

Le di un clavel y un pañuelo,
     sólo el corazón no le di;
     pero si el joven me lo pide
     —madre, ¿se lo doy o no?
 
 
Canção

Tinha um cravo no meu balcão;
     veio um rapaz e pediu-mo
     —mãe, dou-lho ou não?

Sentada, bordava um lenço de mão;
     veio um rapaz e pediu-mo
     —mãe, dou-lho ou não?

Dei um cravo e dei um lenço
     só não dei o coração;
     mas se o rapaz mo pedir
     —mãe, dou-lho ou não?
 
 
 
 
Los amantes sin dinero

Tenían el rostro descubierto a quien pasaba.
Tenían leyendas y mitos
y frío en el corazón.
Tenían jardines donde la luna paseaba
de la mano del agua
y un ángel de piedra por hermano.

Tenían como toda la gente
el milagro de cada día
escurriendo por los tejados;
y ojos de oro
donde ardían
los sueños más desvalidos.

Tenían hambre y sed como los animales,
y silencio
alrededor de sus pasos.
Pero a cada movimiento que hacían
un pájaro nacía de sus dedos
y deslumbrado penetraba en los espacios.
 
 
Os amantes sem dinheiro

Tinham o rosto aberto a quem passava.
Tinham lendas e mitos
e frio no coração.
Tinham jardins onde a lua passeava
de mãos dadas com a água
e um anjo de pedra por irmão.

Tinham como toda a gente
o milagre de cada dia
escorrendo pelos telhados;
e olhos de oiro
onde ardiam
os sonhos mais tresmalhados.

Tinham fome e sede como os bichos,
e silêncio
à roda dos seus passos.
Mas a cada gesto que faziam
um pássaro nascia dos seus dedos
e deslumbrado penetrava nos espaços.
 
 
 
 
Las palabras prohibidas

Los navíos existen, y existe tu rostro
superpuesto al rostro de los navíos.
Sin ningún destino flotan en las ciudades,
parten con el viento, regresan en los ríos.

En la arena blanca, donde el tiempo comienza,
un niño pasa de espaldas al mar.
Anochece. No hay duda, anochece.
Es necesario partir, es necesario permanecer.

Los hospitales se cubren de ceniza.
Olas de sombra revientan en las esquinas.
Te amo… Y entran por la ventana
las primeras luces de las colinas.

Las palabras que te envío son prohibidas
incluso, mi amor, por el halo de los sembradíos;
si alguna volviera, ya no reconocería
tu nombre en sus curvas claras.

Me duele esta agua, este aire que se respira,
me duele esta soledad de piedra oscura,
estas manos nocturnas donde aprieto
mis días quebrados por la cintura.

Y la noche crece apasionadamente.
En sus márgenes desnudas, desoladas,
cada hombre solo tiene para dar
un horizonte de ciudades bombardeadas.
 
 
As palavras interditas

Os navios existem, e existe o teu rosto
encostado ao rosto dos navios.
Sem nenhum destino flutuam nas cidades,
partem no vento, regressam nos rios.

Na areia branca, onde o tempo começa,
uma criança passa de costas para o mar.
Anoitece. Não há dúvida, anoitece.
É preciso partir, é preciso ficar.

Os hospitais cobrem-se de cinza.
Ondas de sombra quebram nas esquinas.
Amo-te … E entram pela janela
as primeiras luzes das colinas.

As palavras que te envio são interditas
até, meu amor, pelo halo das searas;
se alguma regressasse, nem já reconhecia
o teu nome nas suas curvas claras.

Dói-me esta água, este ar que se respira,
dói-me esta solidão de pedra escura,
estas mãos noturnas onde aperto
os meus dias quebrados na cintura.

E a noite cresce apaixonadamente.
Nas suas margens nuas, desoladas,
cada homem tem apenas para dar
um horizonte de cidades bombardeadas.
 
 
 
 
Bosque de Chapultepec

Con tanto sol en la boca, tanto sol,
¿cómo podía la sombra y sus anillos
de escama en escama aproximarse
y rápida morderte la cintura?
 
 
Bosque de Chapultepec

Com tanto sol na boca, tanto sol,
como podia a sombra e seus anéis
de escama em escama aproximar-se
e rápida morder-te a cintura?
 
 
 
 
Otro nocturno mexicano

Con este sol, esta hoja a plomo
entre los ojos,
¿cómo darte a beber tanta sed?,
la hoja clavada rasgando hondo.
 
 
Outro nocturno mexicano

Com este sol, esta lâmina a prumo
entre os olhos,
como dar-te a beber tanta sede?,
a lâmina cravada rasgando fundo.
 
 
 
 
Homenaje a Rimbaud

Se levantaron por la mañana, tenían costumbres que nos son ajenas a las que no les faltaba orgullo. Era gente de pocos recursos, pero también de pocas necesidades y, en cuanto a sabiduría, ningún valor le otorgaban a lo poco que tenían. Alguien los comparó con el fuego de los cardos: quien así hablaba quizá les conociese el ardor, pero no sabía ciertamente de su inmensa dulzura. Tenían ciertas incompatibilidades, no seré yo quien lo niegue, y odiaban ese comercio del alma que siempre prosperó entre las piernas. A mí no me son indiferentes; sobre todo por aquella obstinación suya en multiplicar sobre el cuerpo los lugares de amor.
 
 
Homenagem a Rimbaud

Ergueram-se na manhã, tinham costumes que nos são estrangeiros a que não faltava orgulho. Era gente de poucos haveres mas também de poucas necessidades, e quanto a sabedoria, nenhum valor atribuíam à quase nenhuma que tinham. Alguém os comparou ao fogo dos cardos; quem assim falava talvez lhes conhecesse o ardor, mas não sabia certamente da sua imensa doçura. Tinham certas incompatibilidades, não serei eu a negá-lo, e odiavam esse comércio da alma que sempre prosperou entre as pernas. A mim não me são indiferentes; sobretudo por aquela sua obstinação em multiplicar sobre o corpo os lugares de amor.
 
 
 
 
Así es la poesía

No sé dónde desperté, la luz se pierde al fondo del corredor, largo, largo, con cuartos a cada lado, uno de ellos es el tuyo, tardo mucho, mucho en llegar allí, mis pasos son de niño, pero tus ojos me esperan, con tanto amor, tanto, que corres a mi encuentro con miedo de que tropiece en el aire —oh musicalísima.

28/11/85

 
 
Assim é a poesia

Não sei onde acordei, a luz perde-se ao fundo do corredor, longo, longo, com quartos dos dois lados, um deles é o teu, demoro muito, muito a chegar lá, os meus passos são de menino, mas os teus olhos esperam-me, com tanto amor, tanto, que corres ao meu encontro com medo que tropece no ar —ó musicalíssima.

28/11/85

 
 
* Poemas pertenecientes al libro Corazón habitado. Antología poética. Edición bilingüe. Selección, prefacio y notas biográficas de Nuno Júdice. Traducción de José Javier Villarreal (UNAM, 2022).

 

 
Versiones al español de Fermín Vilela
 

António Ramos Rosa — Poetria

 

Poeta, dibujante y crítico literario, António Ramos Rosa nació el 17 de octubre de 1924 en Faro, capital de la región del Algarve, al sur de Portugal.

Luego de desarrollar una importante actividad como realizador y teórico de la poesía, su nombre destacó en publicaciones literarias de su país durante los años 50 como Arvore, Cassiopeia o Cuadernos del Medio-Día. Además trabajó como empleado de oficina, traductor y docente universitario. También fue militante del Movimiento de Unidad Democrática (MUD).

La poesía de Ramos Rosa, escrita a lo largo de más de sesenta años, se caracteriza por un lirisimo depurado, exigente, atento al poder de la palabra en términos de conocimiento y de la fundación de un nuevo lenguaje, nunca antes explorado en lengua portuguesa. La influencia de poetas como Fernando Pessoa o Sophia de Mello Breyner Adresen puede verse en las distintas fases de su obra, prolífica como pocas hubo en el siglo XX portugués.

Falleció en Lisboa, a los 88 años de edad.

—Fermín Vilela

 
 
El tiempo concreto

El tiempo duro
con estas uñas de piedra
este hálito pobre
de órganos hambrientos
estas cuatro paredes de alcohol y ceniza
este río negro corriendo en las noches como una cloaca

El tiempo magro
en que mis manos divididas
nítidamente separadas y caídas
a lo largo de un cuerpo de cansancio
piden el precipicio la hecatombe clara
el acontecimiento decisivo

El tiempo fecundo
de sueños envueltos, repetidos como un hálito de fiebres
repetidas en la misma almohada de las noches y de los días,
de las calles agrestes y pequeñas del dolor
familiar y preciso como una limosna segura

El tiempo oscuro
de la peste consentida del vicio proclamado
de la sed manoseada por los amigos
del hambre concreta de un sueño prohibido
y del sabor amargo de un remordimiento invisible

El tiempo ausente
de los ojos de un deseo de ciudades claras
en que saludamos perdidos las soluciones erguidas
con voces bien distintas de cadáveres opresores
con gritos sofocados de supuestos problemas

El tiempo presente
de circunstancias feroces que levantan muros reales
de fantasmas de carne que nos apretan las manos
de anécdotas contadas en otro mundo de cafés
y de vidas de otros siempre fracasadas

El tiempo de los sueños
sin coraje para poder vivirlos
con murallas de muertos que no se quieren morir
con razones de más para poder vivir
con una fuerza tan grande que tenemos que ahogarla
en el fragor de los versos disfrazados

El tiempo implacable
en el que juramos de pie vivir hasta el final
más grandes que nosotros ser todo el grito desnudo
pureza conquistada en el seno de la vida impura
un rayo de sol de sangre en la cara devastada

El tiempo de las palabras
en una circulación sombría como un pozo
de ecos incontrolados
de timbres inesperados
como monedas de sangre acuñadas en una noche
demasiado corta y con luna de más

El tiempo impersonal
en que fingimos tener un destino cualquiera
para que nos conozcan los amigos forzados
para nosotros mismos nos sientamos humanos
y esta carga de tinieblas este dolor sin límites
la podamos llevar en una valija portatil

El tiempo del silencio
en que la risa postiza de los clientes de la vida
finge ignorarlo mientras solucionamos
de rabia de razón reprimida revuelta
y los señores del sentido común pasean divertidos

El tiempo de la razón
(y no de la fantasía)
en que los versos son soldados comprimidos
que guardan las armas dentro del corazón
que rasgan sus muñecas para hacer de la sangre
la tinta de escribir de una nueva canción
 
 
O tempo concreto

O tempo duro
com estas unhas de pedra
este hálito pobre
de órgãos esfomeados
estas quatro paredes de cinza e álcool
este rio negro correndo nas noites como um esgoto

O tempo magro
em que minhas mãos divididas
nitidamente separadas e caídas
ao longo dum corpo de cansaço
pedem o precipício a hecatombe clara
o acontecimento decisivo

O tempo fecundo
dos sonhos embrulhados repetidos como um hálito de febres
repassadas no travesseiro igual das noites e dos dias
das ruas agrestes e pequenas da mágoa
familiar e precisa como uma esmola certa

O tempo escuro
da peste consentida do vício proclamado
da sede amarfanhada pelas mãos dos amigos
da fome concreta dum sonho proibido
e do sabor amargo dum remorso invisível

O tempo ausente
dos olhos dum desejo de claras cidades
em que acenamos perdidos às soluções erguidas
com vozes bem distintas de cadáveres opressores
com gritos sufocados de problemas supostos

O tempo presente
das circunstâncias ferozes que erguem muros reais
dos fantasmas de carne que nos apertam as mãos
das anedotas contadas num outro mundo de cafés
e das vidas dos outros sempre fracassadas

O tempo dos sonhos
sem coragem para poder vivê-los
com muralhas de mortos que não querem morrer
com razões de mais para poder viver
com uma força tão grande que temos de abafar
no fragor dos versos disfarçados

O tempo implacável
em que juramos de pé viver até ao fim
maiores dos que nós ser todo o grito nu
pureza conquistada no seio da vida impura
um raio de sol de sangue na face devastada

O tempo das palavras
numa circulação sombria como um poço
de ecos incontrolados
de timbres inesperados
como moedas de sangue cunhadas numa noite
demasiado curta e com luar de mais

O tempo impessoal
em que fingimos ter um destino qualquer
para que nos conheçam os amigos forçados
para que nós próprios nos sintamos humanos
e este fardo de trevas esta dor sem limites
a possamos levar numa mala portátil

O tempo do silêncio
em que o riso postiço dos fregueses da vida
finge ignorá-lo enquanto soluçamos
de raiva de razão reprimida revolta
e os senhores de bom senso passeiam divertidos

O tempo da razão
(e não da fantasia)
em que os versos são soldados comprimidos
que guardam as armas dentro do coração
que rasgam os seus pulsos para fazer do sangue
a tinta de escrever duma nova canção
 
 
 
 
No puedo posponer el amor para otro siglo

No puedo posponer el amor para otro siglo
no puedo
aunque el grito sofoque en la garganta
aunque el odio estalle y crepite y arda
sobre montañas grises
y montañas grises

No puedo posponer este abrazo
que es una arma de doble filo
amor y odio

No puedo posponerlo
aunque la noche pese siglos sobre la espalda
y la aurora indecisa demore
no puedo posponer mi vida para otro siglo
ni mi amor
ni mi grito de liberación

No puedo posponer el corazón
 
 
Não posso adiar o amor para outro século

Não posso adiar o amor para outro século
não posso
ainda que o grito sufoque na garganta
ainda que o ódio estale e crepite e arda
sob montanhas cinzentas
e montanhas cinzentas

Não posso adiar este abraço
que é uma arma de dois gumes
amor e ódio

Não posso adiar
ainda que a noite pese séculos sobre as costas
e a aurora indecisa demore
não posso adiar para outro século a minha vida
nem o meu amor
nem o meu grito de libertação

Não posso adiar o coração
 
 
 
 
Estoy vivo y escribo sol

Escribo versos al mediodía
y la muerte al sol es un pelaje
que pasa en fríos frescos sobre mi cara de vivo
Estoy vivo y escribo sol

Si mis lágrimas y mi dientes cantan
en el vacío fresco
es porque abolí todas las mentiras
y no soy más que este instante puro
la concindencia perfecta
en el acto de escribir y sol

El vértigo único de la verdad en ristre
la nulidad de todas las próximas paradas
navego hacia la cima
caigo en la claridad simple
y los objetos echan sus caras
y en mi lengua tiembla el sol

Mejor que tomar vino es más claro
ser en el mirar el propio mirar
la maravilla de este espacio abierto
la calle
un grito
la gran toalla del silencio verde
 
 
Estou vivo e escrevo sol

Escrevo versos ao meio-dia
e a morte ao sol é uma cabeleira
que passa em fios frescos sobre a minha cara de vivo
Estou vivo e escrevo sol

Se as minhas lágrimas e os meus dentes cantam
no vazio fresco
é porque aboli todas as mentiras
e não sou mais que este momento puro
a coincidência perfeita
no acto de escrever e sol

A vertigem única da verdade em riste
a nulidade de todas as próximas paragens
navego para o cimo
tombo na claridade simples
e os objectos atiram suas faces
e na minha língua o sol trepida

Melhor que beber vinho é mais claro
ser no olhar o próprio olhar
a maravilha é este espaço aberto
a rua
um grito
a grande toalha do silêncio verde
 
 
 
 
Para un amigo tengo siempre un reloj

Para un amigo tengo siempre un reloj
olvidado en cualquier fondo de bolsillo.
Pero ese reloj no marca el tiempo inútil.
Son restos de tabaco y de ternura rápida.
Es un arcoiris de sombra, caliente y trémulo.
Es una copa de vino con mi sangre y el sol.
 
 
Para um amigo tenho sempre um relógio

Para um amigo tenho sempre um relógio
esquecido em qualquer fundo de algibeira.
Mas esse relógio não marca o tempo inútil.
São restos de tabaco e de ternura rápida.
É um arco-íris de sombra, quente e trémulo.
É um copo de vinho com o meu sangue e o sol.
 
 
 
 
Donde vive la memoria oscura, donde

Donde vive la memoria oscura, donde
ese caballo persiste como relámpago de piedra,
donde el cuerpo se niega, donde la noche ensordece,
camino sobre piedras en mi casa pobre.

No conozco ese lago, no fui a ese país.
Pero acá es un término o un principio nuevo.
Con la baba del caballo, con sus nervios más finos
reconstruí el cuerpo, silencié los miembros.

La sed no se estancó en el mismo caos de ahora
pero la lengua revienta, las vértebras estallan
por una nueva lengua, por un caballo que una

la tierra en tu boca, y tu boca en el agua.
 
 
Onde mora a memória obscura, onde

Onde mora a memória obscura, onde
esse cavalo persiste como um relâmpago de pedra,
onde o corpo se nega, onde a noite ensurdece,
caminho sobre pedras na minha casa pobre.

Não conheço esse lago, não fui a esse país.
Mas aqui é um termo ou um princípio novo.
Com a baba do cavalo, com os seus nervos mais finos
reconstruí o corpo, silenciei os membros.

Não se estancou a sede, no mesmo caos de agora,
mas a língua rebenta, as vértebras estalam
por uma nova língua, por um cavalo que una

a terra à tua boca, e a tua boca à água.

 

* Poemas pertenecientes a Antología poética de António Ramos Rosa (Circulo de Leitores, Lisboa, 2001).

Traducción de Leonor López de Carrión.

 
Gemelas

Garabateo en la penumbra que compartimos.
Duermes y me tocas con los gestos
de cuando estaba embarazada.
Mis ojos se entrecierran.
Seremos intrauterinas
dentro de nada.

 
Gémeas

Escrevinho na penumbra que partilhamos.
Dormes e tocas-me com os gestos
de quando estava grávida.
Os meus olhos semicerram.
Seremos intrauterinas
não tarda.
 
 
 
Alelopatía

La observación atenta genera
porque el detalle fecunda.
Surges del examen de toda la fibra.
Por palpación
miembros y nalgas suman.
Nuestras raíces se funden
porque se reconocen
en la sed, no en la tierra,
comparten agua como murciélagos.
Cada mirada
anteras que se abren de par en par
con el deambular de un feto.
Alabados sean los pétalos
guardianes de nuestra pureza.
Alabados sean los insectos
heraldos de su profanación.
 
 
Alelopatia

A observação atenta gera
porque o detalhe fecunda.
Resultas do exame de toda a fibra.
Por palpação
membros e nádegas acrescem.
As nossas raízes fundem-se
porque se reconhecem
na sede, não na terra,
partilham água como morcegos.
Cada mirada
anteras que se escancaram
com o vagar de um feto.
Louvadas sejam as pétalas
guardiãs da nossa pureza.
Louvados sejam os insectos
arautos da sua profanação.
 
 
 
Tenaz,
perseguí el globo que voló de las manos
del infante.
Cuando se lo devolví, como quimera
del bizcocho,
sugerí “agarradlo fuerte por el ombligo”.
Pero esto fue ayer,
cuando traía los capilares expuestos.
Hoy es día de alimentar peces de pecera
y jugar en la bolsa del silencio.
Una bondad rechoncha camufla hojas muertas
en bolsitas de té negro
—en un plato, los milagros del día útil;
en otro, los fraudes del final.
Ignoro la dirección del equívoco
pero sé que él lo es.
Cumplo los itinerarios,
voy a los lugares a expurgar.
En los sueños deshidratados,
una huida jadeante,
bucéfalos bicéfalos son domados,
transformistas están mal ataviados,
incesto una cesta de comida,
un vaso de amaretto, cianuro, cicuta,
el río, el monstruo, el cálculo
originado por organismo bacteriano,
estrato calcificado,
prueba de periontatlo que dura un decatlón.
Ignoro la dirección del equívoco
pero él lo es.
 
 
Tenaz,
persegui o balão que voou das mãos do infante.
Quando lho devolvi, qual quimera do bolo,
sugeri «agarrai-o pelo umbigo com força».
Mas isto foi ontem,
que trazia os capilares expostos.
Hoje é dia de alimentar peixes de aquário
e jogar na bolsa do silêncio.
Uma bonomia balofa camufla folhas mortas
em saquetas de chá preto
—num prato, os milagres do dia útil;
noutro, as fraudes do fim.
Ignoro a morada do equívoco
mas sei que ele é.
Cumpro os itinerários,
vou aos lugares a expurgar.
Nos sonhos desidratados,
uma fuga ofegante,
bucéfalos bicéfalos são domados,
transformistas estão mal ataviados,
incesto um cesto de comida,
um copo de amaretto, cianeto, cicuta,
o rio, o monstro, o cálculo
originado por organismo bacteriano,
estrato calcificado,
prova de periontatlo que dura um decatlo.
Ignoro a morada do equívoco
mas ele é.
 
 
 
El lobo se comió al colibrí.
Ahora, cuando abre las mandíbulas,
el canto de la avecita se le escapa
—el colibrí es el lobo
y el lobo el colibrí.
También el colibrí puede comerse al lobo,
sin embargo, al abrir el pico,
morirá con el aullido.
 
 
O lobo comeu o colibri.
Agora, quando abre as mandíbulas,
o canto da avezinha escapa-se-lhe
—o colibri é o lobo
e o lobo o colibri.
Também o colibri pode comer o lobo
porém, ao abrir o bico,
morrerá com o uivo.
 
 
 
Temo revelarte el sumo secreto:
que no hay secretos, solo límites
vendas que voluntariamente apartamos
para contemplar colosos y microbios
dispuestos en patrones
a los cuales se impone inyectar aleatoriedad
e incertidumbre
para comprender el tedio.
Y que algo tiene que morir para que
podamos vivir.
Como cocodrilos somos rescatados por
la lágrima.
Que una madre tenga que explicar el
infierno de todo esto
—en un parpadeo, el paraíso.
Nada que hacer:
somos omnívoros
somos necrófagos
pero no tenemos por qué ser
canallas ni mezquinos
—te dice este fantasma voraz
que ya ha sido hija.
 
 
Receio revelar-te o sumo segredo:
que não há segredos, só limites
vendas que voluntariamente arredamos
para contemplarmos colossos e micróbios
dispostos em padrões
aos quais se impõe injectar aleatoriedade
e incerteza
para compensar o tédio.
E que algo tem de morrer para podermos
viver.
Como crocodilos somos remidos pela
lágrima.
Ter uma mãe de explicar o inferno de tudo
isto
—num piscar de olhos, o paraíso.
Nada a fazer:
somos omnívoros
somos necrófagos
mas não temos de ser
sacanas nem mesquinhos
—diz-te este fantasma voraz
que já foi filha.

 
 
Poemas tomados del libro Taxidermia, publicado en 2021 por Ediciones Liliputienses.
 

Presentación y versiones de Fabián Espejel.

 
Un heterónimo es la traducción de un yo ficticio a la escritura. En febrero de 1845, Edgar Allan Poe publicó su famoso poema “The Raven” bajo el pseudónimo Quarles. Fernando Pessoa lo tradujo en 1924 bajo el título de “O corvo”, considerada una de las mejores traducciones del texto. ¿Podríamos pensar esta versión al portugués como la obra de un autor distinto, nostálgico del romanticismo oscuro? ¿Traducir no es de alguna manera descubrir heterónimos ajenos y propios?

Pienso en los estudios sobre cómo cambia la personalidad al momento de hablar otro idioma. Pessoa nació en Lisboa y creció en Sudáfrica —donde además aprendió francés—. Escribió sus primeros textos en inglés, y fue tal su familiaridad con ese idioma que su ensayo sobre las supersticiones comunes ganó el Queen Victoria Memorial Prize en 1903. Cobra sentido, entonces, que Pessoa, o poeta fingidor, tuviera la asombrosa facilidad de crear más de cien heterónimos.

De vuelta en Portugal, solo publicó cinco libros en vida; cuatro de ellos escritos en inglés. Sin embargo, antes que Camus con el francés, declaró —por boca de Bernardo Soares— que su patria era la língua portuguesa. Quizá por eso los heterónimos menos leídos sean los que escribieron en otros idiomas. Baste mencionar a los más famosos: el Chevalier de Pas —el primero que inventó siendo niño—, Alexander Search y Jean Seul de Méluret, cuya autoría de varios poemas en francés sigue siendo objeto de debate, pues no aparecen firmados.

Sí se sabe, en cambio, que el Pessoa ortónimo escribió literalmente hasta poco antes de morir, el 30 de noviembre de 1935. Su último poema está fechado días antes. Evidentemente, los heterónimos también siguieron escribiendo; Pessoa escribió unos cuantos poemas en inglés y francés el 22 de noviembre. Fue hasta 1960 que la poeta e investigadora portuguesa Maria Aliete Galhoz dio a conocer la poesía francesa de Pessoa en su clásica edición de la Obra poética, con los tres poemas que a continuación se traducen.

De ellos, solo uno —“Trois chansons mortes”— fue publicado en vida del autor y firmado por él. Apareció en la revista Contemporânea el 7 de enero de 1923. Galhoz señala la reminiscencia simbolista e impresionista de estos textos y la influencia de Baudelaire y Mallarmé, que lo aleja del clásico Reis, el apasionado Campos o el pagano Caeiro, y lo acerca al Pessoa ele-mesmo. Tal vez pensó en firmar estos poemas como Ferdinand Personne, el heterónimo que inventó para él su novia Ofélia Queiroz.

Ángel Crespo (Revista de Occidente, 1989) y Valeria Joubert (Diario de Poesía, 1994) tradujeron estos poemas al español. El trabajo de Joubert fue de gran utilidad para encontrar mis propias soluciones. Prescindí de la métrica y las imperturbables rimas que emplea el autor por las dificultades que implicaba conservalas. Estas versiones no hubieran sucedido sin Eduardo Langagne, pessoano de coração, quien generosamente me compartió el trabajo de Galhoz y sugirió una traducción de los poemas franceses de Pessoa. Muito obrigado.

—Fabián Espejel

 
 
Tres canciones muertas

                                    I

Eres bella: y te quieren.
Eres joven: te sonríen.
Si algún amor pudiera abrirse
en ese corazón en donde nada brilla.

Esta sonrisa de mi tristeza
se volvería, reflejo lejano,
hacia el oro cenizo de tu trenza,
hacia el pálido mástil de tu mano.

Mas solo hago esta sonrisa
que duerme al fondo de mis ojos —
lago frío que, cuando te veo reír,
olvido en un destello alegre.

                                    II

Tuve un sueño. El alba
no pudo levantar
de su vestido fresco
mi dormir ligero.

En vano toda sombra
arrojó su negrura.
Mi corazón es más sombrío.
Ocurría en mi corazón.

Murió. Yo existo
por lo que me ocurrió.
¿Qué? Por eso estoy más triste…
Ah, un sueño apagado

hacía el tiempo breve
y a mi corazón menos cansado…
¿Qué sueño era este?
No lo sé.

                                    III

¿Y si me amas un poco? No por amor,
sino por sueño…
Una pizca apenas… El amor que se logra
es pesado.

Haz conmigo alguien que te ame,
no este que soy.
Cuando el sueño es bello, incluso el día
sonríe.

Que sea infeliz o feo —es sombra…
Para que sientas
fresco el día, te hago esta oscura
estancia.

 
Trois chansons mortes

                                   I

Vous êtes belle: on vous adore.
Vous êtes jeune: on vous sourit.
Si un amour pourrait éclore
Dans ce cœur où rien ne luit.

Ce sourire de ma tristesse
Se tournerait, reflet lointain,
Vers l’or cendré de votre tresse,
Vers le blanc mat de votre main.

Mais je n’en fais que ce sourire
Qui sommeille au fond de mes yeux —
Lac froid qui, en vous voyant rire,
S’oublie en un reflet joyeux.

                                   II

J’eus un rêve. L’aube
N’a pu soulever
Du frais de sa robe
Mon sommeil léger.

En vain toute l’ombre
Jettait sa noirceur.
Mon cœur est plus sombre.
C’était dans mon coeur.

Il est mort. J’existe
Par ce qui m’en vint.
Quoi? J’en suis plus triste…
Ah, ce rêve éteint

Faisait l’heure brève
Et mon cœur moins las…
Quel était ce rêve?
Je ne le sais pas.

                                   III

Si vous m’aimiez un peu? Par rêve,
Non par amour…
Un rien… L’amour que l’on achève

Est lourd.

Faites de moi un qui vous aime,
Pas qui je suis…
Quand le rêve est beau, le jour même
Sourit.

Que je sois triste ou laid — c’est l’ombre…
Pour que le jour
Vous soit frais, je vous fais ce sombre

Séjour.

 

En el postigo cerrado de tu sueño feliz
deja mi alma su lamento hacia las noches

El crepúsculo es tibio en las entrañas de un lamento,
ocioso, como un chorro de agua que se inclina en el viento,
en mi corazón se crea una tarde ficticia y lenta
hecha con la concesión arqueada sobre los más negros reflejos.

Tu voz ocupa, poco a poco, somnolencias,
espacios ignorados entre los átomos del tiempo,
y sin averiguar de qué lado se llora
el follaje adormilado rumia demencias.

Toda criatura se cierra como un cofrecillo de marfil,
cualquier instante cae como hoja muerta,
pronto no tendré más ríos en que beber
la ebriedad cuya idea como una brisa me lleva.

Y sacudiéndose un aliento tibio pone
bajorrelieves de ensueño en la espera del tiempo.
Pronto habremos llorado nuestro llanto. Mis lamentos
como un sonido agotándose en el aire extinto mueren.

Hermana, ya es muy tarde. Siempre es demasiado tarde.
El aire ha levantado el trigo entre mis sueños.
Pon tus manos sobre mi corazón cansado. Late y el arte
de dolerse se vuelve débil en mi breve espera.

Sonríe por tus pies desnudos un claro momento puestos
sobre las rocas del muelle. Será el epíteto
que Dios habrá encontrado para tu cuerpo ácido
en el palacio de nuestra hora enamorada del fracaso.

Me acuerdo. Fue a la orilla del río negro.
Los cisnes habían huido hacia los ojos de otros.
Esta fue nuestra actitud de apóstol, triste,
que extravió su fe en los sueños de la tarde.

Estabas toda bajo la sombra. Un órgano cansado
lloraba atrás de este paisaje interrumpido.
Nos mirábamos en la sombra donde Dios calló.
Y del ruido solo quedaba la fuga de unos pasos

hacia la muerte, y en la sombra sonando todo el tiempo más bajo.

18-6-1915

 
Aux volets clos de votre rêve épanoui
Laisse mon âme avoir son regret vers les nuits

Le crépuscule est tiède au cœur de nos regrets,
Oisif, comme un jet d’eau incliné dans le vent,
Il se fait dans mon cœur un soir fictif et lent
Fait de l’octroi courbé sur les plus noirs reflets.

Ta voix occupe, peu à peu, les somnolences,
Espaces inconnus entre les atomes de l’heure,
Et sans que nous sachions de quel côté l’on pleure
Le feuillage en torpeur rumine des démences.

Tout être est clos ainsi qu’un coffret de ivoire,
Tout moment tombe comme feuille morte,
Bientôt je n’aurai plus de rivières où boire
L’ivresse dont l’idée comme une brise m’emporte.

Par saccades un souffle attiédi met
Des bas-reliefs de rêve aux attentes de l’heure.
Nous aurons bientôt fait de nos pleurs. Mes regrets
Comme un son finissant dans l’air éteint meurent.

Ma sœur, il est trop tard. Il est toujours trop tard.
Le vent a soulevé les blés parmi mes rêves.
Portez vos mains sur mon cœur las. Il bat et l’art
De se plaindre s’affaiblit à mon attente brève.

Souriez de vos pieds nus posés un moment lucide
Sur les pierres du quai. Ce sera l’épithète
Que Dieu aura trouvé pour votre corps acide
Au palais de notre heure éprise de défaite.

Je me souviens. C’était au bord du fleuve noir.
Les cygnes avaient fui vers des regards des autres.
Notre attitude était celle, triste, d’apôtres
Qui ont perdu leur foi dans les rêves du soir.

Vous étiez tout(e) mise à l’ombre. Un orgue las
Pleurait derrière le paysage interrompu.
Nous nous regardions dans l’ombre où Dieu s’est tu.
Et il n’y avait de bruit qu’une fuite de pas


Vers la mort, et dans l’ombre sonnant toujours plus bas.

18-6-1915

 

La sonrisa de tus ojos azules,
güera mía.

Sueño, ausente de ese beso
donde empieza
mi pecho, una esperanza leve
que nada se atreve a esperar,
güera mía.

Pudiera ser que en otro turno
o vuelta
tú me ames, y un solo día
un solo beso, hará todo el amor,
güera mía.

No me interesan estos cielos
del mundo
sino porque estos cielos son azules
y me hacen soñar tus bellos ojos,
güera mía.

La luz, en la que el oro riente
me inunda,
no sirve más que para hacerme fiel
al oro de tu pelo brillante,
güera mía.

Ah, sé muy bien que cualquier destino
me gruñe.
Mas, ¿qué hacer? Te amo tanto
con mi amor siempre lejano.
Déjame decírtelo en vano,
güera mía.

22-11-1935

 
Le sourire de tes yeux bleus,
Ma blonde.

Je rêve, absent de ce baiser
Où fonde
Mon cœur, un espoir si léger
Qu’il n’ose rien espérer,
Ma blonde.

Peut-être dans un autre tour
Ou ronde
Tu m’aimeras, et rien qu’un jour,
Qu’un baiser, fera tout l’amour,
Ma blonde.

Je n’ai que faire de ces cieux
Du monde
Que parce que les cieux sont bleus
Et font rêver de tes beaux yeux,
Ma blonde.

La lumière, dont l’or riant
M’innonde,
Ne sert qu’à me faire constant
À l’or de tes cheveux brillants,
Ma blonde.

Oh, je sais bien que tout destin
Me gronde.
Mais qu’y faire? Je t’aime bien
De mon amour toujours lointain.
Laisse-moi te le dire en vain,
Ma blonde.

22-11-1935

Versiones de Mariano Alejandro Ribeiro.

 
1.

El comienzo de un libro es precioso. Muchos comienzos son preciosísimos.
Pero es breve el comienzo de un libro — mantiene al comienzo prosiguiendo.
Cuando este se prolonga, un siguiente libro se inicia.
Basta esperar que la decisión de la intimidad se manifieste.
Voy a llamarlo hilo _____ línea, confianza, crédito, tejido.
 
1.

O começo de um livro é precioso. Muitos começos são preciosíssimos.
Mas é breve o começo de um livro — mantém o começo prosseguindo.
Quando este se prolonga, um livro seguinte se inicia.
Basta esperar que decisão da intimidade se pronuncie.
Vou chamar-lhe fio _____ linha, confiança, crédito, tecido.

 
75.

Las cosas que me acompañan, que son mías
Por palabras que no reconozco, veo por el dolor
Que son siempre intrusas. A mi lado, no me
Propician el sueño de la noche. Conozco el motivo, pero
Me digo a mí misma que es por un motivo no
Esclarecido, una lesión vivida y que supura.
 
75.

As coisas que me acompanham, que são minhas
Por palavras que não reconheço, vejo pela dor
Que são sempre intrusas. A meu lado, não me
Propiciam o sono da noite. Eu sei a razão, mas
Digo a mim própria que é por uma razão não
Esclarecida, uma lesão vivida e que supura.

 
365.

En un país tan seco y caótico como este,
El lenguaje se quiebra en los altos
Cercos que son barreras. Fue allí que
Encontré, sin embargo, una lengua
Sufriendo otra lengua. Bajo sus
Propias escamas, el pez
Experimentaba dolores físicos, a falta
De agua renovada; dolores espirituales,
Inducidos por confusos sentidos; y dolores
Translúcidos provocados por mutaciones de
Fascinación. “Qué lengua oscura e
Inteligente”, dijo la escritura veterana
Por haber muerto tanto de afectos
Apenas tristes. “Ah, lengua, eres tan fuerte
Y percutiente en los fonemas que exceden
Tu gramática obstinación.”
 
365.

Num país tão seco e caótico como este,
A linguagem quebra-se entre altas
Vedações que são barreiras. Foi lá que
Encontrei, no entanto, uma língua
Sofrendo de outra língua. Por debaixo
Das próprias escamas, o peixe
Experienciava dores físicas, por falta
De água renovada; dores espirituais,
Induzidas por confusos sentidos; e dores
Translúcidas provocadas por mutações de
Maravilhamento. “Que língua escura e
Inteligente”, disse a escrita experiente
Por já tanto ter morrido de afectos
Apenas tristes. “Ó língua, és tão forte
E percutente nos fonemas que excedem
A tua gramática teimosia.”

 
 
* Estos tres poemas forman parte del libro O começo de um livro é precioso, publicado en 2003 por la editorial Assírio & Alvim.

Versiones de Diana Alcaraz.

 
Observa la mañana que nos rodea.
Abraza esta claridad, es un hálito
que recorre nuestras venas. Hace un tiempo
escribí: cuando me cansé de mentirme
a mí mismo, comencé a escribir
un libro de poesía. Hoy de nuevo
aprendí esa lección y por eso
estoy aquí, estamos aquí. Por eso
avivé la existencia que nos rodea
y que nos llena, que está presente en todas
partes simplemente porque nos detenemos
frente a esta palabra:
mañana.
Observa la lejanía que se extiende
en el interior de la letra a, ella resplandece,
salúdala. Repara en la tilde, tan tímida
como ciertas sonrisas nuestras.
Un libro de poesía, otra vez.
Una pequeña casa habitada
por nuestro tiempo, por los gestos
que hacemos en nuestro interior,
reflejos o sombras invisibles,
recuerdos y todo este esplendor.
Estamos vivos, date cuenta. Un libro
de poesía como una tregua secreta,
una ventana, como tus ojos que
me miran en silencio, o mis
ojos mirándote. Un libro de poesía,
como un regreso a casa.

 
Repara na manhã que nos rodeia.
Saúda essa claridade, é um sopro
a correr-nos nas veias. Em tempos,
escrevi: quando me cansei de mentir
a mim próprio, comecei a escrever
um livro de poesia. Hoje, voltei a
aprender essa lição e, por isso,
estou aqui, estamos aqui. Por isso,
acendi a existência que nos rodeia
e nos preenche, que está em toda
a parte apenas porque estamos
parados diante desta palavra:
manhã.
Repara na lonjura que se estende
no interior da letra a, é claridade,
saúda-a. Repara no til, tão tímido
como certos sorrisos nossos.
Um livro de poesia, outra vez.
Uma pequena casa, habitada
pelo nosso tempo, pelos gestos
que fazemos dentro de nós,
reflexos ou sombras invisíveis,
memórias e toda esta claridade.
Estamos vivos, repara. Um livro
de poesia, como uma trégua secreta,
uma janela, como os teus olhos
a verem-me em silêncio, ou os meus
olhos a verem-te. Um livro de poesia,
como um regresso a casa.

 

He aquí a Ulises en su largo camino, avanza por las olas
como avanza por los versos, como avanza por la espera
de quien mira hacia el horizonte en Ítaca. He aquí a Ulises
con su humano propósito.

La guerra de Troya es una puerta que se cerró al salir, salió
desalmado; también puede ser una edad, o la persona
que Ulises ya no quiere ser. Sí, la guerra de Troya es la
persona que Ulises ya no quiere ser.

La embarcación de Ulises puede ser una bicicleta
o un taxi, no importa, puede ser un paseo a pie
con las manos en los bolsillos.

Los diez años de viaje hasta Ítaca pueden ser diez minutos,
pueden ser una llamada rápida, un bulto
que se distingue a lo lejos, o muy probablemente
puede ser la vida entera. Sí, los diez años de viaje hasta Ítaca
son una vida entera.

Y claro, Ulises eres tú. Ya lo habías notado ¿no?
Ulises eres tú, la guerra de Troya eres tú, eres todo el viaje,
eres Ítaca también.

Has de llegar. En el momento indicado, tendrás que llegar.
Ya te esperan.

 
Eis Ulisses em seu longo caminho, avança pelas vagas,
como avança pelos versos, como avança pela espera
de quem olha o horizonte em Ítaca. Eis Ulisses
com seu humano propósito.

A guerra de Tróia é uma porta que fechou ao sair, saiu
desalmado; também pode ser uma idade, ou a pessoa
que Ulisses já não quer ser. Sim, a guerra de Tróia é a
pessoa que Ulisses já não quer ser.

A embarcação de Ulisses pode ser uma bicicleta
ou um táxi, não importa, pode ser um passeio a pé,
de mãos nos bolsos.

Os dez anos de viagem até Ítaca podem ser dez minutos,
podem ser um telefonema rápido, um vulto
que se distingue ao longe ou, mais provavelmente,
podem ser a vida inteira. Sim, os dez anos de viagem até Ítaca
são a vida inteira.

E, claro, Ulisses és tu. Já tinhas percebido, não?
Ulisses és tu, a guerra de Tróia és tu, és toda a viagem,
és Ítaca também.

Haverás de chegar. Na hora certa, terás de chegar.
Já te esperam.

 

Este navío no necesita timón. Estos marineros no necesitan
un mapa, fueron contratados por su nombre y por su rostro,
sin la mínima preparación profesional, ironía máxima. El mar
sabe conducir al navío. Las corrientes y las tempestades son
su verdadera tripulación. De estos marineros solamente se
exigen nombres bellos de citar, bellos rostros para esculpir y
un comportamiento adecuado que oscile entre lo apolíneo
y lo dionisiaco. Todas las sílabas de sus nombres deben ser
pronunciadas, de forma que poetas elevados y personas de
buen gusto puedan decir Euríloco de la misma manera que
dirían llave de paso, y puedan decir Perimedes iluminando
frases, dando elegancia a una idea. Estos nobles marineros
son sobre todo arquetipos, desempeñan esa función con
bravura, navegan con destreza en el origen etimológico de las
palabras. Aquella nube podría ser un arquetipo, una pluma
al viento habría podido ser un arquetipo, pero le faltaba
el valor del tiempo acumulado: una especie de condensación
comparable al proceso formativo de diamantes en los ocultos
secretos de la tierra. El mar que rodea al navío está hecho
literalmente de diamantes, pero no por eso se eximen al timón
y al mapa en este viaje. A lo largo de cantos identificados con
numeración romana, el recorrido ya está definido, es único e
inevitable. Ulises fue atado al mástil solo para causar un
efecto dramático.

 
Este navio dispensa o leme. Estes marinheiros dispensam
o mapa. Foram contratados pela forma do nome e do rosto,
com mínimas habilitações literárias, ironia máxima. O mar
sabe conduzir o navio. As correntes e as tempestades são a
sua verdadeira tripulação. Destes marinheiros, apenas se
exige nomes bons de citar, rostos bons de esculpir e, claro,
um comportamento adequado, que oscile entre o apolíneo
e o dionisíaco. Todas as sílabas dos seus nomes devem ser
pronunciadas, de modo a que poetas elevados e pessoas de
bom gosto possam dizer Euríloco da mesma maneira que
diriam torneira, possam dizer Perimedes e iluminar uma
frase, dar elegância a uma ideia. Estes nobres marinheiros
são sobretudo arquétipos, desempenham essa função com
bravura, navegam com destreza na origem etimológica das
palavras. Aquela nuvem podia ser um arquétipo, uma pena
levada pelo vento podia ser um arquétipo, mas faltava-lhe
o valor do tempo acumulado: uma espécie de condensação,
comparável ao processo que forma diamantes nos secretos
segredos da terra. O mar que rodeia o navio é literalmente
feito de diamantes, mas não é por isso que se dispensa leme
e mapa nesta viagem. Ao longo de cantos identificados com
numeração romana, o percurso já está definido, é único e
inevitável. Ulisses foi atado ao mastro apenas para causar
efeito dramático.


 

El que espera depende del que llega.
Pero quien llega, para saber que ha llegado,
depende de quien lo espera. Penélope es
Ulises y al mismo tiempo Ulises es
Penélope. Quien ha pasado los días hilando y
las noches deshaciendo lo que hiló, cumple
el mismo camino de quien ha pasado los días
navegando y las noches navegando también.
Penélope tiene barba, Ulises tiene útero;
Penélope tiene barba, Ulises también
tiene barba; Penélope tiene útero, Ulises
también tiene útero. Nos enorgullecemos
del siglo XXI y por ello sabemos
que cualquiera de esas opciones es
válida, lo que cuenta es el paradigma,
lo que cuenta es la estructura ejemplar
ofrecida por el paradigma: alguien
ganó la guerra de Troya, alguien
parió a Telémaco.

 
Quem espera depende de quem chega.
Mas quem chega, para saber que chegou,
depende de quem espera. Penélope é
Ulisses e, ao mesmo tempo, Ulisses é
Penélope. Quem passa dias a fiar e
noites a desfazer o que fiou cumpre
o mesmo caminho de quem passa dias
a navegar e noites também a navegar.
Penélope tem barba, Ulisses tem útero;
Penélope tem barba, Ulisses também
tem barba; Penélope tem útero, Ulisses
também tem útero. Orgulhamo-nos
do século XXI e, por isso, sabemos
que qualquer uma dessas opções é
válida, o que conta é o paradigma,
o que conta é a estrutura exemplar
oferecida pelo paradigma: alguém
venceu a guerra de Tróia, alguém
pariu Telémaco.


 

* Estos poemas pertenecen a Regreso a Casa, que publicará próximamente la editorial Cuadrivio.

Presentación y versiones de Blanca Luz Pulido.

 

…un verso transforma el modo en que
se mira el mundo                                     

…nos esculpe el barro intangible          
de los sobrevivientes                              

Nuno Júdice

 

Dentro del inmenso continuo de la obra poética de Nuno Júdice —autor de gran renombre fuera y dentro de Portugal, que en México se ha tornado, en los últimos años, en una voz imprescindible para quien quiera conocer la poesía contemporánea universal—, O Movimento do Mundo (El movimiento del mundo), publicado originalmente en 1996, constituye el volumen número catorce de su producción poética. Si pensamos que el total de los libros de poesía que ha escrito hasta la fecha suma más de treinta, este libro estaría colocado más o menos a la mitad de su océano poético, amplio y diverso; y, al mismo tiempo, con características que le confieren un color especial para el lector que se adentre en la corriente de sus poemas.

Las metáforas marítimas ciertamente vienen a cuento al hablar de la obra de Júdice, pues si bien muchos de sus poemas están afincados en la tierra, en el transcurso del tiempo visto ya sea desde el campo o desde las calles y avenidas urbanas, o desde el íntimo tiempo de una habitación, con sus juegos de luz y sombra, mañana, atardecer y penumbra, al leerlos se tiene la sensación de estar ante una escritura y un mundo líquidos. Dicha sensación en las páginas de este libro se debe a muchos factores, entre ellos la (en apariencia) fácil sencillez con que se entregan los versos a la mirada del lector, su carácter fluido y luminoso. De hecho, en palabras del mismo Júdice, “el aspecto principal de este libro es el regreso a un tono lírico más consciente y a una relación más próxima entre el poema y la vida, en un sentido no tanto biográfico como de transformar aspectos de lo cotidiano en puntos de partida para el poema”.1

Esta “relación más próxima” entre el poema y la vida, entre las palabras y el efecto que causan en el lector, nos habla del carácter luminoso, pero no sencillo ni ingenuo, que tienen las páginas de El movimiento del mundo: su lectura produce la compleja sensación de estar ante algo a la vez límpido y misterioso, transparente pero en constante metamorfosis. Las mismas sensaciones que podríamos experimentar ante un estanque, donde vemos el suave movimiento de la superficie pero sabemos que adentro suceden muchas cosas que apenas alcanzamos a percibir, pues están conectadas con flujos subterráneos. Los peces de ese estanque aparecen y desaparecen, fluyen y se detienen, y a veces cambian de aspecto en algún momento del poema.

Ejemplos de esta configuración del lenguaje donde lo sensible está en profunda combinación con las ideas, así como lo están las imágenes con los pensamientos, hay muchos en este libro. En Júdice el pensamiento se revela y se va trazando a través de cada imagen y cada verso. Por ejemplo “Semiología”, un poema que habla de su mismo sentido, o acaso del sentido de la poesía en general. “Todo se confunde”: el amor y la soledad, los caminos de los vivos y de los muertos se encuentran, de los amantes y de los solitarios.

Este detenerse en las mismas palabras con que el poema se va construyendo, presente en “Semiología”, se encuentra también en “Poética” (una de las varias que alberga la obra de Júdice, y el segundo de los poemas con ese mismo nombre en este libro), donde nos encontramos ante una reflexión metapoética a través de imágenes en las que aparece la figura del mismo yo lírico, buscando su camino entre los elementos del verso: se habla de ritmo, de cesuras, de la “luz del sentido”. Del poema como un avanzar continuo hacia lo que se desconoce, como un dejar atrás lo que debe quedar atrás, pues todo en el poema es un buscar el movimiento, buscar la propia voz de lo que quiere decirse.

La sabiduría verbal de Júdice dibuja ese ir y venir del pensamiento poético, en busca de “la luz de un sentido”. Este movimiento recorre de hecho todas las páginas del libro, de una u otra manera.

[…]

La mirada es protagonista en esta obra, una mirada que va creando enigmas a cada paso. Podemos estar de acuerdo en que, como se afirma en “Metafísica”, “un verso transforma/ el modo en que se mira el mundo”. ¿Y de qué manera se transforma ese modo de mirar el mundo a través de estos poemas en particular?

De muchas formas, pero la primera en que pienso es la siguiente: el mundo se transforma en un lugar más enigmático, donde la belleza puede surgir (o desaparecer, o alejarse) en cualquier instante, al conjuro de estos versos, escritos por un poeta que es una especie de prestidigitador del lenguaje. Es decir: el mundo, la realidad, en cada uno de estos poemas adquiere tintes nuevos, desconocidos. Todo puede suceder en el poderoso, en el abierto campo de la página.

—Blanca Luz Pulido

 

Metafísica

A veces, un verso transforma el modo en que
se mira el mundo: las cosas se revelan
en donde nadie las suponía; y
el centro se mueve de donde estaba, desde
el origen, forzando al pensamiento a rodar
en otra dirección. El poema, sin embargo, no
tiene por fuerza que decirlo todo. Su
esencia reside en el fragmento de un absoluto
que algún dios se llevó. Miro
ese vestigio de la totalidad sin ver más
que eso —el resto de la antigua
perfección— y dejo atrás el camino
de la idea, la ambición teológica, el sueño del
infinito. ¿De qué eternidad me olvido,
entonces, en el fondo de la estrofa?

 

Metafísica

Às vezes, um verso transforma o modo como
se olha para o mundo; as coisas revelam-se
naquilo que imaginação alguma as supôs; e
o centro desloca-se de onde estava, desde
a origem, obrigando o pensamento a rodar
noutra direcção. O poema, no entanto, não
tem obrigatoriamente de dizer tudo. A sua
essência reside no fragmento de um absoluto
que algum deus levou consigo. Olho para
esse vestígio da totalidade sem ver mais
do que isso — o desperdício da antiga
perfeição — e deixo para trás o caminho
da ideia, a ambição teológica, o sonho do
infinito. De que eternidade me esqueço,
então, no fundo da estrofe?

 

Poética

Eviten el modelo griego: la perfección de las líneas,
la limpidez del mármol, el azul del mar. En el fondo,
la luz nace ahí donde el cuerpo se deja contaminar
por los colores oscuros del amor, como un tallo
de invierno; y es en el interior del fruto podrido por
la lluvia que la vida insiste.

 

Poética

Evitem o modelo grego: a perfeição das linhas,
a limpidez de mármore, o azul do mar. No fundo, é
onde o corpo se deixa contaminar pelas cores
baças do amor que a luz nasce, como um caule
de inverno; e é por dentro do fruto que a chuva
apodrece que a vida insiste.

 

El muelle

Canto la melancolía de la hierba dorada del poniente; y
un puente traza el horizonte de mis ojos, para que
un día lo atraviese, sin mirar atrás, dejando
que el azul agonice bajo la indiferencia del sol. Por otro lado,
pienso, una orquesta repetirá la elocuencia definitiva
de la locura: oráculos, profecías, apocalipsis; y unos seres
pálidos, en cuyos trazos reconozco imágenes antiguas,
me tocarán en una incertidumbre de existencia. ¿Seré capaz
de arrancarles las palabras de un vocabulario incierto
como el otoño —costras de una extensa herida verbal—, robando
a sus labios la palidez del poema? ¿Qué madrugada veré
en las cuencas vacías de sus ojos? Que ellos me muestren
las fronteras letárgicas del verso –ahí donde la luz violeta de las mareas
me tiñe los dedos, yo seré el árbol circular, el negro
murmullo de una hemorragia de frutos, un espejo
de sombras perdidas en el túmulo de los años. Me habrás de guiar
de regreso —oh amada apariencia de un tedio de arcos borrados
por la niebla—, hasta que, en el muelle familiar del verso,
tu vaga voz se disipe.

 

O cais

Canto a melancolia da erva ruiva do poente; e
uma ponte traceja o horizonte dos meus olhos, para que
um dia a atravesse, sem olhar para trás, deixando
que o azul agonice sob a indiferença do sol. Do outro lado,
penso, uma orquestra repetirá a definitiva eloquência
da loucura: oráculos, profecias, apocalipses; e uns seres
pálidos, em cujos traços reconheço imagens antigas,
tocar-me-ão numa incerteza de existência. Serei capaz
de lhes arrancar as palavras de um vocabulário incerto
como o outono — crostas de uma extensa ferida verbal – roubando
aos seus lábios a palidez do poema? Que madrugada verei
nos bocais vazios dos seus olhos? Que eles me mostrem
as fronteiras letárgicas do verso — aí, onde a luz roxa das marés
me tinge os dedos, eu serei a árvore circular, o negro
murmúrio de uma hemorragia de frutos, um espelho
de sombras perdidas no túmulo dos anos. Guiar-me-ás
no regresso — ó amada aparência de um tédio de arcos apagados
pela névoa — até que, no cais familiar do verso,
a tua voz vaga se dissipe.

 

Semiología

Digo: el amor. Hay palabras que parecen sólidas,
al contrario de otras que se deshacen en los dedos.
Soledad. O incluso: miedo. Podemos escoger
las palabras, meterlas dentro del poema como
si fuera una caja. Pero no esconderlas. Ellas
se quedan en el aire, invisibles, como si no necesitaran
de los sonidos con que las decimos.

Y luego, el efecto de las palabras. Su rotación
en la cabeza, y por las arterias, hasta el centro:
el corazón. Dicho con otra palabra: el
amor. Pero no hablo de sinónimos; a fin de cuentas,
hay palabras que encierran lo contrario de lo que
significan, y solo las conoce quien ama, si
la vida no lo llevó por caminos confusos.

Te amo. También podría decir: la soledad
con que te amo, o el miedo de amarte. Con
una palabra se puede hacer todo, en una página,
cuando lo que está ahí es un poema. Sin embargo,
estas palabras me conducen a ti, es decir,
te hacen vivir dentro de ellas. Por eso
todo se confunde: el amor, la soledad, el miedo,

y hasta la vida, que también es una palabra.

 

Semiologia

Digo: o amor. Há palavras que aparecem sólidas,
ao contrário de outras que se desfazem nos dedos.
Solidão. Ou ainda: medo. As palavras, podemos
escolhê-las, metê-las dentro de poema como
se fosse uma caixa. Mas não escondê-las. Elas
ficam no ar, invisíveis, como se não precisassem
dos sons com que as dizemos.

Agora, o efeito das palavras. A sua rotação
na cabeça, e pelas artérias, até ao centro:
o coração. Outra palavra como que se diz: o
amor. Mas não falo de sinónimos; de resto,
há palavras que escondem o contrário do que
querem dizer, e só as conhece quem ama, se
a vida não o levou por caminhos confusos.

Amo-te. Também podia dizer: a solidão
com que te amo, ou o medo de te amar. A partir
de uma palavra tudo se pode fazer, numa página,
quando o que aí está é um poema. No entanto,
essas palavras conduzem-me a ti, isto é,
fazem-te viver por dentro delas. É por isso
que tudo se confunde: o amor, a solidão, o medo,

e até a vida, que também é uma palavra.

 

Un invierno en Lisboa

Es verdad que Lisboa, en el invierno, no tiene la
dureza de una ciudad del norte. El aire
es húmedo, el frío no entra en el alma, y no
tiene esos blancos puros, ni los grises que
perduran, ni siquiera el sentimiento inquietante
de que el mundo se detuvo bajo la mortaja celeste.

Las ciudades, sin embargo, son engañosas. Y en Lisboa,
en el invierno, algunos sufren con la soledad que
desciende con la tarde. Un fin de frase puede traer
consigo la percepción de la muerte; y no hay palabras
que logren transmitir un sentido a quien no sabe
qué camino seguir, o en qué café entrar.

En Lisboa, en invierno, puede verse, de
vez en cuando, una mariposa perdida
entre los carros mal estacionados. Sus
alas no brillan; e incluso, puede dudarse
de si está viva o muerta. Pero cuando los dedos
se acercan para agarrarla, ella se debate;
parece huir; pero simplemente cae al suelo.

Es verdad que, en el invierno, a una mariposa
casi no le queda más que morir. Pero quien ve,
en ella, la ilusión de la primavera que se aproxima,
se pregunta después: “¿es esto la vida? ¿Crisálida
de qué nada, vacío, angustia de nunca haber sido?”

 

Um inverno em Lisboa

É verdade que Lisboa, no inverno, não tem a
consistência de uma cidade do norte. O ar
é húmido, o frio não entra na alma, e não
há os brancos puros, nem os cinzentos que
duram, nem sequer o sentimento inquietante
de que o mundo parou sob a mortalha celeste.

As cidades, no entanto, enganam. E em Lisboa,
no inverno, há quem sofra com a solidão que
desce com a tarde. Um fim de frase pode trazer
consigo a percepção da morte; e nenhumas palavras
conseguirão dar um sentido a quem não sabe
que caminho seguir, ou em que café entrar.

Em Lisboa, no inverno, pode ver-se, de
vez em quando, uma borboleta perdida por
entre os carros mal estacionados. As suas
asas não brilham; e pode, até, duvidar-se
se estará viva ou morta. Mas quando os dedos
se aproximam para agarrar, ela debate-se;
parece fugir; e limita-se a cair para o chão.

É verdade que, no inverno, pouco mais resta
a uma borboleta do que morrer. Mas quem vê,
nela, a ilusão de que a primavera já se aproxima,
interroga-se depois: “é isto a vida? Crisálida
de que nada, vazio, angústia de nunca ter sido?”

 

Remordimiento

Son cosas pequeñas: las
ventanas que golpean con el viento,
interrupciones de frase en la
memoria de un deseo,
los cabellos sueltos
con el interruptor que
trae de vuelta la luz. Pero
eso es lo que recuerdas cuando
no parece haber
nada alrededor de ti; y la noche,
que te podía envolver
con la sábana fría del último
silencio, olvida que
existes. Entonces, extiendes
las imágenes dentro de ti,
como si todavía pudieras vivir
cada una de ellas. No duermes:
y solo cuando la luz de la mañana
te recuerda que es de día,
y los párpados parecieran de
plomo, entonces lamentarás
las horas en blanco, el sabor ácido
de la resaca, y el amor que perdiste
en la indecisión de un abrazo.

 

Remorso

São coisas pequenas: as
janelas que batem com o vento,
interrupções de frase na
memória de um desejo,
os cabelos soltos
com o interruptor que
traz de volta a luz. Mas
é isso que lembras quando
parece não haver
nada à tua volta; e a noite,
que te podia envolver
com o lençol frio do último
silêncio, esquece que
existes. Então, desenrolas
as imagens por dentro de ti,
como se ainda pudesses viver
cada uma delas. Não dormes:
mas só quando a luz da manhã
te lembrar que é dia,
e as pálpebras tiverem o peso do
chumbo, é que lamentarás
as horas em branco, o sabor ácido
da ressaca, e o amor que perdeste
na hesitação de um abraço.

 

Antes de la partida 

En las estaciones de los trenes del centro,
por donde pasan los del norte hacia el sur, y los del sur
hacia el norte, los del este hacia el oeste y
los del oeste hacia el este, y todos hacia todas partes
y a ninguna, se venden periódicos en todos
los idiomas posibles. Miro los puestos 
para ver los titulares, toco las hojas, las de los
buenos y los malos, los ricos y los pobres, los que
traen suplementos y los que solo tienen unas cuantas
páginas de información y anuncios; y cada uno
de esos periódicos es un mundo, vidas a las que nunca tendré
acceso, historias que empiezan y acaban en una columna
interior, en media docena de líneas. Sin embargo, sé
que el amor y la muerte, a pesar de las diferentes lenguas,
son los mismos en cada una de esas noticias; que
las tragedias y las alegrías se cuentan con el mismo
estilo, y solo el título da énfasis a la emoción
que desaparece con la lectura. Por eso, no necesito
leer todos los periódicos de principio a fin, ni
saber todas las lenguas del mundo, para conocer
la realidad del hombre. Sin embargo, al pasearme
por los puestos, sin mirar en realidad lo que muestran,
solo mezclo emociones y frases, palabras
e imágenes, hago rodar un día entero, sin saber por qué
o nada más porque ese es, finalmente,
el movimiento del mundo.

 

Antes da partida

Nas estações de comboios do centro,
por onde passam os do norte a caminho do sul, os do sul
a caminho do norte, os de leste para oeste e
os de oeste para leste, e todos em toda
e nenhuma direcção, vendem-se jornais de todas
as línguas possíveis. Volto os escaparates
para ver os títulos, toco nos papéis, entre
os bons e os maus, os ricos e os pobres, os que
trazem suplementos e os que se limitam a poucas
páginas de informação e anúncios: e cada um
desses jornais é um mundo, vidas a que nunca terei
acesso, histórias que começam e acabam numa coluna
interior, em meia dúzia de linhas. Sei, no entanto
que o amor e a morte, apesar das línguas diferentes,
são os mesmos em cada uma dessas notícias; que
as tragédias e as alegrias se contam com o mesmo
estilo, e só o título dá ênfase à emoção
que desaparece com a leitura. Não preciso, por isso,
de ler todos os jornais, de uma ponta à outra, nem de
saber todas as línguas do mundo, para conhecer
a realidade do homem. No entanto, ao rodar
os escaparates, sem olhar de facto o que eles mostram,
apenas para misturar emoções e frases, palavras
e imagens, faço rodar um dia inteiro, sem saber porquê
ou apenas porque é esse, finalmente,
o movimento do mundo.

 

* El movimiento del mundo, de Nuno Júdice, será publicado próximamente por la editorial Textofilia.


1 Comunicación personal.

Versión de Paula Abramo.

 

Lugares comunes

Entré en Londres
a un merendero cutre (no solo entre nosotros
hay merenderos cutres, entre los ingleses también
y ellos han tenido hasta más cosas, ahora
solo Escocia y un poco de Irlanda y esas
islitas, más allá)

Entré en Londres
a un merendero cutre, peor todavía que nuestros bares
de playa (esto es sólo para los que no pueden
hacerse una pequeña idea de lo que los ingleses
tienen por allá), era
muy pero muy cutre, no es que fuera mal intencionado, era cutre
como decimos, muy lleno de remiendos y con la cocina
sucia. Bien rascuache.

Claro que todos mis prejuicios
de mujer se me vinieron encima, porque en el merendero
sólo había hombres que comían tocino y huevos y jitomate
(si estuviera en Portugal, serían sándwiches de queso),
pero pensé: Estoy en Londres, estoy
solita, a mí qué me importan los hombres, los ingleses
ni se meten tanto con una como los nuestros,
y así…
Y, bueno, entré al merendero cutre, con árboles
de plástico en los rincones.
Sólo después de entrar vi a una mujer
sentada leyendo alguna cosa. Y me sentí
más fuerte, no sé por qué, pero me sentí más fuerte.
Era una tribu de veintitrés hombres y ella solita y
luego yo

Y pues pedí un café, que no estaba nada mal
para un merendero cutre como ése y el hombre
que me sirvió me dijo: There you are, love.
Se me antojó contestar: I’m not your bloody love o
Go to hell o algo así, pero después
pensé: Ya lo traen tan entrañado
en sus culturas, y su intención no era mala, y además
me voy en un ratito, tengo un vuelo
a mí qué me importa

Y pagué el café, que no estaba nada mal,
y estuve un rato así mirando en torno mío
viendo a toda esa tribu que comía huevos y jamón
y después vi la hora y pensé que el taxi
ya iba a llegar y yo tenía que marcharme.
Y cuando me iba a levantar, la mujer sonrió
como quien dice: That’s it

Y miró así en torno suyo el jamón
y los huevos, a todos los hombres que comían
y yo me sentí más fuerte, no sé por qué,
pero me sentí más fuerte

y pensé que al fin no importa si Londres o nosotros,
que en todas partes
las mismas cosas son

 

Lugares comuns

 

Entrei em Londres
num café manhoso (não é só entre nós
que há cafés manhosos, os ingleses também
e eles até tiveram mais coisas, agora
é só a Escócia e um pouco da Irlanda e aquelas
ilhotazitas, mas adiante)

Entrei em Londres
num café manhoso, pior ainda que um nosso bar
de praia (isto é só para quem não sabe
fazer uma pequena ideia do que eles por lá têm), era
mesmo muito manhoso,
não é que fosse mal intencionado, era manhoso
na nossa gíria, muito cheio de tapumes e de cozinha
suja. Muito rasca.

Claro que os meus preconceitos todos
de mulher me vieram ao de cima, porque o café
só tinha homens a comer bacon e ovos e tomate
(se fosse em Portugal era sandes de queijo),
mas pensei: Estou em Londres, estou
sozinha, quero lá saber dos homens, os ingleses
até nem se metem como os nossos,
e por aí fora…

E lá entrei no café manhoso, de árvore
de plástico ao canto.
Foi só depois de entrar que vi uma mulher
sentada a ler uma coisa qualquer. E senti-me
mais forte, não sei porquê mas senti-me mais forte.
Era uma tribo de vinte e três homens e ela sozinha e
depois eu

Lá pedi o café, que não era nada mau
para café manhoso como aquele e o homem
que me serviu disse: There you are, love.
Apeteceu-me responder: I’m not your bloody love ou
Go to hell ou qualquer coisa assim, mas depois
pensei: Já lhes está tão entranhado
nas culturas e a intenção não era má e também
vou-me embora daqui a pouco, tenho avião
quero lá saber

E paguei o café, que não era nada mau,
e fiquei um bocado assim a olhar à minha volta
a ver a tribo toda a comer ovos e presunto
e depois vi as horas e pensei que o táxi
estava a chegar e eu tinha que sair.
E quando me ia levantar, a mulher sorriu
como quem diz: That’s it

e olhou assim à sua volta para o presunto
e os ovos e os homens todos a comer
e eu senti-me mais forte, não sei porquê,
mas senti-me mais forte

e pensei que afinal não interessa Londres ou nós,
que em toda a parte
as mesmas coisas são

 

 

* Este poema pertenece a What’s in a Name, de Ana Luísa Amaral (trad. Paula Abramo, España, Sexto Piso, 2020).