diciembre 2022 / Inéditos

La fuerza tiene muchas formas

 

Una voz dice ahora como el viento aúlla en los oídos del agua. El espíritu de las vacas y los peces, del mosquito obstinado. El brío del caballo, el salto irreversible del león. Thymós, aliento, corazón, vitalidad. La vida condensada en el pecho, una fuerza en la boca del estómago. El espacio donde siento placer, asombro, sufro o la alegría se queda por un rato. La voz que dice ahora como una ráfaga que infla los pulmones. El aliento que escapó entre los dientes de mis padres. Irme de casa como se corre en una pesadilla y la respiración llamando por teléfono. Enamorarme. Papá borracho, arrancando los cables, bailando como loco con mi hermana y conmigo de la mano. El furor de los soldados con la cabeza en llamas.

 

                     como cuando el viento sur
y el viento norte se disputan un bosque en la montaña
hacen temblar los fresnos los cornejos de corteza suave
y las encinas se agitan de acá para allá
golpeando y rompiendo sus ramas
es un sonido de otro mundo

 

Como cuando estás a punto de dormir y la mente revolotea. Escucho retazos de canción voces de mujeres veo chicas embarazadas en la playa. Hecámede hija de Arsínoo trofeo de Néstor lava las heridas de los hombres que mataron a sus padres. Tecmesa lleva en brazos al bebé de Áyax. Uza escucha a Ulises cada noche hablarle de su esposa después de violarla. Ninguna tiene más de veinte años. Pasan el día tejiendo cantan con los pulmones llenos de algodón. A la tarde se sientan al sol a comer aceitunas. El campamento parece vacío. Las olas gritan. Quedan estatuas de los dioses con los ojos en blanco. Miles de refugios brasas en la tierra. Atrás las matas y los ríos la llanura los cuerpos sin cremar para los perros y los pájaros. Y más atrás su casa. De noche bañan a los hombres. Sirven carne asada y fuentes con cebolla. Mezclan vino con miel queso de cabra harina. Acercan agua perfumada para las manos. Después se acuestan en los catres esperando que no las  llamen que hoy no quieran. La fuerza tiene muchas formas dice Weil. La más brutal es la de alguien que no mata todavía. Te convierte en cosa. La víctima queda petrificada se tuerce hasta amoldarse. Es imitar la nada. Como un caballo cuando lo atan al carro dice. Las riendas y varas y frenos borran todo camino excepto uno.

  

como cuando un león
destroza las crías de una cierva
quiebra las pequeñas columnas crujen entre los dientes
desgarra los corazones blandos mientras la cierva mira
pero qué puede hacer para ayudarlos
a ella también la sacude un terrible temblor
sale corriendo con todas sus fuerzas de repente
cruza los bosques empapada de sudor
para salvar su vida
 
 
                        y las cabezas caen
como el fuego ilumina arrasa el bosque
el viento aviva las llamas corren para todos lados
y los árboles caen

 

La noche le cubre los ojos y la nariz. La oscuridad lo atrapa lo atrae la tierra su espíritu se escabulle entre los dientes. Repica la armadura contra el piso exhala la vida en el polvo se lo traga la muerte. Queda tirado con la mano tendida a los amigos se agacha soltando su aliento y se estira en la tierra. Con la lanza adentro de la espalda o la vejiga en el ojo o el vientre. Le parten el cuello como una amapola. Queda de espaldas con las tripas volcadas en la tierra bramando de dolor agarrando la tierra mojada mordiendo metal retorciéndose como toro. Le quiebran la cabeza los ojos caen a sus pies. El cerebro sale por la herida el hígado resbala entre las piernas. La punta se mete en la boca le astilla los dientes rompe la mandíbula sale por el mentón como un anzuelo. Muere como hojas como cierva como álamo como cabra como arbusto como liebre como espigas como vaca como fresno. Se lo comen los perros y los pájaros. Los peces le sorben la grasa las anguilas le muerden los riñones. Un vacío lo traga.

 

como un espectro
es una suerte de humo
penetra la tierra chillando como humo
mi padre descuelga la foto de Sai Baba
sale descalzo rompe el vidrio contra la vereda
acerca la punta del encendedor
Sai Baba sube al cielo como humo
                como el corazón
se derrite es rocío en las espigas
cuando los tallos alzan la cabeza y se eriza el campo
o es mi madre diciendo
me vas a ver de nuevo en otra vida

 

como un hombre quema
los huesos de su hijo sorbiendo la tristeza
un espeso dolor lo desespera cómo va a hacer ahora
vuelvo a buscar ropa
la luz no enciende un relámpago de vidrios en el piso
una silla bajo el cable suelto
dice que no sos su hijo
oí la risa de mi hermana amé la risa de mi hermana
         como un pez
sale del mar de un salto lo levanta el viento
aterriza entre los dedos de las algas
y lo cubren las olas
deja de respirar mi padre mientras duerme
escuchando Bruce Springsteen
mi teléfono al lado del oído

 
* Poemas pertenecientes al libro Como la noche adentro de los ojos (Bajo la Luna, 2022).

 


Autor

Daniel Lipara

/ Buenos Aires, Argentina, 1987. Poeta, traductor y editor. Ha traducido los libros Aprender a dormir (2017) de John Burnside, y Memorial de Alice Oswald (junto a Mirta Rosenberg). Publicó Otra vida (2018), editado en Estados Unidos con traducción de Robin Myers. Como la noche adentro de los ojos es su segundo libro.

diciembre 2022