21 noviembre, 2022

La ampolla incómoda del lenguaje

de Kenia Cano | Inéditos, Visual

 
Ilustraciones de Agenda Gestual

 
Umbral de Betania

Vagina de alabastro/ llama para volver al origen/ Una vulva tallada en piedra/ blanquecina y rosada/ Genera, claro, su propia sombra// Una que muchos podrían pasar por alto/ No es la canónica pieza de Louise// Ni violenta ni visible/ tampoco la más fotografiada// Permiso para entrar por aquí/ (La parió la serenidad)/ ¡Coño!/ (Cunt I, untitled femme, 1969-70)/Vendida en 25 000 euros/ ¿Le gustaría comprar un objeto similar?/ Casa de subastas/ Lote 869/ Vulva de 17 x 7 x 5 centímetros/ Dice: objeto único/ Perteneciente a una colección privada en Nueva York// Nota: la mujer de Betania vertió perfume de nardo sobre la cabeza de un hombre/ El recipiente era del mismo material que esta escultura //
Vulva y Betania/ ungüento de nardo para vestir pensamientos
                                                                                          oraciones
                                                                                          formas de mirar
                                                                                          ensamblar

                                                                                          las piezas de Louise



 
 
LO QUE ESCUCHÓ LOUISE DE SIETE AÑOS:

ratones en la esquina de la recámara
la risa de su madre, sábanas rasgadas
piedras mientras camina al colegio
campanas en el salón de clases
un campo de lavandas
y el gemido de las chicharras

LO QUE ESCUCHÓ DETRÁS DE LA PUERTA:

el silencio en un banco azul
(celda VI, 1995)

LO QUE NO VIO BAJO LA CAMA:

la dentadura postiza de su abuela paterna
los zapatos de su primer novio
un boleto de tren
una madeja de hilaza azul rey

LO QUE TOCÓ DESPUÉS DE MUERTA:

la piel de una liebre
los senos de su primera madre
siete botes de tinta roja que no usaría
108 piedras sin pulir
y los bordes de la palabra REPARAR

LO QUE DIJERON SUS AMIGOS:

no tengo ni la menor idea

LO QUE RELACIONARON SUS BIÓGRAFOS:

cada página de su diario con un color azul
cada palabra encapsulada con cinco mordidas
cada textura con algo nunca dicho
cada logro: con un curador
cada curador con su cuchillo
cada cuchillo
sin tarea
y una lectura siempre pendiente

LO QUE SU OJO INTERIOR NO PUDO VER:

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TAN TIRIRIRAN TIN /celda sin número

 
De la abuela materna y el sillón azul/ un mimo y un conejo de chocolate// O del conejo que se sentó sobre un sillón turquesa a meditar acerca de la soledad injustificada y la poesía// Antesala, espacio de espera, minutos antes de entrar a la recámara:

    1. Nunca me asomo por la ventana. Las cortinas son pesadas.
    2. El hijo menor quizá juegue en el jardín. Hay un columpio rojo sin número. Se balancea como la infancia que no logramos limitar. (Los parientes cercanos se llevaron las joyas… A mí solo me interesa el tapiz de sus sillones: dorado y azul turquesa).
    3. El clóset siempre abultado de Dolores. Dos cosas de mi interés: conejos de chocolate y una caja de música. El mimo se balancea con el dictado de la cuerda. Sus piernas flojas se mueven sin control        ¿Feliz o entristecido?

(Cómo iba a saber que tendría un hijo alcohólico) tan tiriririran tin,
tan tiriririran tin… El arlequín baila sin atropello. Notas sórdidas, nunca sordas.
¿O eran sordas, nunca sórdidas?

 
 
 
AMPOLLAS:

¿Qué empollas?
Protuberancia existente,
legado del padre,
ampolla o callo del escritor,
ámpulas,
líquidos que secretamos para sanar,
sobreesfuerzo.

La ampolla incómoda del lenguaje,
los poetas astutos,
la reverencia exacerbada al maestro,
ampollas horizontales:
los congéneres.

El amor que no se dice,
el que crece hacia adentro
como una lengua terca y ácida.
La ampolla reventada.
ALIVIO

Ampollas infantiles.

 
 
 
Celda VII / Escenario doméstico / 1998

 
                                                                               Amo los espacios claustrofóbicos,
                                                                               así conoces tus límites
 
                                                                                                                                     L. B.
 
La cita a la cual no estás invitada:
hendidura       hueco de la chapa       mirilla.
Polígono para observar.

Los objetos que aquí se ven:
reliquias  familiares,
actos de parientes que aquí estuvieron.

Babydoll,
semidesnudez de la madre,
una que no siente miedo en la habitación.

Esta vez empequeñecida como una araña
o sus palabras sin sonido.

La memoria y el deterioro de la puerta,
el gris y no me veas tal cual soy:
incómoda.

Reúno objetos,
palabras,
confronto lo que no pude mirar:
¡camisón!
máscara de monja,
chaqueta blanca de quince años
y una escalera en espiral.       

La araña teje,
mi madre estropea algunas palabras.

 
 
* Poemas pertenecientes al libro inédito Arquitectura Doméstica (Prótesis y una lectura de Louise), a partir de la obra de Louise Bourgeois.

 
 

Ampolla

 
 

Intervalo

 
 
 

Que se nos vea la costura

 


Kenia Cano / Cuernavaca, Morelos, 1972. Poeta y artista visual. Autora, entre otros, de los libros de poesía Oración de pájaros (2004), Del amor ileso (2008), Un animal para los ojos (2009) y Las aves de este día (2009), por el que recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer. Entre sus libros de artista, donde se combina lo visual y lo textual, se encuentra Imágenes para la boca inquieta de mi padre (2016). Su libro más reciente es Diario de poemas incómodos (2017), que incluye una muestra fotográfica de un diario intervenido.