enero 2025 / Inéditos

cómo mirar las cosas que se caen

 
Estuvo llevadera la charla con mi padre
anécdotas varias
cuando me enseñó a andar en bici
me carreteó y soltó y mis pedaleadas
impulsaron las ruedas sin caerme
y no pude frenar el movimiento hacia adelante
llegó la noche
seguía nuestra charla
cada vez que a los ojos lo miraba en la penumbra
su cara menos clara se veía
indistinguible de la enredadera que crecía atrás
todo oscuro sin temas de conversación
generalidades
creo que no lo veo o veo este recuerdo
pero charlamos
ojalá la juventud pudiera
transferirse a otro cuerpo y prolongar su movimiento
creería que seguís ahí
no te veo en lo negro
no sé
oigo tu voz intacta al conversar
tan sólida
sigo a ciegas la charla
llevadera
tu voz desde lo negro
imagino tu cara puede ser que tenga
menos piel

 
 
Canon

un óvulo   que rompe el tiempo     multiplica
si llueve en luna nueva    va a llover todo el mes    abonando lo duro
duele crecer    miro el cuarto creciente     su halo de agua
un canto algo     pariendo     dicen que hay más en luna llena
todo cuerpo se enfría cuando nace     cuenta la piel     morada de mi hijo
un huevo que eclosiona    huesos que     se encuentran
la enredadera     brota por el     esternón y los recubre
pichón que    desenreda     de su cáscara
y grazna     sus alas se liberan de las     redes
los ojos siempre abiertos     como negruzcos     en el vuelo
cuando empieza el invierno    la luz se reabre     se engarza con la noche
este es el sol de invierno    y cuando      cierro los párpados calienta
me lleno de algo    dilatante la luz    más sol que ayer ahí viene
soy yo que engendro    rayos    por los poros

 
 
Como un árbol     del este brota     el sol
por sus    hojas las   plantas     se llenan de   energía      extraplanetaria     
germina el     sol  en los    colores de las flores como estas     margaritas     
el sol se vuelve        blanco el polen         busca     abejas      murciélagos     avispas 
y al lado de ese arbusto el colibrí      pica      la margarita
del cantero      se     empapa     en néctar amarillo     va a un lado a     otro
abajo pica     otra flor y con           el polen en su         pico      le
insemina los pistilos     y en    parpadeo           rapidísimo se         va     
qué envidia      en pocas lluvias     su pico       será tallo      hojas serán      
sus alas      ya          protubera        el corazón de mil         latidos por
minuto      se hace       estambre       y       filamento     amarillento
sus plumas         se despliegan        y se          alinean       como
pétalos              blancos     en corola     me quiere     no
me quiere       me                 quiere     no me             quiere

 
 
Canon

ahí se ve       redonda       de ahí es de donde vengo
la Tierra       esfera azul brillante       la cuarta en los planetas
flota en lo negro       plantas tiene y agua       su forma es elipsoide
la atmósfera le da un cielo celeste       flotando       las plantas la oxigenan
biósfera       en su membrana el aire un citoplasma       flota
el frío rota en su eje       de vidrio una canica      azul en los pulmones
las nubes se espiralan       calor del sol se absorbe y pierde mientras gira       como célula
la gravedad es 9,8       nubes          vapor se enfría se condensa
la célula planeta       vive soltás algo y se cae       la lluvia cuerpos
los ojos de mi abuela       célula pulsante que       gravita en torno al sol
observa       iris celeste          su núcleo celular en movimiento
ojo planeta      que escudriña       lacrimoso atmosférico
planetiza una      mirada único ojo en que     respiro  

 
 
Me decís que teñimos las bacterias
para ver esa hilera puntos ovalados
se llama estreptococo
que en un pulmón con neumonía
infecta al organismo y se hace tos con sangre
me decís
así surgió la vida la bacteria transmite su adn
y alcanza la intuición de quién se es
qué hurgar cómo mirar las cosas que se
caen
me decís que es cariño el no subestimar aunque friccione
dar algo a luz dejarlo ser y replicarse
me decís madre
la inercia es hijo porque un cuerpo
mantiene el movimiento o el reposo que ya tiene
en teoría
un cuerpo avanzando en el vacío
sobre un espacio sin fricción
sin nada que lo frene nunca cesaría
avanzaría en el vacío a solas
sin mordiente

 
 
Canon

salieron las chicharras   ¿escuchás a los     bichos?
por la tarde en verano     se oye ese     chirrido un
aullido    sofocado del árbol     que aturde
rechinantes    membranas del artrópodo en    diciembre enero
se esconde entre las ramas    estridente aplasta sus    costillas las afloja
convoca a la hembra   camuflado en la corteza sus órganos     timbales estridula
a más calor más fuerte    invocación   tapada por el ruido de taladros
y es lindo este    calor lo que potencia el     canto a que se aboca
en tierra hay algo     bello es una mera     posibilidad
crecer por sobre el    pasto entre la     bulla
largar un estridor que se    dilata    soterrado bajo piel
exoesqueleto    que el chillido afloja   que se expande
así mutamos   bocas desescaman   estridulan
se secan la     crisálida y los párpados   los ojos se anaranjan

 
 
Oigan     amigos     soy un perro
husmeo en la basura    los rastreo     por el patio
serpiente me hago yo     escamosa siseo sobre el     suelo
pellizca    mi veneno     piel colores llamativos
aguilucho quisiera ser   volando con los brazos   a media milla los detecto
plumaje va en picada una     navaja     descarno roo huesos
montaña soy    de piedra mi ladera     alimañas
se caen por la     grieta a este profundo     abrazo
ventarrón hoy me toca a mí     correteo    me hago tierra tormentosa
la sierra seca prendo fuego     desintegro     carbono humeante
lluvia yo     chorrea de los ojos    la borrasca
sofoca incendios     erosión de piedras    regando el descampado
amigos oigan     algo aletea     cuerpo carcomido
un tábano    electricidad     que pasa por los huesos

 
 
Vine acá al río
solo en la costanera
fluye ese ruido
de su agua en la noche en las sierras
mañana volvemos a casa
el lunes a la escuela
se escurriría su agua si lo abrazara?
acá no hay nadie no
sólo el agua que avanza
y yo que no traje toallón
igual avanzo
este olor
viene despacio
son hierbas de las sierras
capaz es peperina tilo boldo se esparcen
se filtra el agua entre las piedras
un chivito al que se está por carnear una pareja
que se está despidiendo
mi ropa entre la arena
qué fría que está el agua
no temas
firme y sin pensarlo eso ahí va
el frío que acelera mis latidos equilibra
la temperatura de mi cuerpo algas
entre los dedos de los pies se me libera
un respirar profundo al fondo
ahora hundo la cabeza
lavate refregate los ojos
qué frío
nadá para dejar de temblar nadá de a poco
de a poco sonrío
acá qué bien estamos qué sereno
este flotar que empuja y ese brillo
que tiene la mica en la arena
hago la plancha mi torso desnudo
flotando sobre el agua negra
la cara al cielo oscuro
multiplicadas las estrellas en lo alto
quedate que ya es tarde y oscurece

qué misterio esta forma en la que avanzo tiritando

 

 


Autor

Santiago Maqueda

/ San Luis, Argentina, 1986. Autor del poemario inédito Canon. Actualmente reside en Buenos Aires.

enero 2025