Cuando escribí de las mujeres en sus bailes, salvajes, fue una máscara,/
en su montaña, cazando dioses, cantando, en orgías,/
fue una máscara; cuando escribí del dios,/
fragmentado, exiliado de sí, su vida, el amor unido con el canto,/
fui yo misma, partida por la mitad, incapaz de hablar, exiliada de mí.
Siglo XX
¿Dónde estará mi cadalso? Doce poemas de Charles Simic (1938-2023)
¿Dónde estará mi cadalso?
Lo buscaba desde la ventana /
a la que asomaba de niño /
en una ciudad ocupada /
muda como un Cementerio
No quiero que sea difícil
el camino que conduce a mí
¡Que alguien me oiga!/
Estoy llamando desde que nací./
Ni un momento he dejado de agitar/
mi blanco pañuelo de presencia./
¡Que alguien me vea,/
que alguien se detenga a escucharme!/
No quiero nada extraordinario,/
sencillamente quiero incorporarme./
No quiero ser; quiero tan solo formar parte.
Una luz necesaria sobre Carlos de Rokha
En la biografía del poeta visionario se reproduce, de manera inevitable y trágica, el drama del arte poética ante una modernidad ansiosa por progreso material y con deseos de expansión en contraste con cualquier intimidad. Vemos aparecer la rebelde intimidad de la poesía moderna, en su pasmo radical, en el espejo de las crisis mentales de Carlos, que le visitarían reiteradamente desde los 17 años hasta el mismo año de su muerte.
La hipoteca de los muertos
Qué es el Tiempo para que el hombre deba recordarlo:/
La tierra tiene 500 mil millones de años, /
Dejando un margen de error de cien mil millones/
Y la evolución del hombre lleva apenas medio millón de años de conciencia, crepúsculo y terror/
Solo una chispa de eternidad nos separa de la bestia desconocida/
¿y qué tan lejos estamos de la rosa, el helecho, la levadura esencial?
Porque un bicho sabe mejor qué fuerza nos exalta
Nacía un potro bajo las hojas de bronce. Un hombre nos puso bayas amargas en las manos. Un extranjero. Que pasaba. Y entonces llegan rumores de otras provincias como a mí me gusta… « Te saludo, hija mía, bajo el mayor de los árboles del año.»
Hace tiempo nos ven diario las estrellas
Si pudieras tomarle la mano al día/
ahora incluso diciendo Ven, Padre /
llamándole por tu propio nombre/
tal vez de la ceguera podría levantarse/
con todo y nudos y telones/
y abrir los ojos con que nació.
Hojas perdidas
“Vengo a buscar algo que sé que no voy a encontrar”, le respondí a Ana María Gualtieri, directora del Centro de Arte Experimental Vigo, en La Plata, cuando me preguntó por el motivo de mi visita ese invierno de 2017. Le conté que quería investigar sobre el número 25 de la revista Diagonal Cero, editada por el artista y poeta visual Edgardo Antonio Vigo […]. Había leído que ese número inexistente había sido “dedicado a la nada”, y quería saber más al respecto.
Edgar Lee Masters en primera persona
Siempre tuve en mente que escribiría una novela sobre una pequeña comunidad, incluyendo todos los intereses y todas las piezas de una maquinaria que uno encuentra en el ancho mundo o en la metrópolis, pues no encuentras a la naturaleza humana solo en la pequeña comunidad; la encuentras en todas partes.
Ya es tiempo de que la piedra se digne a florecer
El otoño come de mi mano su hoja: somos amigos./
Pelamos el tiempo de las nueces y le enseñamos a partir:/
y el tiempo vuelve hacia la cáscara./
En el espejo es domingo,/
en el sueño alguien duerme,/
la boca dice la verdad.