La idea de que lo que ocurre ahí en el texto poético, en el tejido interior, y por ende en la experiencia de adentrarse en esa zona es siempre presente, revela una postura que llega a la médula del asunto. Si sólo hay presente (si se logra ello) los préstamos, las referencias, las traducciones, las reescrituras que allí acontecen no restan potencialidad alguna; al contrario, son ya una misma cosa, una materia de la experiencia actualizada (pues no hay sensaciones fuera del aquí y ahora).
Siglo XX
Eurídice
H. D. escribe este poema donde le presta voz a Eurídice. A diferencia de la heroína pasiva y perpleja del mito griego, la Eurídice de H. D. tiene una voz rotunda, expresa su rabia y rencor en este monólogo dramático donde ejemplifica la agonía que sufren las mujeres a manos de los hombres y sus decisiones. Eurídice nunca culpa a los dioses por su muerte; parece aceptar el destino como parte del ciclo de vida. Orfeo, sin embargo, alteró el orden natural, casi logró devolverla a la vida, pero tuvo un momento de debilidad y Eurídice lo culpa. Comienza expresando impotencia, confusión e ira; después afirma su independencia internalizando su dolor y fortaleciéndose.
La belleza convulsiva de Erzsébet Báthory. Notas acerca de La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik
Sólo frente al inevitable vínculo entre la muerte y el orgasmo, Pizarnik deja de ser impersonal. Es justamente aquí cuando la “máscara” de la tercera persona cae y el yo, en palabras de la misma Pizarnik, empieza a “vibrar animado” […] “Vibra”, al hablar de un goce tan intenso, con un placer tan agudo y penetrante que nos deforma, y nos muestra, en nuestro mismo cuerpo deformado, la coincidencia entre orgasmo y muerte. Y “vibra” —¿cómo podía no vibrar?— al hablar del mal del siglo XVI, tan antiguo como contemporáneo: la trágica pérdida de la armonía rítmica con el mundo que experimenta un alma melancólica.
Rodolfo Hinostroza escribe un poema sobre el Poder
El crítico mexicano [Rafael Vargas] adopta una postura que apuntala la idea de poder como “sometimiento” y una perspectiva que a priori asume su amoralidad. Hay escuelas en la filosofía política que puntualizan en este sentido conceptual. Lo que se queda guardado en el comentario es la pregunta sobre la “caída del poeta”. ¿Por qué cae? Acaso por la idea, la expresión o ambas.
El Rimbaud de Jorge Esquinca
Lo que distingue de manera inmediata a la obra es que es un libro para iniciados y profanos. Lo segundo porque entramos poco a poco en el enigma Rimbaud; lo primero porque Jorge Esquinca ha logrado una escritura donde el hallazgo es hermano de la iluminación. En otras palabras, el autor se explica y nos explica las vidas y los caminos de Rimbaud.
Once invocaciones al Señor
¿Quién soy yo insignificante que Tú te esfuerzas tanto/
por apropiarte de mi dolor?/
No entiendo, pero creo./
Los narcisos responden a la brisa con ingenio./
Iníciame en mis secretos. Endurece este corazón/
para soportar sus horrorosos gritos…
La materia revelada: Yves Bonnefoy y Paul Celan, poetas de la reconstrucción
La poesía deviene así reconstrucción de la memoria, una memoria intangible excepto en los lenguajes humanos. El recuerdo es, ante todo, la facultad de recrear. No es gratuito, entonces, que en Bonnefoy y Celan exista un esfuerzo por revelar usos de la palabra que hagan consciente la dimensión proteica de la poesía. No se trata únicamente de fundar mundos poéticos, sino de sostenerlos desde lo humano.
Los instantes de la escucha
mi mamá hizo pan/
y aquí anda el abuelo/
y todos están borrachos/
y bailando en la cocina/
y cantando en la cocina/
ay, estos son buenos tiempos/
buenos tiempos/
buenos tiempos
Elogio de la quietud
La poesía de Antonio Deltoro (Ciudad de México, 1947-2023) es extrema y posee el aura de la cual hablo. Justo ahora que los días son cada vez más veloces, que vivimos 24/7, que el tiempo es lo más preciado y que se considera al tiempo muerto como una verdadera pérdida, la poesía de Deltoro nos muestra el valor de permanecer quietos, de ser testigos y cómplices de la esencia de las cosas. Su obra se mueve por un tiempo distinto al de nosotros; su anacronismo es del siglo XX, como él mismo lo ha dicho.
Interrupción y continuidad del silencio. Apuntes sobre la vida y la poesía de Charles Simic
Leer es interrumpir al silencio. Lo ideal es hacerlo por placer, pero lo hacemos también por desesperación. Se lee poesía por elección. Como una forma de escuchar a otrxs. Como quien enciende una radio prohibida en la oscuridad de un silencio impuesto y se siente libre al mover el dial en busca de señales. Sí. El poema nos permite sintonizar una estación capaz de informarnos sobre una realidad extraoficial. El poema es un espía de vuelta.