junio 2023 / Inéditos

Los acertijos del incendio

 

Consideraciones sobre la destrucción de Roma I

no culpo al gallo de fuego chino por nuestro incendio
no veo augurios en las mellas del anillo
ni busco respuestas en los cachitos de uña que escupimos en los ceniceros
me rehúso a leer un vaticinio en ese sueño donde los gatos franqueaban laberintos y escaleras
a ser de aquellos que esperan que doce cornejas caigan muertas antes de firmar la hipoteca

todo lo humano también es divino sólo porque es humano
y existe un efecto trascendente en el acto de no cruzar ciertos litorales

para que la vida no le haga golpe de estado a las palabras
o para que un verso no le haga golpe de estado al sexo
hemos de conformarnos con contemplar la iglesia en llamas desde las escaleras
no porque seamos ateos no porque no tengamos miedo
sino porque es suficiente dejar el sexo en el sexo
el horóscopo en la billetera
y en el poema los acertijos del incendio

 

Consideraciones sobre el teatro alemán

hoy también cenaste sopa de calabaza de pie
junto a la ventana y te has duchado para
recibir a la mujer que conociste ayer en la
panadería donde comprás el diario que les
en las mañanas despacio a la mesa sentado
tomás el café con leche comés el pan con
queso sos el gesto de un tiempo otro un bichito
raro en una caja blanca de paredes altas typisch
altbau sos la viva imagen de Europa con tu
afiche de Rothko que odio y que olvido decirte
que odio pero que a la flaca que te visita parece
no importarle pues ni lo mira ni te mira a vos sino
que se arregla su pelo su delicado bob entre las tazas
entre el vino servido en tazas entra Brecht a la
conversación y las piernas en el lavaplatos de las
lenguas y quién decime quién pudiese hacer el amor
de un solo tiro sin pausas sin titubeos vos y la viva
imagen de Europa sos un bichito raro cuando se va
la flaca y te quedás con la mano en la entrepierna con
la tele prendida antes de cerrarme la persiana decime
dónde está tu cama si dormís acurrucado o cuántas
veces apagás la alarma me quedo con las preguntas
rodeada de colillas afuera del sueño a orillas de
Europa te prometo que la próxima vez que te
encuentre voy a gritar: «Facundo Facundo dejá
las luces encendidas esta noche» aunque no
respondas a mi llamado aunque ese no sea
tu nombre

 

A los treinta años: una conversación entre Xi Chuan y Ana Cristina Cesar

nadie dijo a mi llegada
que era posible hacerse en la boca
una noche acolchada y ciega
o que una boca como un vientre
y un vientre hambriento
no caben en el mismo cuerpo

 

Augur habla frente a una tumba: traducción al español de un discurso en lenguas

existe en el dedo anular de la mano
opuesta a la mano que se levantó en
llamas el anillo de plata que te di la noche
anterior existe el hilo de algodón blanco
amarrado alrededor del dedo anular
inflamado de esa mano opuesta a la
mano que juró al policía no haber desatado
el incendio existe en la mano opuesta a
la mano que apagó el fuego con las sábanas
el cúmulo de burbujas de jabón de platos
lubricando el apretado anillo de plata falsa
existe tu mirada sobre mis manos al remover
el anillo del dedo anular inflamado de tu
mano opuesta a la mano que en la ambulancia
marcó mi número existe en este poema
un complejo código de significado entre
mi anillo y tu dedo mis manos el fuego y esa
tuya mía súplica no existe afuera de esta página

 

Una carta para Valentina Tereshkova

querida Valentina: descalza sobre la espalda
de un camello he llegado hasta el desierto el cielo
de esta ciudad es rojo y yo no tengo otra guía
que mi dolor y mi miedo diría que es una la luz
la de esos hombres pero es más bien el gesto
de hundir en el agua un dedo y en tanto a veces
atino a mirar susceptible a los costados a llamar
historia a aquellos círculos concéntricos y en
tanto a veces alcanzo a sentir los latidos de
mis manos a ojear la postal del recuerdo también
por eso para imitar el sueño te escribo para contar
las estrellas en mi rostro también por eso me doy
la vuelta una confesión no hay duda un orar
es esta errancia ese apetito a poner testigos en
la casa tan insomne tan quieta abandonada pienso
en ti de pie o de cabeza al mapa durmiendo en
un sudor profundo sin silencio sin palabras
entonces me despierto y me levanto como si
para llorar o para vestirme y veo que cayendo
brioso alrededor del globo apresurado al sitito
donde regresan los incendios al punto donde
el final cabalga a su comienzo tu cometa la
ancha sonrisa de otro desierto se lanza hacia
mí como un futuro viene a cantarme una
canción que yo misma he compuesto así
mi misma así es como me mira mi soledad

 

Un plano de una ciudad construida sobre Bogotá

cuando nos fuimos
de casa
no sabíamos
de qué casa era
que nos íbamos
cuando decíamos
que de casa nos íbamos
no sabíamos
que era de casa
de donde
nos íbamos
el día que
nos fuimos
de qué casa fue acaso
que nos fuimos
sabíamos acaso
qué era casa
qué casa
de casa nos fuimos solo para irnos
para que nadie nos obligara
a comer sentadas a la mesa
a cruzar bien las piernas
para nunca más decirle a mamá
que estábamos en el cine
mientras nos besábamos
bajo las escaleras
de la casa
nos fuimos
sin saber que nos íbamos
de casa
sin saber de qué casa
sin saber que era de casa
que nos íbamos
el día que nos fuimos
hoy es de casa que en
las estrías de nuestros muslos
vemos el rostro
hambriento de nuestra biografía
que como cualquier historia
es esta piel que nos contiene
como el gesto de la palabra
contiene su objeto
una frágil cicatriz que se quiebra
si la voz tiembla
si el fantasma de una caricia
no mide su fuerza
para regresar a casa
escribimos:
escribimos
buscando regresar a casa
a qué casa
qué casa es cuando escribimos
sentadas a la mesa mientras
en casa mamá nos hace
las trenzas
en casa
las palomas han hecho nido
entre las tejas escribimos
para expropiarlas
esconderles los huevos
volver a tender las camas
con las mismas sábanas
de esa casa desde donde
escribimos:
desde qué casa esa casa
qué casa en esta boca
qué palabra
qué ruina sin historia
qué testamento
sino el huevo
de la paloma

 

Un plano de una ciudad construida sobre Mumbai

míralos allá hermano
tan cerca al sol y sin perder las alas
picoteando el cielo de carburo empañado
cientos de cuervos dibujan aureolas en el cenit
tienden la ruina de los jardines
escúchalos hermano
algo dicen esos ideogramas
sobre el acto de darle a un hijo un nombre
de erguir catedrales en lugares equivocados
escúchalos allá
por entre las rejas sin trueno
volando alrededor de un ojo invisible
esa torva son cientos de cuervos mudos

 

Una adaptación de El llanto de la excavadora, Pasolini (1956)

maravillosa y mísera ciudad
qué me has hecho
poniendo ojos en mi noche aún infante
desnudando lagos en mis cementerios
arrebatándome el juego
de esconderme entre los hombres


que me has hecho crecer navajas
que me has regalado la perversión
de acorralar a la palabra
de seducir a los muertos

por qué te burlas entonces
si te pregunto por la Historia
si regreso a hurgar bajo tu lengua
a reclamar que me enseñes ese rostro

maravillosa y mísera ciudad
a ti te nombro

 


Autor

Ramona de Jesús

/ Medellín, Colombia, 1990. Poeta y traductora. Creció entre Bogotá y Bombay. Desde 2010 vive en Alemania. Se recibió como magíster en Literatura Comparada por la Universidad Libre de Berlín y en Escritura Creativa por la Universidad Nacional de Tres de Febrero en Buenos Aires. Ha recibido las becas de escritura otorgadas por el Gobierno de Berlín y por la Fundación Jan Michalski en Suiza. Su libro Dos metros cuadrados de piel obtuvo en Colombia el Premio Nacional de Poesía para Obra Inédita.

junio 2023