febrero 2023 / Traducciones

Una casa más hermosa que la prosa.
Breve antología de Emily Dickinson

 
Traducción de Antonio Rivero Taravillo

 

[14]

Una Hermana en nuestra casa tengo,
y otra por un seto separada.
Aunque solo está inscrita una,
me pertenecen ambas.

Una siguió el camino que seguí – y llevó
mi vestido de años anteriores –
la otra, como un pájaro el nido
construyó en nuestros corazones.

No cantaba como nosotros,
otra melodía tuvo–
a sí misma se hacía música
como el Abejorro en junio.

El Hoy queda lejano de la Infancia –
pero colinas arriba y abajo –
para acortar las millas
apreté fuerte su mano –

Y aún su tarareo
pasado tanto tiempo
a la Mariposa hace dolo;
todavía en sus ojos
yacen las violetas
por tantos mayos descompuestas.

Yo derramé el rocío –
pero me llevé la mañana –
elegí esta estrella diferente
de entre los números de la vasta noche –
Sue – ¡para siempre!

 

[35]

Nadie conoce esta pequeña Rosa –
pudo haber sido un peregrino
si para dártela a ti no la hubiese
cogido del camino.
Solo la echará en falta una Abeja –
una Mariposa solamente,
que rauda va tras largo viaje –
para yacer en su vientre –
solo preguntará un Pájaro –
solo una Brisa suspirará –
ah Pequeña Rosa – ¡qué fácil
para ti es expirar!

 

[50]

Aún no se lo he dicho a mi jardín –
para que eso no me venza.
No tengo ahora fuerzas suficientes
para contárselo a la Abeja –

No lo mencionaré en la calle,
pues me mirarían las tiendas –
que alguien tan tímida – tan ignorante
a morir se atreva.

Las laderas no deben saberlo –
por las que tanto paseé –
ni le diré a los bosques tan gratos
el día en que me iré –

ni lo balbucearé en la mesa
ni distraídamente al caminar
daré a entender que en el Enigma
alguien hoy se internará.

 

[54]

Si yo muriera,
y vivieras tú –
y el tiempo siguiera borboteando –
y luciera la mañana –
y el mediodía ardiera –
como siempre ha hecho –
si los Pájaros anidaran tan temprano
y las Abejas siguieran tan ajetreadas –
¡una se podría marchar cuando le plazca
de la empresa de abajo!
Es dulce saber que las acciones aguantarán
cuando yazgamos con las Margaritas ya –
que continuará el Comercio –
y los Negocios con igual actividad –
Hace tranquila la partida
y el alma serena –
¡que caballeros tan briosos
dirijan la agradable escena!

 

[120]

Si esto es “apagarse”
¡oh, dejad que de inmediato me “apague”!
Si esto es “morir”
¡enterradme en un sudario rojo!
Si esto es “dormir”,
en una noche así
¡con cuánto orgullo cerrar los ojos!
¡Buenas noches, gentiles Camaradas!
¡Cree el Pavo Real que es su óbito!

 

[130]

Son los días en que las Aves vuelven –
solo unas pocas – un Pájaro o dos –
para volver la mirada atrás.

Son los días en que los cielos reabren
los viejos – viejos sofismas estivales –
un error azul y oro.

Oh, impostura que no puedes engañar a la Abeja –
induce casi a que crea
tu plausibilidad.

Hasta que hileras de semillas dan testimonio
y suavemente en un aire alterado
una tímida hoja va rápido.

Oh Sacramento de los días de verano,
oh Última Comunión en la Neblina –
dejad que se una una niña.

¡A compartir tus sagrados emblemas –
a tomar tu consagrado pan
y tu vino inmortal!

 

[137]

Las Flores – Bien – Si alguien consigue
definir el éxtasis con el cual las flores –
mitad trance – mitad pena –
humillan a los hombres:
si alguien da con la fuente
que mana contracorriente –
yo le daré las Margaritas todas
que en la ladera crecen.

Demasiado patetismo en sus rostros
para un pecho sencillo como el mío –
cruzando en redor de la purpúrea línea
las Mariposas de Santo Domingo –
poseen un sistema estético
muy superior al mío.

 

[162]

Mi Río corre a ti – ¡Mar Azul!
¿Me darás la bienvenida tú?
Mi Río aguarda respuesta –
Mar – míralo con benevolencia –
Te llevaré Arroyos
de rincones remotos –
¡Di – Mar – que Me recibes tú!

 

[254]

La “Esperanza” es eso con plumas –
que se posa en el alma –
y canta la melodía sin la letra –
y nunca jamás – se para –

Y la más dulce – en el Vendaval – se oye –
y la tempestad ha de ser feroz –
que pueda abatir al Pajarillo –
que a tantos dio calor.

La he oído en la tierra más gélida –
y en la costa más lejana –
aunque, nunca, ni en el mayor Apuro,
me pidió – una migaja.

 

[258]

Hay cierto Sesgo de luz,
en la tarde invernal –
que oprime, como el Peso
de Melodías de Catedral –

herido por el Cielo, nos da –
no hallamos ninguna cicatriz,
sino diferencia interna, donde
los Significados, son así –

Es el Sello de la Desesperación –
ninguno puede enseñarlo – nadie –
una aflicción imperial
enviada desde el Aire –

Cuando llega, el Paisaje escucha – las Sombras
– la respiración contienen–
cuando se va, es como la Distancia
en la mirada de la Muerte –

 

[280]

Sentí un Funeral, en mi Cerebro,
y de aquí para allá los Dolientes
pisaban – y pisaban – hasta parecer
que el Sentido se hacía presente–

y cuando estuvieron todos sentados,
un Servicio religioso, como un Tambor –
redobló – redobló – hasta que creí
que el Pensamiento se me entumeció –

y entonces los oí levantar una Caja
y crujir hasta mi Alma atravesar
con esas mismas Botas de Plomo, otra vez,
el Espacio – comenzó a doblar,

como si los Cielos todos fueran una Campana,
y el Ser solo un Oído,
y yo, en Silencio, alguna Raza extraña
náufraga, solitaria, aquí mismo–

y luego una Tabla de la Razón
se rompió, y yo caí, caí –
y al hundirme iba golpeando Mundos,
y Terminé sabiendo – al fin –

 

[288]

¡Yo soy Nadie! ¿Quién eres tú?
¿Eres – También – tú Nadie?
¿Entonces Somos dos?
¡No lo digas! ¡Lo pregonarían – ya sabes!

¡Menudo tostón – ser – Alguien!
Qué cosa tan pública – como una Rana –
¡Decir el nombre de una – junio entero –
a una admiradora charca!

 

[326]

No sé bailar de Puntillas –
Nadie me ha enseñado –
Pero a menudo, en mi mente,
un regocijo se abre paso:

tener conocimientos de Ballet –
con Piruetas lo manifestaría
que harían palidecer a un Elenco
y rabiar a la primera bailarina.

Y aunque no tuviese un Vestido de Seda,
ni un Tirabuzón, en el Cabello,
ni saltara ante el Público – como los Pájaros,
una Garra por el Cielo,

ni agitara mi figura cual Pelotas de Plumas,
ni sobre ruedas de nieve me deje ir
hasta desaparecer de la vista, en el sonido,
la Sala me pide un bis –

y aunque nadie conozca que conozco el Arte
que menciono – Aquí – qué fácil cosa –
y ningún Cartel me enorgullezca –
está tan lleno como la Ópera –

 

[419]

Nos acostumbramos a lo Oscuro –
cuando la Luz se apaga –
como al alzar la Lámpara la Vecina
para ver su Marcha –

un Momento – pisamos inseguras –
porque la noche es nueva –
luego – ajustamos la Visión a lo Oscuro –
siguiendo el camino – erectas –

así sucede – con la Oscuridad mayor –
los anocheceres – del Cerebro –
cuando ninguna Luna emite un signo –
o Estrella – sale – dentro –

los más Valientes – andan a tientas
con un Árbol se dan alguna vez
en plena Frente – pero
conforme aprenden a ver –

la Oscuridad se altera –
o algo en la vista
se ajusta a la Medianoche – y camina –
casi recta la Vida.

 

[431]

¡Llegar – yo! ¡Mi deslumbrado rostro
en un lugar tan luminoso!
¡Oír – yo! ¡Mi oído extranjero
los sonidos – allí – de Recibimiento!

Olvidan los santos
nuestros pies avergonzados –

Mi Festividad tiene
que ser que Ellos – me recuerden
mi Paraíso – el renombre
de que pronuncien Ellos – mi nombre.

 

[441]

Esta es mi carta al Mundo
que a mí no me escribió Jamás –
sencillas Nuevas que contó Naturaleza –
con delicada Majestad.

Su Mensaje se encomienda a manos
que no logro avistar.
Por Amor a ella, dulces paisanos
Me juzgan con bondad

 

[458]

Como ojos que contemplaron Páramos –
Incrédulos de sus Imposiciones
pero Vacíos – y constantes Yermos –
diversificados por la Noche –

solo Infinitos de Nada –
tan lejos como podía distinguir
así miraba el rostro al que yo miré
así me miraba él – a Mí –

No le ofrecí Auxilio –
porque la Causa era mía –
el suplicio de una Estipulación
tan desesperada – como divina –

ninguna sería Reina
sin la Otra, y por lo mismo
ninguna sería absuelta –
Aunque reinemos – morimos –

 

[466]

Habito en la Posibilidad –
una Casa más hermosa que la Prosa –
más abundante en Ventanas –
en Puertas – más copiosa –

 

[581]

Hallé palabras para cada idea
que tuve – con una salvedad –
y esa una – me desafía –
cual mano que intentara el Sol pintar

Para las Razas – nutridas en lo Oscuro
¿la tuya cómo – empezaría?
¿Mostrarse puede en la Cochinilla la Llama –
o en el Añil – el Mediodía?

 

[631]

Nos casamos un verano – querida –
tu Visión – fue en junio –
y cuando tu breve vida se frustró,
me cansé – de la mía – al punto.

Y sorprendida en las Sombras –
donde me fuiste a dejar –
por alguien que portaba una Luz –
también – recibí – la Señal.

Es cierto – Nuestros Futuros divergieron
orientada al sol – tu Morada ––
Los Océanos y el Norte han de estar –
a cada lado de mi casa

Es cierto, Tu Jardín floreció primero,
pues el mío – se sembró – en la Helada –
Pese a todo, un Verano, fuimos Reinas –
pero tú – en junio fuiste coronada –

 

[632]

El Cerebro – es más amplio que el Cielo –
pues – el uno el otro contendrá –
fácilmente – pon uno al lado del otro –
– y a Ti – además –

El Cerebro es más profundo que el Océano
pues – sostenlos – Azul contra Azul juntos–
el uno al otro absorberá
como hacen las esponjas – con los cubos –

El Cerebro tiene el peso de Dios –
pues – sopésalos – Libra con Libra
diferirán – si es que lo hacen –
como el Sonido de la Sílaba –

 

[707]

La Gracia que – Yo misma – podría no obtener –
Conferidla a mi flor –
Refractada no más que un Semblante –
Pues – la habito Yo –

 

[712]

Pues no pude parar para la Muerte –
Ella para mí accedió a parar –
la carroza solo nos llevaba a nosotras –
y a la Inmortalidad.

Fuimos despacio – no tenía ella prisa
y yo había apartado
mis labores y placeres por la Cortesía
que me había mostrado –

pasamos por la Escuela, donde los Niños
bregaban en el Recreo – junto a la Fuente –
dejamos atrás Campos de Grano Avizor –
dejamos atrás el Sol poniente –

o más bien – Él Nos dejó atrás. –
Tembloroso y helado el rocío caía–
pues solo de Gasa era mi Vestido –
solo de Tul era – mi Esclavina –

Nos detuvimos ante una Casa que semejaba
una Protuberancia del Terreno –
apenas se veía el Tejado –
la Cornisa – en el Suelo. –

Han transcurrido – siglos – y no obstante
parece todo más corto que aquel Día
en que entendí que las Cabezas de los Caballos
a la Eternidad se dirigían –

 

[864]

El Petirrojo por la Miga
no devuelve ni una sílaba.
Pero inscribe el nombre de la Dama
en Crónica de Plata.

 

[988]

La Definición de la Belleza es –
que no hay Definición alguna –
el Análisis del Cielo es más fácil,
Pues Ella y el Cielo son Una.

 

[1090]

Tengo miedo de poseer un Cuerpo –
Miedo tengo de poseer un Alma –
profunda – precaria – Propiedad –
posesión, obligada –

Doble Hacienda – vinculada a placer
a una desprevenida Heredera –
Duque en un instante de Inmortalidad
y Dios, como Frontera.

 

[1381]

Supongo que llegará un día
ayudad a que llegue
en que atestará el Pájaro el Árbol
y la Abeja prospere –

Supongo que llegará un día
un poco demoradlo
en que el Maíz se vista de Seda
y de chintz el manzano

Creo que vendrá el Momento
en que reirá el Arrendajo
en su nueva Casa blanca la Tierra
también se detendrá un rato –

 

[1484]

Hallaremos el Cubo del Arco Iris,
nadie lo dude.
Pero el Arco de la conjetura de un Amante
el descubrimiento elude.

 

[1530]

Una Punzada es más conspicua en Primavera
en contraste con las criaturas que su canto elevan
no todas aves – sino Mentes –
y Vientos – resplandores menudos
cuando aquello que cantaron ha muerto
a quién le importa el son de un Azulejo –
Ay, la Resurrección tuvo
que esperar hasta que una lápida movieron –

 

[1687]

El brillo de un Acto heroico
qué extraña iluminación
la lenta mecha de lo Posible se enciende
por la Imaginación.

 

[1755]

Para una pradera se necesita
un trébol y una abeja,
un trébol, y una abeja,
y ensoñación.
Sirve sola la ensoñación
si hay pocas abejas.

 

[1775]

La tierra tiene muchas teclas.
Donde la melodía no existe
es en la península ignota. La Belleza
en la Naturaleza vive.

Pero testigo de su suelo,
y de su mar testigo,
su mayor elegía
es para mí el grillo.

 


Autor

Emily Dickinson

/ Amherst, Massachusetts, Estados Unidos, 1830-1886. Su obra constituye una de las cumbres de la poesía en lengua inglesa. Estudió en la Academia de Amherst y en el seminario femenino de Mount Holyoke antes de volver a la casa familiar, donde pasó buena parte de su vida —al grado de que apenas salió de su habitación en los años finales—. En vida publicó contados poemas en un periódico local, pero a su muerte se encontraron casi 1,800 poemas suyos.

febrero 2023