octubre 2024 / Inéditos

Imágenes que no van a fuego

 
Viaje

Existe, dicen,
un tren que va a Tozeur,
un tren como un relámpago
caído en una espiga,
lleno de aromas,
de sabores pasados,
de pasos olvidados
a lo largo del sendero de violetas.
Existe otro tren
y yo monto sola,
empujada de la mano de un pájaro
en la transparencia azul
del cielo.
Existe un viaje en el misterio,
donde cada paso se paga
con las heridas,
pegadas a la mente.
Existe un viaje de horas lentas
empleadas en lecturas y contemplaciones.
Existe un viaje del cuerpo,
a través de las emociones
de ojos profundos
y de alientos impulsivos.
Viajamos, viajamos de vivos
en los crepúsculos rojos
escondidos en nuestras venas.
A veces viajamos
con las manos llenas
de semillas de raíces
que crecen hacia arriba;
a veces tenemos que doblar las rodillas
contra el asfalto
para rezar por una necesidad,
que más que un sueño,
es una exigencia,
que explota en nuestro mundo.

 
 
Caída libre

Dado el cielo de las caídas,
yo quiero caer,
lluvia sobre tu cara,
levantada de las pestañas
de un grupo de sueños,
danzantes con ritmo
sobre tus ojos
de pocos lugares comunes
y de risas de antojos.

 
 
Ni siquiera una cama de paja

Un suspiro que duele
es un respiro en aprensión,
es dolor en el costado
de una tierra chupada,
sin carne,
sin pupila
en un presente pobre, 
sin nitidez.
Ni siquiera una cama de paja
entre nosotros,
sólo bancos de nubes
de una frase, de una palabra
que corre
por una tangencial sin fondo,
persiguiendo un sueño sin ruta.
Las historias de vida
son imágenes que no van a fuego,
que pierden la verdadera voz,
son resacas de sentimientos
que en solitaria me llenan de mal humor,
que no me tocan
cuando en verdad quisieran.
Me doy cuenta de que suspiro y duele,
en la palabra veo el alma
en la voz veo el hombre,
pero todo está deshabitado 
porque entre tú y yo
ni siquiera una cama de paja.

 
 
Sin quejas

¿Cómo puedes quejarte de la vejez?
Te ha permitido de nutrir
al menos seis perros,
cuatro gatos
y numerosas plantas.
Te ha permitido alimentar
una cuna de peces
con fuego solar en las escamas
y te permite dormir poco
para contemplar los sueños de la luna.
¿Cómo puedes quejarte de la vejez?
Te da tiempo
para contemplar los retratos de nubes,
mientras esperas sentada
en el umbral del horno
de tostar el mundo,
para acoger con pan caliente
y bizcochos
de quien se acuerda todavía de que existes.

 

 


Autor

Yuleisy Cruz Lezcano

/ Santa Clara, Cuba, 1973. Escritora y traductora. Estudió en la Universidad de Bolonia y se licenció en Ciencias Enfermerísticas y Obstetricia y en Ciencias Biológicas. Trabaja en la salud pública. Autora de numerosos libros, obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Concurso Literario Ossi di Seppia en su edición número 29 y colabora con distintas revistas literarias de España y de América Latina. Su obra más reciente es Di un’altra voce sarà la paura (2024). Su poesía italiana ha sido traducida al francés, español, portugués, inglés y albanés. Actualmente vive en Marzabotto, Bolonia, Italia.

octubre 2024