Stonehenge
en el cimiento de la mente
ella dijo, Hasta las piedras saben esa historia:
que no quedará piedra sobre piedra
sin embargo, ahí en el cimiento de la mente
está Stonehenge
sus megalitos coronados de más piedra arenisca
siendo, desde sus muertos, para sus muertos
una tumba anillada
obediente en sus erecciones
a un cielo allí
detenido aquí
constante de sí mismo
limpiándose del día a la noche
sobre los bloques de piedra erguida, amanecido:
los azules y verdes
en las aguas
los azules y verdes
espesándose
los vientos, su bocana fría
temblando entreabiertas
las bocas de los capullos
a oscuras sus bocas
después totalmente abiertas
floraciones, desfloraciones nocturnas, frutos
perfumes que la mañana encontrará
también el ruido, golpes sin descanso
visiones de pieles bajo el sol:
aquellos cuerpos recortando la piedra
su origen,
todo lo que sabemos de esas piedras
es por el hombre que las trajo
un misterio el cómo todavía
conjeturas
rocas golpeando roca
bajo un cielo limpio (en lo que supongo
llamaron o conocieron por día)
los indicios, de dónde, hacia qué orilla, peña
de estos años
son por esos hombres,
los mensajes en sus tumbas
noticias, alguien llama desde el estroncio de los huesos
dice qué frutos, animales, distancias
consumieron
la misma región que les dio las plantas, el alimento
les dio las piedras
gigantes
de pie, con los pies enterrados y el resto del cuerpo
incólume
atravesados por estaciones, migraciones desde el hielo
deslaves
palabras
que crecieron en ella
palabras le crecen al mundo, nos crecen piedras en el poema
pliegos
estamos en la excavación por la nostalgia
en la ausencia del sentido
en las preguntas con respuesta
en la usura de lo sagrado
en las pantallas de plasma
ultradelgadas
plasmados
paisajes de un primer mundo
en Windows XP
gigantes reducidos a palabras: «el papel tapiz a escoger»
| una fotografía .png de un paisaje en la llanura de Salisbury (Inglaterra) con piedras
colosales y acomodadas en círculo con dinteles encima y figuras rectángulos |
el lenguaje, nuestra aportación, reciente de codo
a otras sofisticaciones: cobertura de espinas, olfato
bajo el agua, inmunidad al cáncer
estamos en el tacto del mundo mediante palabras
somos / vivimos hechos de palabras
sexo.vida.sentimientos.naturaleza.magia
palabras atrás, palabras adelante de palabras
encima,
dinteles encima
de bloques
dólmenes clavados en la tierra
proyectos a futuro
y amigos de la infancia
la respiración que soy ahora
y la que eres tú, debajo, de esa piel
silencio en el complejo jeroglífico Rongorongo
¡silencio!
: el yo animal bajo el yo femenino se desprende
desde Lascaux, en la sala de los toros, el tiempo infinito
: los bóvidos marchan por siempre con cuernos y colas de
manganeso y arcilla
y estamos esperando para nacer, desparramar la entraña
de las cuevas, mirar el mundo, sus piedras
uno se sentaba aquí, al pie de la cuesta
a comer en el fresco entre raíces y piedras
se cree que encima de esas rocas
observaban el cielo
que había una cámara astral, asientos pétreos
los fenómenos celestes más extraordinarios
que no vimos, que no veremos, sucedieron ahí,
sobre ellas, Stonehenge, el rostro cíclope
eternamente despierto
en la noche de los tiempos,
mudanzas en su pernoctado piélago:
azules despanzurrados al crepúsculo, alas
y concorvadas eclosiones
trayectos fugaces, dibujos de tiza, un rayón
en el lienzo marino del firmamento
rocas en lluvia y cicatrices
oquedades donde el sol se vacía
ilusiones visuales: plantas que tapizan piedras
astros arriba, porfiando, ruborizando la tierra
su vida, el brote constante de especies
y luego extinciones masivas
y luego otra vez la vida como un cruel relevo
así es Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca es
nuestra naturaleza, tenemos
el corazón de piedra y estamos
envueltos en piel suave, naturalmente
como uñas le crecen piedras al mundo
piedras sobre una capa de piedras fundidas
el mundo está flotando encima de roca derretida
y nosotros pasando una cerveza por la boca, golpes
en muchachas, tocándonos, desde abajo
su furia en volcanes, ciudades caídas, escombros
con cabellera y también su creación de montañas
hogar de cornamentas, pelajes gruesos, agua dulce, nieve tibia, colores:
rojos los venados, azules los carneros, colas blancas en el ciervo
escapista desde el pleistoceno
el íbice marrón, en la cima, lamiendo sal de una piedra
humanos comiendo frutos al pie de la cuesta
y la lengua morada, azul y castaño
y las manos levantadas en un sábado de gloria
y el padre insiste Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado
en la piedra más alta
miramos al futuro
lo queremos todo
a esto es lo que llamaron caminar A hombros de gigantes
lo dijo Newton apoyado en Juan de Salisbury (quien a su vez…)
y a su vez lo decimos nosotros:
en el cimiento de la mente
ahí
en el cimiento de la mente
está Stonehenge
sus muertos conjurando el futuro
nosotros
: son éstas nuestras palabras, son éstas nuestras armas
éstas son
tus piedras
[Créditos de las cursivas
Hasta las piedras saben… Ulalume González de León
Matamos lo que amamos… Rosario Castellanos
Levantemos el corazón… Plegaria eucarística iii. Misal Romano
A hombros de… Bernardo de Chartres]
* Poema perteneciente a Sobre estas piedras levantaré mi vida, de próxima aparición en la editorial Reverberante.
