abril 2023 / Inéditos

por eso cuerpo, nido de dolores, aceleremos

 
abre los ojos bien, fíjate bien
una idea, cualquier idea
oscuridad, materia y sentimiento,
ensancha la noche, somete la luz
ensancha la noche y se arrastra…
leo con atención, investigo las fisuras
pozo etéreo, somete la luz
mismo sentido, mismas grietas
otra vez: someto la luz
las mismas paredes, necesito la cuerda
construir la estructura y anidar la tierra
amontonar las piedras y arar el camino
abrir, con mis puños, las ventanas, erigir galerías
de nuevo, las paredes, mis manos, las botas: desciendo
las bocas de aire, mis memorias
tejer las púas, otra vez, en mi mente
el pozo, que muerde el albor
la razón, que esclarece y devora, desciendo
nuevamente someto la luz
mi collar me lastima, saboreo la tierra
las lámparas chillan, muerden preguntas
y ahora se acumula el fango y todos devorándose? (a arar)
desaparece el tiempo, de nuevo: pasaje que se comprime
mis ojos conmemoran el sol negro pero todo cambia y muta
                         muta y huye el sentido de las piedras
los mapas se extrañan, caen jadeantes
ninguna salida, solo un devenir sin estrellas
aunque ahora recuerdo el punto anterior a las preguntas
posterior a la angustia
nuevamente
el cuerpo: instrumento, someto la luz
miasmas de accesos, la zanja (te pregunto)
todo lo que esconde el mar y no dice el reflejo
y sin embargo un sombrero de pedradas no espanta el apetito
ni las mezquinas ambiciones, las tristes ilusiones…
la gruta me abraza, desciendo
sigo resuelto, desciendo, someto la luz
el demonio sonríe, el corrido revienta
reclaman conventos, su lenguaje es la histeria
ya se muerden los brazos, ya se miden las vergas
por eso cuerpo, nido de dolores, aceleremos aceleremos
que el tiempo y sus astillas ya no dialoguen con el principio
no luz ni estrellas: entrañas enfundadas en máscara
mi mirada en tres espejos: pozo de pozos
no una corana, un alambre
                                 [desciendo
la fama desquicia, el placer envilece
corrompe el deseo, corrompe el dinero, te digo
las paredes debaten, y ellos huyen, se elevan
segando las sombras en el mismo sentido
desciendo
otra semana y otro mes, nuevamente
acomodo la corona, recuerdo el tamiz, desciendo
si todo lo indecible habita el silencio
si siempre diáfano y dudoso es el recuerdo
entonces para qué aludir espejismos
nuevamente
solo por sentir la mirada de los buitres? (estalla mi risa)
una moneda no es un acto: entidades, someto la luz
caos nacido de sí mismo: someto la luz, abrazo las cadenas
aunque ahora la fuerza se cuele en tus músculos
aunque anatemas vacíos alimenten el dilema
aunque estructuren tus sombras mis preguntas
y lo digo porque los tuyos son silencios
demoledores como noticias (excesos)
¡ay, tiniebla! ¿y ahora las sombras se rebelan?
pero ¡en qué habíamos quedado!
nuevamente
se arremolinan, revolotean, es como un bienestar vacío
hablan de la nihilidad de la materia
en vez de este trueno permanente, inquiero
casi isla, el artista
y luego se inmola?: crisis
mismos muros, mismos objetos
maldita luz que culebrea en neón
maldito espejo, ofendes el hechizo
someto la luz
estructura y medita, el ciego andar: plenitud de infamias
ya solo escucho mi eco huir entre las montañas
el camino, la escalera y mis botas: someto la luz
pero no es el miedo sino el tiempo
no son miradas sino lamidas de diablo
no es túnel sino pozo, someto la luz
nuevamente
¡aunque ahora tú dices que mi mente, cementerio de sistemas, no combate recuerdos!
no y sí, sí y no
porque hasta los tengo comiendo de mi mano, a los piches
aunque ahora el personaje esté sosteniendo una pala
y avance resuelto, heroico
pero ni modo: de tanto predicar también se quedó sin brazos
por hocicón volvió a perder la jugada
por mirar al cielo volvió a tropezar
por solemne ya no recuerda el idioma de la luna
por eso habla, palabra canalla, que es tú momento
nuevamente
la cárcel es horror pero la guerra es la nada
si la vida es pregunta, el pozo respuesta
estéril canto, la noche, si solo corren por las paredes
y tu sombra, que enluta la piedra
nuevamente
soy tan grave que cavo y cavo y cavo
nuevamente
devorado por el tedio pero paralizado por la fatiga
incierto, carente, dispuesto: el cuerpo
advertido por todas las aves, esperando el momento
y una extraña danza de metales sin escrúpulos
avanzo, desciendo, me arrastro
miasmas de cristales, someto la luz
de nuevo y otra vez
nuevamente
y otra vez
hasta que Dios borre todas las ciudades con un beso

 


Autor

Jorge Cano Febles

/ Chetumal, Quintana Roo, 1989. Escritor, analista político, traductor y editor. Es coautor de Cartas a un joven diseñador (2020) y autor de Sopa de huesos (2022). De 2015 a 2017 fue autor recurrente, secretario de redacción y coordinador editorial de Horizontal, sitio de reflexión cultural y política. Su trabajo ha sido publicado en Replicante, Tierra Adentro, La Jornada, Literal Magazine, Reforma, Counter Signals, Zenda y Vallejo & Co., entre otros medios. Actualmente es becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA en la categoría de Ensayo Creativo.

abril 2023