febrero 2025 / Inéditos

 

VI
(Medusa)

Yo,
Medusa,
nieta de Gea y del Ponto de agitadas olas,

la tempestuosamente amada por el señor del tridente,
Poseidón de azulada cabellera,

por sobre los dioses he amado
la efímera hermosura de los hombres.

Hay
en lo destinado a la muerte
una hora en su día, un fracaso en su hora, un destello
en su fracaso que sobrepasa en belleza a los inmortales:

nada más hermoso que un hombre vencido,

pues cuando un hombre
abraza su derrota abraza
la belleza la verdad.

Pero yo, Medusa, mortal como los hombres,
y mil veces más mortal pues mil veces,
como la máscara
del actor,

presto mi rostro a la muerte, cansada estoy
de abrazar sólo petrificados simulacros
intentando abrazar
la belleza:

yo, Medusa,
hija del arrogante Forcis y de Ceto, la ballena monstruosa.


VII
(Coro)


Oh Medusa, aterradora como la verdad:

advierten los sofistas que si algo es como
la verdad

es porque no es

la verdad,
pero es poesía
que sobre la verdad y la mentira se eleva
incomprensible como los designios de los dioses:

¡oh Medusa, aterradora como la belleza!


VIII
(Medusa)


Akakios, joven tebano,
no alcanzó a escuchar el oscuro aleteo:

Eros, Hypnos y Tánatos
descendieron

como aves de presa
y ya no pudo

Akakios
apartar los ojos de los ojos de Medusa.

Su virilidad
se erigió estatua
y pronto la imitó el resto de su cuerpo.

Piedra horrorizada de amor:

ya nunca
la alada brisa despeinará
los hermosos bucles de Akakios.


IX
(Coro)


Oh Medusa, aterradora como la belleza:

cantan los poetas que cuando te alegras
el himen de Atenea se rasga
entre las valvas de tu risa obscena.

Cantan los aedos que cuando Medusa ríe
Príapo se asoma entre sus labios
en la erecta

figura de su lengua. Cantan, ciegos, los poetas
lo que no se puede ver: que ver
a Medusa
sonreír

es
espiar la cópula
desde adentro de una mujer o de un muchacho:

¡oh Medusa, aterradora como el amor!


X
(Medusa)


Un muchacho de ojos dulces y aún más dulces muslos:
tal fue Petrofanes en su día.

Petrofanes,
que no ha mucho de Corinto partiera soñando con la gloria.

Yo,
Medusa, terrible espejo de la diosa, al verlo
verse, pena sentí en mi corazón, pero, a pesar mío, sonreí:

¿Qué tanto miras, muchacho?
¿La aterradora máscara de la belleza?
¿La verdad desnuda?
¿El sonriente reflejo de tu muerte?
¿El rostro de una estatua?

En Corinto sus padres no cesan de indagar el horizonte
y sus hermanos en vano suspiran su regreso.

Petrofanes: la roca más joven sobre la tierra.
Petrofanes: piedra aún de todo musgo imberbe.


XI
(Coro)


Oh Medusa, aterradora como el amor

que en su abrazo
mata lo que ama intentando retenerlo:

oh Medusa, aterradora como la muerte

cuyo beso
es la herida de la nada en la boca ya de nadie:

oh Medusa, aterradora como el silencio

en donde se escucha,
de pronto, latir un corazón desconocido:

oh Medusa, aterradora como el amor.

* Poemas pertenecientes a Poeta griego arcaico (Sexto Piso, 2024).

 

 


Autor

Luis Felipe Fabre

/ Ciudad de México, 1974. Es autor de Leyendo agujeros. Ensayos sobre (des)escritura, antiescritura y no escritura (2005), Cabaret Provenza (2007), La sodomía en la Nueva España (2010), Poemas de terror y de misterio (2013), Escribir con caca (2017) y Declaración de las canciones oscuras (2019). Ha editado las antologías Divino Tesoro (2008), La edad de oro (2012) y Arte & basura: una antología poética de Mario Santiago Papasquiaro (2012). Obtuvo el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares (2012) y el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska (2019). Ha sido curador de las exposiciones Todos los originales serán destruidos en House of Gaga (2014) y El negro sol de la melancolía en el Museo de Arte Carrillo Gil (2019), en las que ha explorado relaciones entre arte y literatura. Su obra ha sido traducida a diversos idiomas. Su libro más reciente es Poeta griego arcaico (2024).

febrero 2025