agosto 2024 / Inéditos

El presente que nos hemos nombrado

 
Jonás vuelve

La ballena amaneció sobre la playa número 5.
Científicos quieren saber si murió en alta mar
o si tuvo una muerte lenta sobre la arena.
Los científicos tienen maneras de averiguar cosas:
abrieron a la ballena,
la despedazaron
con instrumentos de científico
y de carnicero,
y en su estómago enorme
resplandecían
toneladas de diamantina,
microplásticos
y un esqueleto humano
al que bautizaron como Jonás.
Todas las ballenas podrían tener
una nebulosa brillante y expansiva
y varios esqueletos
en su interior.
Dijeron los científicos:
prohibamos la caza de las ballenas,
tuvimos que mirar en su estómago
para entender algo
de la expansión del cosmos,
prohibamos la muerte de las ballenas,
que las ballenas sean eternas desde ahora,
dijeron los científicos 
y se fueron
dejando una ballena hecha pedazos
a merced de los perros, de las aves,
de Jonás.


 
Clausura

Cerró lentos sus párpados el siglo
y tras el cortinaje
metálico, definitivo,
quedaron las ciudades,
los parques,
el amor en la hierba.

¿En dónde estabas cuando cayó el Imperio,
cuando corrimos para evitar la nube radiactiva?

¿Lograste beber agua? ¿Recuerdas su sabor?

¿Te alcanzaron las migas que guardaste?

¿Pudiste despedirte?


 
Cerrado a la navegación

La intemperie está en ruinas
y el presente que nos hemos nombrado
y del que hicimos un lugar
paradisíaco
ni siquiera nos ha pertenecido.
Las banderas nos advierten del riesgo
o nos invitan a abandonar la noche,
sus herrajes de carne y adamantio,
las brújulas de sal, cada naufragio
de metales ficticios, de papeles
deshechos por el agua.

A lo lejos, un barco
que va a despedazarse
en el risco del tiempo.


 
El Arca

Metí a los animales
uno a uno
y les busqué pareja
para reproducirse.

Les procuré comodidad
y gozo; alimento y bebida.

Puede sonar a una tarea ardua,
juntar a las especies,
pero ya eran muy pocas.

Las aves se extinguieron por completo
junto al último árbol.
Había pocos reptiles.

El Arca era pequeña.
De verdad era ínfima.

Eso sería en agosto
de dos mil cuatrocientos.

El Arca despegó un día nublado
y se perdió en la noche
de ese mundo ruinoso,
radioactivo.

Lo observamos ahora,
unos cuantos.

Se sigue viendo azul.


 
* Poemas pertenecientes a El estómago de las ballenas, ganador del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2024, recientemente publicado por el Fondo de Cultura Económica en coedición con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y el Instituto de Cultura de Aguascalientes.

 
 


 


Autor

Ángel Vargas

/ Acapulco, Guerrero, 1989. Poeta. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es autor de A pesar de la voz (2016), Límulo (2016), El viaje y lo doméstico (2017), Antibiótica (2019), [nada de cruces] (2022) y el libro para infancias El verdadero nombre de los huracanes (ilustrado por Enrique Torralba, 2023). Ganó el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2024, el Certamen Nacional de Literatura Laura Méndez de Cuenca 2021 en poesía y el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino en 2019, entre otros.

agosto 2024