Abraham Truxillo
(Acapulco, Guerrero; 1983)
Louvre
está segura tras un cristal blindado
como un millón de dólares
o una hija de magnate
aquel niño la señala con el dedo
esa señora se arregla para la foto
y le da la espalda
todo el día la rodean los reporteros
habita la galería siete
es más bella que una jirafa
aunque no es posible acercarse
desde aquí la imagino más bien cansada
harta por mucho sonreír como aquel día
cuando su marido le pidió posar
y el florentino indolente
no concluía de dibujarla
Parábola del viejo viejo
el viejo viejo me visita de vez en cuando
y mira conmigo el televisor
es un tipo raro pero a mí me gusta su compañía
a veces sucede una tragedia a media tarde
un descarrilamiento en las noticias
y acontece la tensión entre nosotros
ayer por ejemplo
murieron treinta y dos niños en el oriente medio
el reportero dijo que los mató un lunático
que se voló con una bomba
y mientras daban las escenas
de las madres dobladas por el llanto
los padres que mesaban sus cabellos me sentí con calidad moral
con justicia para pedirle cuentas
pero antes que pudiera intentar nada
el viejo viejo leyó mis pretensiones
elevó brutalmente su índice iracundo
su voz rugió como un trueno
acariciándose la barba
me dijo que no tomara las cosas de ese modo
que mejor vistiera mi lacoste
calzara mis tenis casuales
y saliera a ver cómo conseguía
que mi novia me perdonara
o mejor un empleo
yo me dispuse a cumplir su voluntad
más bien amedrentado deprimido
y de camino a la puerta lo observé un instante
viejo viejo mirando el televisor
antes de marcharme bien seguro
de que treinta y dos niños muertos
no es para morirse o tal vez sí
pensando que en simplicidades
el viejo viejo no repara
Aeropuerto
pilotos de tintorería
aero(her)mozas terrenas
suelo que nos lleva
entre escaparates
antes de mostrar el pasaporte
de arribar al paraíso
no hay niñas polvosas
ni vendedores de flores
hay anuncios exclusivos
sonrisas internacionales
para la credit card
cómo no enamorarse
entre perfumes y botellas
almuerzos sobre alfombra
clase ejecutiva y free taxes
en tránsito a Tokio o las Bahamas
qué bien si todo fuera
este reino de abordaje
entremés confiado
de placer o de negocios
aquí las ropas brillan
como un dólar reluciente
nada más seguro
que este andén aperitivo
para alagar a los invitados
sus murallas infranqueables
qué ganas de quedarse
para siempre en este país
cerrar la mirada a los exteriores
y vivir siempre a salvo
de la gripa nómada
incapaz frente a los detectores
térmicos
de las hordas terroristas
vencidas más allá de la frontera
de todos los que nunca
demoran en sus interiores