Prefiero el azul que el rojo. Me gusta su descanso, su pausa fría. En la sala de operaciones se utiliza el azul para contrastar y que el cirujano no se distraiga del rojo que más importa: el de las vísceras. Los uniformes quirúrgicos, los cubrebocas y las sábanas buscan darle su lugar al rojo. Para no apartar la mirada ante el cuerpo herido. Para no perder los matices de la carne.