mayo 2025 / Traducciones

 
Versión al español y nota de Gabriel Bernal Granados.
 
 
El poeta Peter Cole (Paterson, Nueva Jersey, 1957) estuvo de visita en nuestro país hace unos meses para presentar su libro La poesía de la Cábala (trad. de Aurelio Major, Vaso Roto, 2024). Pocas personas saben o recuerdan que su primer poema traducido al español se publicó en México, en el número 3 de la revista Mandorla. Nueva escritura de las Américas, en 1993. “Rift”, aquí traducido como “Grieta”, es el poema que da nombre al libro homónimo publicado en 1989 en la editorial Station Hill. En él se anuncian los temas que habrían de aparecer en la poesía posterior de Cole, siendo la relación con lo sagrado el no menos importante de ellos. La disposición espacial del poema sobre la página, las elipsis y la erosión de la sintaxis no dejan de ser tópicos que contribuyen a decantar la voz que se pronuncia —y se condensa— en estas líneas.

—Gabriel Bernal Granados 

 

1


  Aguda mirada y arcos


     y espirales en el ocaso

       de golondrinas

  girando,

como zancudos

 en enjambre


los dardos

más altos

     atravesando un espacio

              abierto

          y dos,

           quizá tres


        se disparan

     rápidamente

        hacia abajo, atraídos

                uno por otro

                    anterior

                     pero los tres

                por un cuarto

                y sexto


                y décimo,

               y dentro

            después fuera del

            atranco

            delineado de manera

            oblicua     rematan

                los techos


     mientras otros, más solitarios

     descienden

     y se elevan,

        con calma


     en las corrientes y en ascenso         y en lo alto


     y más alto       su entrada y salida de una

      luz

         al gris


             y el brillo

             blanco

            y de nuevo

     al negro—

     su caída

        súbita

         hacia un aleteo

         y fuga—

         y el parche

         callado

         vacío

         y después

         colmado


        con violeta extendido            y más profundo y estrellas


        Noche excesivamente

        clara

        es casi

           azul

           casi un

         negro

         Pilar.

         La luz

           atrapada.

            En el mismo

             medio

      casi un índigo

      casi

      en       absoluto.       Nadie

         dijo

        una palabra, nin-


        guno

        Audible:


                        : en el

                        meollo

                        del mármol.

                        Medio: lo escuché

                        moviéndose.

                              Vi el cuerpo

                              destrozado

                              en metal y

                                  vidrio

                        y la presencia

                        para entonces aferrada.

                        Nadie dijo.

                        Al

                        borde de

                        la letra.

                        Me detuve a observar

                        al pichón.

                        que-mueve-increíblemente-su

                           cabeza-

                         atrás-y-

                           adelante

                              al andar.

                        Ni

                buey ni

                león;

              ni ballena;

              ni el halcón ni el águila

                 de nadie.


                Pichón: bobo.

           Un alba destruye

           lo negro

              de nuevo


           sobre la ciudad                   el zafiro

                esplende

                en la pluma de una

                    paloma—

                 la villa

                   de un judío

                 otrora

                 y la luna

                 delgada

                 donde el fulgor

                  se dobla;


                 lo blanco de oro

                   palideció,

                  lo oscuro

                 en silencio

                y acabado,


                el sol como cualquiera         y el lugar

                no

           bastarían, por lo que toda la

           noche


            un enseñar al cerebro lo que

                    Nosotros,

            Abstractos y

            sin mesura


            como whiskey.

                     Todo

                  excepto lo que sobró

                              aún

             en el cero, abajo


           Lluvia, también, como una especia

           Por el sonido ella

              golpea

              en nosotros


           Piedras

           mojadas y dormidas, extrañamente

             más fácil.

                    O por completo

           despiertas al aroma.

           Enero.           Impreso en un

            diccionario—

               pétalos secos

               nervados

             y su sexo bellamente

             aplastado

                  en aquel

           lugar: marrón, fucsia, carmesí.

 
 
2


  El instante distinto de

  Cristo,

      que no

  tendrá fin,        que se rendirá

        a cruz ninguna

     ni a la sangre

     de nadie

     sino a la propia.


  Antes de la luna

   y la grúa

  similar a un dios—   la aleada


  composición de níquel.


  Bajo

  ese gris.


      El.

      Rothko.

  Como si él fuese

  atrapado,


  en descenso.   Ella es

      una


      sombra

      junto a las otras

      sólo.


  Ninguna boca.

  Llamando.


  Bajo ese

  verde.


  Más fácil: su idea

  tosca.


  A la puerta,


      y las estrellas griegas,

      patéticas como


  A veces ella

  quería

  que él llegara

  por detrás

       con

      su verga

       dura


        como si

        la tocase

        ahí, adentro


       de él.

  Realmente lo que él quería era

      siempre

      pequeño, siempre

           la palma

         en el blanco

  del sueño,

     siempre el cordero

       que ella era.


            Realmente

  había cantado lo que siempre

  perece

     donde fuera que estuviese


     y lo que quedaba de los

     lobos.

 
 
3


Los pasos no son para


 duro

el después de ti el

    techo

    súbito las

         palabras más duras

     abajo

duro el rostro que lo atraviesa duro el sonido adentro

          de lo tan duro el siempre

            no

          lo lejos lo casi

           duro

           y justo


              reconocer lo siempre

              duro

                la base para

                admitir

                 el sonido

                 afuera


                 para ti lo

                 duro el

                 ciervo

                 el agua


Y cuál es

    el trigo

   y cuál

   la paja


   ¿y acaso el sueño

   estafa

     su ruina


     las espinas

     crepitantes


   y obstinadas,

   o quizás el aire

     en erosión

     por un momento

       en calma?


   y qué es lo maravilloso.

       El ruido

       ahora la tormenta

       y árboles

       sobre las casas


    un reloj

   marca la hora

                tarde

                en la cual es

                erróneo


              y cuando la ilusión


   de nubes

   en movimiento

     bajo esa

     estrella

   que la acelera—


    azul

   bajo la (más cercana)

   oscuridad:

          anochece.

          El calor

            se fue

          de su

          donde


   y la gente en casa: el cielo

   velozmente


   ennegrece el Sabbath y


   (Detrás de la lluvia, el rocío

             blanco

          y los vientos

          abriendo

       un terreno,

       un lote

       baldío—

        anémona

       muda, cicatriz


       roja—     abriéndose

       ahí


   bajo el

   negro

   manto y

    fin


   ciudad y

   libro


   posiblemente

     una y otra vez

        lejos


   Ahí,

   un camino


   y tal vez

   un retorno


   Sólo esencias

   de

   ser de, sólo

    la plegaria.


   Zorros. Grieta. Ningún rostro.

 
 
4


  Nomujer y estrellas

  parpadeando

  afuera e índigo

      escalando

      del púrpura detrás de ello.

  No-

  mujer de ámbar que abajo arde. Nomujer

       y oro

      y los muros giraron.

   Nomujer cantando los muros de

  cal.

        Nomujer que doble al alero.

   Ella

  con babosas y mosquitos y menta y cizaña.

        Nomujer

  aquí en la

  cisterna

  viendo a las golondrinas

      que barren

   el aire.          Nomujer y yo

  y el alba y el ocaso de las golondrinas

  custodiando

  una hora del judío

          y baja sin remedio la marea

  y canción

  Nomujer y salmo.

   No mujer

      y palabras

   que esperan

  ahí

   donde los alambres

           negros

      cruzan y

   lentamente

   cortan y doblan

  la curva de una golondrina

  y el silencioso fulgor de la sílaba.



Autor

Peter Cole

Paterson, Estados Unidos, 1957. Poeta y traductor. En 2004 recibió el Premio PEN de Poesía en Traducción y en 2010 el Premio de Literatura de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias. Entre sus múltiples libros de poesía destacan The Invention of Influence (2014) y Draw Me Aftter (2022), y entre sus traducciones: J’accuse de Aharon Shabtai (2003), The Dream of the Poem (2007) —que recoge la poesía hebrea de la España musulmana y cristiana— y Poesía de la Cábala. Poemas místicos de la tradición judía (2012 y 2024).

Traductor

Gabriel Bernal Granados

Ciudad de México, 1973. Escritor. Ha publicado, entre otros libros: Anotaciones para una teoría del fracaso (2016), El sol en la acera de enfrente (2019), Cuaderno blanco sobre fondo negro (2019), Leonardo da Vinci. El regreso de los dioses paganos (2021), Interiores (2022), Historias (2022, Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2021) y La ciudad en las orillas del aire. Sobre la poesía de Gabriel Zaid (2024). A finales de 2023 la Universidad Autónoma de Nuevo León, en su colección El Oro de los Tigres, publicó su traducción comentada de La tierra baldía. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

mayo 2025