Historia universal
A Dios rogando la casa patas arriba finanzas
por los suelos se sabe
la misa de pe a pa la
camisa sin remiendos
para el domingo bebe
agua de la fuente
bautismal: Dios
garantiza, OK. Lo
confirme ante notario,
rúbrica al pie, en un
campo de acelgas tres
Espantapájaros él se
acerca a tirar del rábano
por las hojas da por
daca entrega su
mortandad Él a
cambio rota el cultivo
el Padre insta el Hijo
procura un entendimiento
el Espíritu Santo palpa las
tablas de una propia caja.
La sexta extinción
Pozas oscuras en la corteza del pan de flauta,
de agua, panes ojerosos:
las madres sirven pan
seco los padres comen
curruscos.
La familia se reúne a la mesa a mirar láminas
de lo que fue pan
levadura sal harina
candeal centeno
empezamos a robarles
cebada a los caballos.
Nos hicimos a la idea de masticar chicle,
luego chicle balón, lo
reteníamos dado el alto
contenido de azúcar lo
tragábamos en seco.
Perdimos los dientes caries piorrea los
dentistas emigraron
emigró la levadura
inventamos pan de
trapo la miga el culo
apachurrado de las
abejas.
Raquíticos hidrocefálicos a los treinta años nos
hicimos revolucionarios
pedíamos el pan por
señas los aguadores
repartían agua de
solemnidades.
A modo de autobiografía
Nada estruendoso él que fue un fiera
castigador pico de
oro mudó ah el azor
mudado en su
alcándara, enmudeció:
era salidero poresos
rumbos nocturnos
ahora emborrona
oraciones en un
cuaderno de tapa
blava la campanilla
no reacciona las
cuerdas vocales
reposan su vocación
ser tocólogo comadrón
a la tarde su señora lo
obliga del brazo a salir
de una sacudida va y
se lo desencaja no
hablaba: comprar él
no ripostaba chucherías
de mercachifle en los
puestos del camino ella
parejera él rezongón se
iba ahilando desayuna
piezas de arenque a
veces caballa un
tomate llamado kumato
color blavo la calle donde
vivió treinta años doce
cuadras sicomoro roble
un largo liño de árboles.
Cigarras no estamos en
Toledo su silencio un
gran silencio total qué.
Fabular la luz
Déjalo partido en dos la mariposa de luz se
escinde lámpara polvillo
estrella milenaria.
En la sutura hilan a punto de terminar el
rompecabezas la pieza
penúltima se encona.
Las hilachas brillan teas fogatas lagunas
fosforescentes las pupilas
guían el derrotero de la
almadía déjalo partido.
Yeguas bravías andan sobre las aguas en
cuanto se reflejan se
encabritan algunos
intuyen que no hay
nada debajo.
Las noctilucas sucumben no tienen luz propia
la luz brilla de flagelar
las aguas.
Déjalo lavarse la cara en el estuario mojar
pan duro en agua
recién hervida
desasistido.
Perezas de la luz sofrenar el fuego déjalo se
sepa inacabado la
polilla se escinde
antes de estrellarse
al alba.
Devenir
En la cima tenía su casa Juan Soto de Soto & Co.,
de meritorio en una
tienda pasó a jefe de
sección, a dueño del
negocio en cuestión
de meses tuvo que
vaciar unas alcancías
de sus hijos, pasó el
tiempo un alcotán llegó
a tener cien tiendas una
deuda de veinte millones,
una bicoca. Dejaron de
prestarle quebró tres
veces seguidas tiraba
la bancarrota a relajo
chapoteó en aguas
bajas pagó intereses
altos se mudó a un
apartamento pocos
muebles comió a diario
frijoles colorados arroz
blanco lo mismo le daba
lo mismo se asomó al
balcón oyó de pasada
el portazo.

Autor
José Kozer
La Habana, 1940. Voz protagónica de la poesía latinoamericana de nuestro tiempo, vive en Estados Unidos desde hace sesenta años. Es profesor jubilado de Queens College. Ha publicado cerca de un centenar de libros, casi todos de poesía. En 2013 recibió el prestigioso Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (Chile), y en 2017 la beca Montgomery de Dartmouth College. Ha sido traducido a diversas lenguas (ruso, portugués, griego y alemán, entre otras) y se han escritos varias tesis de grado sobre su obra.