Traducción y prólogo de María Gabriela Raidé y Siri Björkström
El Periódico de Poesía agradece al sello Kriller71 la reproducción de los siguientes fragmentos de Trado (2024).
Athena Farrokhzad y Svetlana Cârstean se conocieron en 2012 durante un taller de traducción de poesía en Estocolmo. La afinidad personal y literaria que descubrieron entonces las llevó a traducirse mutuamente. Aunque con una peculiaridad: ni Cârstean sabe sueco ni Farrokhzad sabe rumano. Así, el proceso de traducción —apoyado en diccionarios y terceras lenguas— tuvo que convertirse en un nuevo proceso de creación conjunta. Como una ampliación natural de ese diálogo inicial entre traductoras que avanzan a tientas, pero tomadas de la mano, surge Trado, libro donde cada una explora la obra y el imaginario de su compañera, las correspondencias, los límites y la complejidad de la traducción. Así, Trado se despliega como un tríptico que incluye tres libros diferentes: poemas de Athena Farrokhzad alrededor de la obra de Cârstean, poemas de Svetlana Cârstean alrededor de la obra de Farrokhzad y, como cierre, un ensayo lírico escrito a cuatro manos sobre la traición, la traducción, la escritura y el amor donde no sólo se funden las voces de ambas sino la de una larga lista de pensadores y escritores. “Salimos del silencio que habla. Traicionamos el pacto de silencio. Escribimos para poder seguir calladas mientras hablamos. Traducimos para definir el lugar exacto del silencio”.
►
Svetlana me dijo: me convertí en adulta con mis poemas. Me enseñaron acerca de las personas y a éstas les enseñé acerca de la poesía. Les enseñé a sumergirse en sus propios comienzos. Les enseñé que el sol nunca se pone, sino que es la tierra la que gira la cara. Me enseñaron que el recuerdo duele, sin importar dónde toquemos. Que hay cosas de mi vida que no les interesan, aunque para mí sean todo. Que entre el ayer y el mañana hay un espacio, como entre el armario y la pared. Que la mujer que se pierde en el poema siempre es mi madre, sentada entre los versos, llorando.
Yo le dije: creo que en tus poemas podría encontrar un lugar.
►
Yo le dije: tengo que escribir como si tuviera a mi alcance la palabra que puede resarcirnos. Tengo que seguir el poema hasta su abismo para descubrir su superficie, debe estar vestido en su capullo.
Svetlana me dijo: antes del capullo no hay poema. El poema recién nace cuando se lo quitas y, pensando que recubrías la nada, encuentras que repta algo que te revuelve las entrañas.
Svetlana me dijo: cuando un poema nace, las palabras y tú os descubrís a la vez.
►
Svetlana me dijo: de donde venimos, callamos para hablar. Elegimos el poema porque hasta las piedras envidian nuestro silencio. Elegimos el poema para quedarnos mudas mientras hablamos. Elegimos el poema porque barre sus rastros con el mismo gesto con que los deja. Elegimos el poema porque la concentración se parece al dolor. Elegimos el poema porque el sol de la justicia está alto en el cielo. Elegimos el poema porque hay sombras sin amarras.
Yo le dije: elegimos el poema para recordar el lugar donde empieza el olvido.
►
Cuando nos encontramos
nuestras madres también organizan una reunión.
La madre de Athena dice
incluso las hijas más insufribles llaman a sus madres
día por medio
en el momento adecuado.
Mi madre dice
incluso las peores hijas perdonan algún día
a sus madres
por sus defectos.
Incluso las madres que nunca se animaron a
secar las lágrimas
de las mejillas de sus hijas
deben
tener los ojos bien abiertos para ver
su ascenso y su caída.
Olvidadlo todo, hijas ingratas
nacidas al final de las viejas revoluciones.
Quemad las memorias y recuerdos
de lo que no vivisteis
de lo que no se hablaba con vosotras
de lo que se hablaba siempre con vosotras.
Quemad vuestras memorias
y las nuestras.
Llenad los cubos de basura
con la ceniza
y no contéis nada más.
La madre de Athena dice
incluso las madres más cariñosas se cansan de
escuchar a sus hijas hablar.
Mi madre dice
incluso las madres que planchan y lavan sin descanso
tienen derecho a
pedirles silencio a sus hijas.
Sobre todo ellas.
Cuando nos sentamos enfrentadas
en un restaurant indio al Norte
elogiamos el azafrán
y todo lo que desconocemos
también nuestros padres se sientan enfrentados
tienen tanto que recordar.
El padre de Athena dice
incluso los padres que hacen la revolución tienen derecho
a morir infelices.
Mi padre dice
incluso los padres sin revolución tienen derecho
a morir infelices.
La inutilidad de quedarse mudos.
La inutilidad de hablar.
La inutilidad de escribir.
El corazón explota justo cuando no lo esperamos.
Incluso nuestras hijas escritoras
son incapaces de decirnos algo útil sobre el corazón.
►
Olvídate de las caricias, me dice él
Olvídatelas
deja de gritarme al oído
esas palabras son armas
que sabes manejar
el oído es el último sentido
en desaparecer cuando uno muere
quien no es bienvenido en ningún hogar
no es de nadie
quien no es llamado por su nombre
es olvidado
quien no es acariciado no existe.
►
Traducir como excusa para escribir.
Escribir como excusa para amar.
Amar como excusa para traicionar.
Traicionar como excusa para traducir.
►
La escritura empieza con el deseo de traicionar.
Nuestra primera conversación fue sobre la traición. En la cocina, empezamos a hablar de la experiencia compartida de traicionar la herencia familiar. La traición estaba ahí como el núcleo de nuestra escritura. Un núcleo a veces oculto, y a veces, visible. Lo sentíamos entre los dedos cuando conversábamos, cuando leíamos, cuando traducíamos.
A pesar de venir de dos países distintos, a pesar de tener dos lenguas distintas, compartíamos la prohibición de hablar. La prohibición de descubrir las condiciones del pasado. La prohibición de contárselo a un otro. Y como consecuencia de esta prohibición, el deseo de violarla. El deseo de traicionar el pacto de silencio. Y como consecuencia de este deseo, la escritura.
El amor entre nosotras nació cuando nos reconocimos como hermanas en la traición.
►
¿Cómo traducir a la otra sin hablar su lengua?
Buscamos una palabra en el espacio entre nuestras lenguas. Una tercera lengua ocupa este espacio. Una lengua que no es la lengua materna de nadie. Una lengua que es tierra de nadie en el trabajo que compartimos. Lengua de nadie. Buscamos una palabra que se encuentre lo más cerca posible de la palabra original. Tenemos que esclarecer el grupo sanguíneo, el caudal, el curso de los glóbulos. Antes que nada tenemos que esclarecer el verbo. El verbo que permanece oculto, que todavía no quiere ser expuesto. Tenemos que errar por todas partes para cazar el verbo. La palabra destacada es marchar. Es una palabra militar, una palabra para la guerra. Y de repente todo se conecta. Descubrimos que está relacionada con todas las otras palabras. Nos convencemos de que el verbo que buscamos está en el texto meta. Estamos tan convencidas que incluso cambiamos el verbo en el texto fuente. Ahora el texto marcha en todos los idiomas.
La secuencia de hechos fue reordenada.
La escritura y la traducción siguen cambiando de lugar.

Autores
Svetlana Cârstean
Botoșani, Rumania, 1969. Poeta y traductora rumana. Ha publicado los libros Floarea de menghină (2008), Gravitație (2015) y Sînt alta (2022). Su obra ha recibido múltiples premios y distinciones, entre los que destacan el Premio de Debut en Poesía de la Unión de Escritores de Rumania y el Premio Nacional de Poesía Mihai Eminescu.
Athena Farrokhzad
Teherán, Irán, 1983. Poeta, dramaturga, traductora y crítica literaria, radicada en Suecia desde su primera infancia tras el exilio político de su familia. Blanco de blanco, publicado originalmente en sueco bajo el título Vitsvit en 2013, estuvo nominado en varios certámenes y obtuvo los premios Karin Boye y Gran Premio de los Lectores; asimismo, ha sido adaptado al teatro en dos ocasiones y traducido a una quincena de lenguas. Farrokhzad ha participado, además, en varias antologías de poetas suecos contemporáneos. Crítica, radical y combativa en sus opiniones respecto a la desigualdad social, la inmigración y el feminismo, Farrokhzad ha llegado a levantar fuertes polémicas en el establishment político sueco tras su intervención en el programa de radio Sommar i P1 de la emisora pública Sveriges Radio.