noviembre 2024 / Inéditos

Lo que come el fundamento

 
No pude hacer
de mirar pájaros un deporte

me sumergí de madrugada en el río
con brazos estirados
hice un surco en la corriente
más allá de mi cabeza mis rodillas
rozaron hojas y espadañas
          tragué ―la irritación
me nubló la mirada
profundo tuve que pensar tres veces
no soy un pez no soy
un pez no soy un


no pude haber visto
mi cuerpo recortado en los arbustos la
tarde en que pasaron
el tendido eléctrico tu lengua
adentro mío y aun así

el mar lo cura todo y de todo
esto es lo más parecido que tengo


 
 
para aprender de algo es mejor
agarrar la parte por el todo
el pico corto las raíces
aéreas la forma en que se abre la corteza
y después buscar en eso
   un rasgo en cada cosa en el filo
de la piedra el camino del río el nido que cayó del árbol
la tarde en que corté del limonero
las ramas nuevas


hicimos ajustes a mano
para hacer encajar las cosas
      cortar el pelo y el pasto
limar las uñas las puertas
los remos las


hicimos islas de otras islas
un almohadón una manta apretada
contra el pasto mojado hundiéndose lento
en medio del terreno húmedo
como todo el resto


 
 
los terrenos se dividen
en pequeñas parcelas ―cuadrantes inconexos
límites apenas delineados
por un tronco una cañada
   la tarde en que extendiste el mapa
me pareció un cementerio
un perímetro con pasos sin plaza
principal sin
un solo centro


la sulpirida puede recetarse
para cuadros psicopatológicos diversos
     neurosis depresiones somatizaciones
neuróticas trastornos psicológicos demencia
senil y vértigos


no viví una crecida pero sí
sentí el miedo irrefrenable
a dejar la canilla del baño
de noche corriendo


 
 
podríamos haber ampliado
habitaciones
hacer un estudio puentes
colgantes que unieran
las construcciones un camino de
piedras sogas con mensajería
renovar la ubicación
durante el tiempo suficiente
tocar todas las cosas


podríamos haber unido
las juntas con masilla pegamento
un revoque fino en las paredes
ajustar las cañerías con precintos
sobre botellas cortadas
mezclar una parte de vinagre
con tres partes de


 
 
el prospecto decía una alucinación
del movimiento o la pérdida
parcial de toda orientación y vos
hubieras cambiado
   mi inconsistencia por la tuya
las manos
   para agarrarme tus síntomas
hubieras hecho nudos toda la noche
en entrega al misticismo
juntado dieciséis cauris
una piedra negra
huesos hasta una cabecita rota
de muñeca


 
 
las casas se suceden y el paisaje
mental es siempre una ventana
de celosías apenas sostenidas
por un encastre débil en las junturas
y una palma

alta donde clavar un gallo negro
de madrugada llamar
a san cipriano pedir al diablo que a los buenos
             espíritus los vuelva malos

dejar un puñado de tabaco
en el alféizar y alejarse

de la fascinación del precipicio
de la punta de montaña
de fijar la vista de más
del fondo del agua

 

 


Autor

Andrea Franco

/ La Habana, Cuba, 1991. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Tres de Febrero. Trabaja en edición, corrección, gestión cultural y, desde 2016, da talleres de escritura y literatura. Fue seleccionada en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2021/2022 en las categorías de Poesía y Relato. En 2022 publicó Las ceremonias, su primer libro de poemas. Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina.

noviembre 2024