agosto 2023 / Traducciones

De aquí a la muerte es un instante

 
Versiones de Blanca Luz Pulido
 
 
venas

Por mis venas corre viento – por
eso, dame un vestido inflamado de
rosas y enséñame las horas del amor:

de aquí a la muerte es un instante.
 
 
 
veias

Nas minhas veias corre vento – por
isso, dá-me um vestido inflamado de
rosas e ensina-me as horas do amor:

daqui até a morte é um instante.
 
 
 
 
cintura

Cuando encontraron los pliegues
de mi vestido flotando
en el lago como un abanico,

los cisnes dejaron caer en el
agua sus plumas negras.
No sé durante cuántos años

estuve muerta. Pero la verdad
es que el tiempo pone siempre
en un lado lo que quita de otro

– y que mi cintura era estrecha
antes de que yo fuera feliz.
 
 
 
cintura

Quando acharam a roda
do meu vestido boiando
no lago como um leque,

os cisnes deixaram cair na
água as suas penas negras.
Não sei por quantos anos

estive morta. Mas a verdade
é que o tempo põe sempre
num lado o que tira de outro –

e que estreita era a minha
cintura antes de eu ser feliz.
 
 
 
 
pierna

Escondo la pierna morada en el refugio de la
falda y la herida abierta en la gruesa media.
Me duele y no lo digo. Si callo los dolores,
tal vez se sientan ignorados y dejen

de matarme; y si no, que me
duelan entonces más fuerte que los otros –
los que vienen de más hondo y fruncen el ceño
a la barriga llena de nada de mis hijos. Para

ésos no hay, ni siquiera en la farmacia,
remedio que valga; y la pierna, aunque
morada y palpitante, recorre de memoria
su camino. Me duele y no lo digo – la pomada

equivale ahora a menos pan, y la fiebre siempre
pone un plato sobre la mesa.
 
 
 
perna

Escondo a perna roxa no resguardo da
saia e a ferida por sarar na meia grossa.
Dói-me e não digo. Calando as dores,
talvez elas se sintam ignoradas e deixem

de matar-me; e, não deixando, que me
doam então mais alto do que as outras –
as que vêm do fundo e franzem a testa à
barriga cheia de nada dos meus filhos. Para

essas não há, nem sequer na farmácia,
remédio que me valha; e a perna, mesmo
que roxa e latejando, lá vai fazendo de cor
o seu caminho. Dói-me e não digo – pomada

é agora igual a menos pão, e a febre sempre
vai pondo um prato em cima da mesa.
 
 
 
 
manos

En el mar, se domina el hambre
con todas las manos. Sirven tanto
las del viejo, que tiene mapas del
tiempo dibujados en la piel, como

las del niño, que se asusta con
las olas, pero aun así sigue
el ejemplo de su madre. Las mujeres

no necesitan que alguien las llame
a las redes porque oyen la respiración
de los peces en el sueño. Conocen

tal vez mejor el sabor de la miseria: son
las primeras en partir el pan y las últimas
en poder acercarlo a sus dientes. Pero hoy,

si el viento amainara, si las gaviotas
permanecieran un poco más en la basura de la
ciudad, si el mar fuera un manto sedoso
y azul sobre todas las manos, puede ser

que las redes traigan un milagro – sí,
rosas –, puede ser que las redes traigan pan.
 
 
 
mãos

No mar, segura-se a fome com
as mãos todas. E tanto servem
as do velho, que têm mapas do
tempo desenhados na pele, como

as do menino, que se assusta com
a onda, mas assim mesmo segue
na esteira da mãe. As mulheres

não sentem falta de quem as chame
às redes porque ouvem a respiração
do peixe dentro dos sonhos. Sabem

talvez melhor o gosto da miséria: são
as primeiras a dividir o pão e as últimas
a poder chegá-lo aos dentes. Mas hoje,

se o vento aliviar, se as gaivotas se
demorarem um pouco mais no lixo da
cidade, se o mar for um manto sedoso
e azul sobre as mãos todas, pode ser

que as redes tragam um milagre – sim,
rosas –, pode ser que as redes tragam pão.
 
 
 
 
cabeza

Vi campos de lavanda invadidos por flechas.
Vi amapolas ensangrentadas entre los caballos caídos
en las batallas. Vi corazones ya fríos saliéndose
de pechos que no volverían a amar, y pulmones
negros de humo, como cartas quemadas vivas

en el rescoldo de la hoguera. Vi pies a punto de salvarse
que fueron cercenados y manos que tampoco
llegaron a tiempo de coser las heridas ajenas.

Vi ratas comiendo, descaradas, la oreja de
un soldado en las trincheras. Vi cuerpos caídos
en el fuego y en el abismo, y cuerpos chorreando lluvia
ácida de la espantosa bomba. Vi a padres tapando los

oídos de sus hijos en los refugios, y las ciudades abatidas
llenas de edificios huecos; vi bebés muertos entre las
ruinas de esas ciudades. Vi ese dolor intermitente de
quien cayó por disparos de metralla, y el sufrimiento
tremendamente lento de los torturados; vi también
a quien murió sin darse cuenta, pulverizado por las minas.

Vi vientres abiertos a golpes de puñal, mostrando
fetos en sus entrañas. Vi muchachas muertas con las piernas
abiertas y la cabeza cobardemente tapada
con bolsas de papel. Vi penes arrancados, más
impotentes que nunca, metidos en bocas que
nunca más hablaron. Vi pies calzados lejos de las

piernas que los hicieron caminar. Y vi un muchachito
que disparaba como alguien muy viejo. Yo vi

la guerra en todas las formas en mi cabeza
sin nunca haber estado ahí. Con un libro en la mano,

yo veo, perfectamente nítidos, todos los siglos.
 
 
 
cabeça

Vi campos de lavanda devassados por flechas.
Vi papoilas em sangue entre os cavalos caídos
nas batalhas. Vi corações já frios resvalando
de peitos que não voltariam a amar, e pulmões
negros de fumo, como cartas queimadas vivas

nas brasas da lareira. Vi pés serem decepados
a caminho da salvação e mãos que também não
chegaram a tempo de coser as feridas alheias.

Vi ratazanas comendo, descaradas, a orelha de
um soldado nas trincheiras. Vi corpos deitados
ao fogo e ao abismo, e corpos pingando a chuva
ácida da grande bomba. Vi os pais taparem os

ouvidos dos filhos nos abrigos, e as cidades abatidas
cheias de prédios ocos; vi bebés mortos entre as
ruínas dessas cidades. Vi aquela dor sincopada de
quem tombou a tiros de metralha, e o sofrimento
tremendamente lento dos torturados; vi ainda
quem morreu sem saber, pulverizado pela mina.

Vi ventres abertos a golpes de catana, mostrando
fetos nas entranhas. Vi raparigas mortas de pernas
abertas com as cabeças cobardemente fechadas
em sacos de papel. Vi pénis arrancados, mais
impotentes do que nunca, metidos em bocas que
nunca mais falaram. Vi pés calçados longe das

pernas que os fariam andar. E vi um rapazinho
que disparava como alguém muito velho. Eu vi

a guerra de todas as maneiras na minha cabeça
sem nunca lá ter estado. Com um livro na mão,

eu vejo, perfeitamente nítidos, todos os séculos.
 
 
* Poemas pertenecientes al O meu corpo humano (2022) ganador del Premio Correntes d’Escritas en 2023.

 


Autor

Maria do Rosário Pedreira

/ Lisboa, Portugal, 1959. Poeta y editora. Licenciada en Lenguas y Literaturas Modernas por la Facultad de Letras de Lisboa. Ha publicado cinco libros de poemas, cuatro de los cuales se encuentran en Poesia reunida, obra que obtuvo el Premio de la Fundación Inés de Castro. El más reciente, publicado en 2022 bajo el título O meu corpo humano, ganó el Premio Correntes d’Escritas en 2023.

agosto 2023