febrero 2025 / Inéditos

¿Cómo se llamaban las cosas que no nos acordamos?

 
Los colores de las brujas

*

A los animales les gusta la caña, y yo
quisiera un templo en salario
para ser la pared y sentir azúcar
azul-cerámica, con mierda, con ojitos.

¿Sería posible mutar
de hueso a voz?

Con las manos disfrazadas llamar
a la sombra enemiga que tengo en común.

Se inflama — lo semejante
porque no recuerdo – algo
que detonó a mi nacimiento.

¡Hay agüita!

y las puertas pues normal
porque en todas las películas salen puertas.
O trenzar un moisés rosa y verde e irme
al río y dejarles, los móviles de Mafalda
pintados a mano.

Fundar y dividir
los mares
como lo planearon en aquella era de bonanza
cuando el dolor estaba a menos de tres pesos

qué épocas

en que podías llenar la congeladora
con carnes frías y nieves de sabor.

Hoy, puedo decir, que vivo aún

que vivo enamorada aún
de mí con la Ouija

cuando no conocía a nadie
que la amara, y una casa
se destruía al mismo tiempo
que mis vidas
quedándonos lento (esta idea
tan insistente) dibujando
espacios para colocar
los aparatos dentales
al dormir.

Ahora, seguir otro camino
ningún color ya es suficiente
para adorar a estas visitas
acompañadas del hálito cortante
y traspasar acaso el párpado

—el tren,
de írseme.

*

Está cerrado y me hacen hablar.
Me hacen hablar de mí.

Está cerrado, dime lo que ves.

Madrigueras llenas de cabellos.
Los fucos de araña, antes.

(Lo dije en un poema.)

Si me alzo, a lo mucho, mi cuello
sus estrías de luz —y esta frase robada.

Vengo de ver el azul más próximo.

Algo que cruje fugaz y dice
que la piel está ahí.

Que me he olvidado la forma de las flores
no de cómo era su color.

No de cómo era querer
ir a cazar de esa planta
color quedándosele viendo.

Me hacen decirlo, es todo.

Yo lo que quería:
poleíto y miel.

*

Íbamos imaginando búfalos
un lugar primero
luego viento sobre el puente
colores primarios
lo que colgaba de ahí
las piedras cazadas
de huesos, esturiones
no, zanahorias casadas
en el centro de cada contra

en lo ceremonioso de caerse
recolectar

pestañas de los que aquí estuvieron
lavando huesos futuros
cosas maduras viéndose la cara

en las espinas

pedir un deseo
espejo-cacto, cauta
¡detente
esa es la mía!

Pide un deseo.

Queratectásica, quieta
quédate, sin acatar—


 
 
Rojo por rojo

*

Algo inaugurado
con cuerdas arrojadas
ladera abajo o su
azul linaje me conoce
su alunizar en dos
posibles vertientes:

Naranath.

No era algo que en verdad
fuera piedra, pero se agrava
a sí misma
para freírse de dianas
no dirigidas y a la vez

gemelas, polo a polo:
pies flechados.

¿Ves? Confundes. A manera de
pulgares oponibles, cola quitapón
en un planeta fundado por la suerte.

—Earhart y Byrd
te entenderían, el capitán

para más señas, y concord-
ancia etimológica—.

¿Entonces, cómo se llamaban las cosas
que no nos acordamos?

La avestruz, inflada, dio origen
a la palabra que desayuna su cabeza

de tanto bajar a dónde
hacia los huecos.

La flecha que te mató
ya ha sido disparada.

Y la verdad sobre lo rojo, no. Yo no.
No soy de esas.

*

Ni
Nefelibata
Desaparecida
como nombres propios.
No claudican su licor.
Una página tras otra
en la testuz tribal
esbelta que se finge
que abruma, destituye
las opciones
a elegir.

Amplios cuadernillos
al fin —  de la hojarasca.

Hermana, te he fallado.

Y bebo café y tomo raíces
de aguas negras — en las caras
ya no se movían.

Me veo, me señalan, entre mil

a mí — viendo cosas que no
traduciendo cosas que no

a idiomas apenas aprendidos
porque pasan, de mí, y seguirán pasando
de mí, y no me podría aproximar

a esto

sino por la táctica
de láminas numeradas como agujas

cada noche.

*

Al mismo tiempo, llaman
de años antes, dejando ahí
el rastro atlético.

Llaman para preguntar por mí
pero yo estoy convencida.

Una copia de otra, de otra copa.
Una vez tras otra, ves

su adhesivo:
cambian: las siluetas

de las balas
los balones.

(Podrían acuchillarme
al intentar dar esta cátedra.)

Vez tras vez esta duermevela:
amo lo difuso, lo real.
Es cuestión de tiempo, dijo.
Bultos, sombras. Con color y sin color.

¿O qué creías tú que significa
ser ciega?

Nunca en la mácula.

Y puertas muy pequeñas adheridas
entre los calendarios.

*

De lo que no, entre una madre y su sombra
rojo dijo antesnoctumbra.
Pero lo dicho es, y es casi un pulpo.

No le entiendes.

Más allá en el cuerpo
la entrada de una dama en su vestuario
mira, me mira. Luego morará.

No sabe dónde. Bebe rooibos.

¡Tantas opciones!

   No es de madrugada.
   No llueve.
   Nadie murió aquí.

Pero hay quien se atreve, aún, a relinchar.
Hay quien se atreve, aún, a dibujar en verde
la susodicha sangre del susodicho sol.
Brachichita, árbol-botella
—tordo, ya sé que así le dices
a la cabellera roja, que ahora llamas

tuya. 

Pero escucha: yo sembré
yo sembré
yo tendí primero heces ahí.

¡Desearán tandas!

(Heces, sí, que significa
para siempre.)

Para siempre-siempre
aunque nunca me escribió:

Querida, las cosas están
tan y tan así, estoy podada.

Y tuve que saberlo por mí misma:

que aquello
inclinándose a la sombra

no era un flamboyán.

Que no fue el mayordomo.
Que no eras un jardín.
Que no fuimos el monstruo
del Lago Ness.

¿Tordo Quién?

Me fui a dormir
por tiempo indefinido.

Me dejé una breve nota
por si acaso.

Dina, Hoy vi a Escocia entera
entrar por mi ventana.

Dina, Hoy un hombre vino, echó gotitas
me dio una planta que al crecer
va a llegarme a la cintura.

Dina, Hoy con camafeos, a palos,
dejé mi carne ahí a friatirizar.

Dina, Hoy no vienen más caballos
con listones
de cuatro brazos, a verme.

Dina, Hoy al fondo en la alberquita
nos espera ya el vestido
del que aquí no sé hablar yo.

—Llegas tarde—.

Nada se destruye, pero todo
por servir se acaba.

Y el poema se titula Vuelva pronto.
Y el poema se titula Sigo aquí.



* Poemas pertenecientes a El sol es verde si lo miras (UANL, 2024).

 

 


Autor

Diana Garza Islas

/ Santiago, Nuevo León, 1985. Sus libros más recientes son Probable Synonyms of the Word Sololoy (2025), El sol es verde si lo miras (2024) y Black Box Named Like To Me (2024). Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

febrero 2025