No. 85 / Diciembre 2015 – Enero 2016 |
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Ad Reinhardt / Robert Lax |
Por Enrique Juncosa |
En 2013, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, la galería David Zwinner de Nueva York, organizó una impresionante exposiciónde Ad Reinhardt (1913-1967). Comisariada con acierto y rigor por Robert Storr, la muestra resultaba además novedosa, presentando por primera vez sus trabajos gráficos, además de una selección de su fotografía y un gran conjunto de sus magníficas pinturas negras finales, sin duda lo mejor de su obra. Reinhardt, al terminar su época de estudiante, trabajó para distintas revistas políticas de izquierda, atacando crudamente, desde aquellas plataformas, el mundo del arte de su tiempo, que veía corrompido por las grandes cantidades de dinero que sustentaban su mercado. Reinhardt, además de sus curiosos comics satíricos, escribió importantes y serios ensayos sobre arte, defendiendo en ellos precisamente la abstracción. Es famoso, y merecidamente, por los cuadros negros a los que ya nos hemos referido, y que él consideraba, sin duda de una forma romántica, como los últimos cuadros posibles. Una lectura puramente formal de estos trabajos iba a influir con fuerza tanto en el arte conceptual como el arte minimalista, cuya expresión pictórica fueron los monocromos. La obra de Reinhardt, sin embargo, no estaba muy alejada de la de Mark Rothko, y hay que interpretarla como algo poderosamente espiritual. El caso es que Reinhardt no participaba en las juergas alcohólicas de la célebre Cedar Tavern, sino que estudiaba, por ejemplo, arte chino en la Universidad. En los cincuenta, viajó, en un momento que eso no era frecuente, por la India, el Sudeste Asiático, Persia y distintos países árabes de Oriente Próximo, leyendo mientras tanto los libros religiosos de estas culturas y estudiando el papel de la abstracción en el arte islámico. Sus fotografías dan constancia de todos esos viajes. Reinhardt había estudiado en la Universidad de Columbia, donde entabló una gran amistad con los poetas Robert Lax (1915-2000) y Thomas Merton (1915-1968), quien sería eventualmente monje trapista y uno de los más célebres autores de libros espirituales de nuestro tiempo. Los tres colaboraron en Jester, la revista humorística de la universidad, donde también coincidieron con Ed Rice, fundador posterior de la revista católica Jubilee, donde iban a colaborar de nuevo todos ellos. Merton, Lax y Reinhardt mantuvieron su amistad de por vida; existe una foto en que los tres están juntos en Kentucky de 1958, y queda, además, su correspondencia. La que hubo entre Lax y Merton se publicó a finales de los 70. No es difícil encontrar paralelismos entre la obra de Lax y la de Reinhardt, ambos fervorosos defensores de una poesía y un arte de aspiraciones transcendentes. Los cuadros negros finales de Reinhardt tienen algo de paraíso, de belleza silenciosa y profunda, de poderosa luz interior, de búsqueda de un estado posible de inocencia, de invitación a la contemplación. Ahora puede sorprendernos verlos en relación a sus cómics satíricos, pero sin duda la espiritualidad no está exenta de humor. El libro de poemas más conocido de su amigo Lax, es Circus on the Sun, donde el circo se presenta como una metáfora de toda la creación. Reinhadt mismo escribió que el arte es demasiado serio para ser tomado en serio. |