febrero 2025 / Traducciones

Los hombres vanos

Versión al español de José Luis Rivas

 

The Hollow Men, uno de los grandes poemas de T. S. Eliot (1888-1965), cumple su primer centenario. Publicado tres años después de La tierra baldía, Los hombres vanos también se convirtió muy pronto en una referencia obligada de la poesía y la cultura pop del siglo XX. Para celebrarlo, presentamos la siguiente traducción del poeta José Luis Rivas.

La Redacción

Los hombres vanos

Un penique para Old Guy

I

Somos los hombres vanos
somos los hombres emborrados
apoyamos uno en otro
nuestras testas rellenas ¡ay! de borra.
Nuestras voces insulsas, cuando
cuchicheamos juntos
son quedas sin sentido
como viento en la hierba seca
o pisadas de rata sobre cachos de vidrio
en nuestras mezquinas despensas.

Cuerpo falto de forma, sombra descolorida,
fuerza paralizada, gesto sin movimientos;

Los que con ojos francos han cruzado
al otro Reino de la muerte
nos recuerdan —si lo hacen— no como perdidas
almas violentas, sino sólo
como los hombres vanos,
los hombres rellenados.

 

II

Ojos que no me atrevo a arrostrar cuando sueño
en el reino del sueño de la muerte
esos no se prestan a la vista:
allí, los ojos son
luz del sol sobre una columna rota.
Allí hay un árbol en vaivén.
Y las voces están
en la canción del viento
más distantes y más solemnes
que una estrella evanescente.

No dejen que me arrime tanto
al reino del sueño de la muerte.
Pero dejen que vista
estos disfraces a propósito:
pelo de rata, pellejo de cuervo, bordones en cruz
en un campo
obrando igual que obra el viento
Que me arrime tanto…

No a ese encuentro último
en el reino crepuscular.

 

III

Ésta es la tierra muerta
ésta es la tierra del cactus
Aquí son puestas en pie las imágenes
de piedra, aquí reciben
la súplica de la mano de un muerto
bajo el centelleo
de una estrella evanescente.

¿Es pues así
en el otro reino de la muerte?
Despertar solos
a la hora en que temblamos
de ternura.
Los labios que quisieran besar
componen plegarias a la piedra rota.

 

IV

Los ojos no están aquí
no hay ojos aquí
en este valle de estrellas en agonía
en este valle hundido
esta quijada rota de nuestros reinos perdidos.

En este postrer lugar de encuentro
andamos a tientas
y evitamos hablar
reunidos en esta playa del río túmido.

Ciegos, a menos
que los ojos se presten a la vista otra vez
como la estrella perpetua,
la rosa multifolia
del reino crepuscular de la muerte.
La esperanza nada más
de los hombres vanos.

 

V

Aquí damos vueltas alrededor del nopal
del nopal del nopal.
Aquí damos vueltas alrededor del nopal
A las cinco de la mañana.

… Entre la idea
y la realidad
entre el movimiento
y el acto
cae la Sombra
Porque Tuyo es el Reino

Entre la concepción
y la creación
entre la emoción
y la respuesta
cae la Sombra
La vida es muy larga

… Entre el deseo
y el espasmo
entre la potencia
y la existencia
entre la esencia
y la descendimiento
cae la Sombra
Porque Tuyo es el Reino

… Porque Tuyo es
la vida es
porque Tuyo es el

Así es como acaba el mundo
Así es como acaba el mundo
Así es como acaba el mundo
No con una explosión, sino con un quejido.

 

 

The Hollow Men

A penny for the Old Guy

I
We are the hollow men
We are the stuffed men
Leaning together
Headpiece filled with straw. Alas!
Our dried voices, when
We whisper together
Are quiet and meaningless
As wind in dry grass
Or rats’ feet over broken glass
In our dry cellar
Shape without form, shade without colour.
Paralysed force, gesture without motion;
Those who have crossed
With direct eyes, to death’s other Kingdom
Remember us—if at all—not as lost
Violent souls, but only
As the hollow men

 

II

Eyes I dare not meet in dreams
In death’s dream kingdom
These do not appear:
There, the eyes are
Sunlight on a broken column
There, is a tree swinging
And voices are
In the wind’s singing
More distant and more solemn
Than a fading star.

Let me be no nearer
In death’s dream kingdom
Let me also wear
Such deliberate disguises
Rat’s coat, crowskin, crossed staves
In a field
Behaving as the wind behaves
No nearer—

Not that final meeting
In the twilight kingdom

 

III

This is the dead land
This is cactus land
Here the stone images
Are raised, here they receive
The supplication of a dead man’s hand
Under the twinkle of a fading star.

Is it like this
In death’s other kingdom
Waking alone
At the hour when we are
Trembling with tenderness
Lips that would kiss
Form prayers to broken stone.

 

IV

The eyes are not here
There are no eyes here
In this valley of dying stars
In this hollow valley
This broken jaw of our lost kingdoms

In this last of meeting places
We grope together
And avoid speech
Gathered on this beach of the tumid river

Sightless, unless
The eyes reappear
As the perpetual star
Multifoliate rose
Of death’s twilight kingdom
The hope only
Of empty men.

 

V

Here we go round the prickly pear 
Prickly pear prickly pear 
Here we go round the prickly pear 
At five o’clock in the morning.

Between the idea
And the reality
Between the motion
And the act
Falls the Shadow
        For Thine is the Kingdom

Between the conception
And the creation
Between the emotion
And the response
Falls the Shadow
        Life is very long

Between the desire
And the spasm
Between the potency
And the existence
Between the essence
And the descent
Falls the Shadow
        For Thine is the Kingdom

For Thine is
Life is
For Thine is the

This is the way the world ends 
This is the way the world ends 
This is the way the world ends 
Not with a bang but a whimper.

 

* Incluido en Poesía reunida (1909-1967), traducción de José Luis Rivas (UV/UAM, 2024).

 

 


Autor

T. S. Eliot

/ Saint Louis, Estados Unidos, 1888 – Londres, Inglaterra, 1965. Poeta, ensayista, dramaturgo y traductor. Figura capital del Modernism y de la poesía en inglés del siglo XX. Autor del famoso ensayo “Tradition and the Individual Talent” (1919) y de los poemarios The Waste Land (1922) y Four Quartets (1943). Recibió en 1948 el Premio Nobel de Literatura y la Orden del Mérito del Reino Unido, y en 1954 fue elegido miembro de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias.

febrero 2025