Por Abel Vázquez
Revista Kokoro. Agujeros
Número 8, octubre de 2014
Kokoro nace en un bar. Las acaloradas charlas entre Lola Nieto y Antonio Rodríguez forjaron las bases sobre las que se construiría esta publicación cuatrimestral que vería su primer número publicado en junio de 2012 y que versaría en un tema particular por cada entrega.
Hoy en día, después de ocho números editados, Kokoro nos presenta su más reciente ejemplar en el que poetas, narradores, traductores, pintores, críticos y ensayistas aparecen de forma intermitente, y en ocasiones repetitiva, para celebrar el tema que los cohesiona: los agujeros.
La revista incluye la recopilación poética de varios escritores en la cual los agujeros funcionan como motivo para incluir tópicos, imágenes e influencias de distinta índole. En Nueve meses sin lenguaje, David Leo nos ofrece un yo poético cuyas memorias quedan fragmentadas y en donde cada estrofa parece un hueco que la voz lírica intenta aclarar. Rubén Martín parte de los agujeros para explicar su reacción ante la obra pictórica Anticorps, de Antoine d’Agata, con lo que logra encadenar las percepciones del yo lírico sobre el mundo natural y la humanidad, hasta fundirse con el otro mientras retratar sensaciones y emociones. En lo más raro que sé, de Ángela Segovia, el espacio se mezcla con la luz para dejar paso a reflexiones sobre la muerte. La niña la vieja la bruja, de Sara Torres, se aproxima a la estructura narrativa para crear un poema en el que los espacios cumplen la función de puntos y comas, así, se gesta un proceso de trasformación entre niña, niña vieja, niña bruja, vieja niña, vieja bruja para finalizar con la bifurcación de las tres entidades que, de un modo u otro, siguen formando uno. María Salgado se centra principalmente en la distribución del poema y los juegos tipográficos, mientras que Teresa Soto incluye ilustraciones de Nicholas Callaway en su obra.
De particular interés es la aportación de Antonio F. Rodríguez, quien en La trepandera recrea la biografía de una poeta homicida llamada Nastasia Bolodinova que sirve de preámbulo para el apartado consecutivo: una extensa muestra poética de la escritora asesina.
Kokoro también incluye traducciones de poemas en lengua francesa e inglesa, de un manga titulado Junji Ito y un ensayo de Julia Kristeva sobre los espacios de la erótica mística; el argumento del manga Mushishi y la incorporación de la obra pictórica de Joaquín Manzi, un video con narrativa en forma de verso, un reportaje sobre las muñecas de porcelana y dos narraciones.
Así, Kokoro va más allá de muchas publicaciones actuales, pues armoniza de forma coherente artes y expresiones actuales. Algunos textos conjugan herramientas de distintos géneros literarios y por tanto, se vuelven híbridos multidisciplinarios que no pueden clasificarse sin dejar a un lado elementos relevantes.