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Por Abel Vázquez Barrera |
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No. 65 / Diciembre 2013-Enero 2014 |
Carlos Pérez Vázquez (1971), abogado y poeta, ha condensado una década de experiencias, impresiones y conocimientos bajo un nuevo concepto que no sólo se define a sí mismo, sino que también sirve para titular su más reciente poemario: La caja X. Obra en la que la poesía se origina bajo el acto de aprehender la realidad a través de la mirada; con la que se perciben sentimientos y efímeros instantes que más tarde encontrarán resguardo en la memoria. El poema “Intento vertical” resume lo anterior claramente:
El poemario está dividido en dos apartados. En el primero, “Algunos pasos”, el poeta hace un recuento de distintos lugares pueden ser espacios comunes como calles, parques, aviones y casas o regiones bien delimitadas por la geografía como Turquía o Gran Bretaña; en los cuales, la inocente mirada de la voz lírica describe entidades y emociones que van perdiendo importancia a través de la cotidianeidad. “Örtakoy” y “British library” son algunos de los mejores ejemplos en este sentido. En la segunda parte, “También el polvo”, la mirada de la voz lírica se aleja de los espacios habituales y de las entidades meramente intangibles como el silencio y los nombres para versar en la cosmología de dos tradiciones que a pesar de sus diferencias, encuentran puntos en común dentro del poemario. Por un lado, se encuentran los doce animales del horóscopo chino cuya descripción mundana los acerca a su condición natural.
Mientras que, por el otro lado, aparecen algunos de los signos zodiacales como Géminis, Acuario y Virgo junto al festejo de Halloween o la figura de Eurídice. Dado que el eje central del poemario parte de la mirada y del contenido de La caja X, sería ridículo intentar establecer un tema para todos los poemas que aparecen; no obstante, es posible establecer dos motivos que se repiten a lo largo de la obra: el silencio y la dicotomía soledad-espera. De este modo, es posible afirmar que La caja X, como conjunto, se nutre de la multiplicidad de focos, de interpretaciones y de situaciones que no sólo se funden con creencias ancestrales provenientes de oriente y que coexisten con las ideas de occidente, sino que además hacen de la mirada y de la memoria entidades vivas. Formado por 65 poemas, esta obra es, en conclusión, una forma de recordar los instantes, las tradiciones y las primeras impresiones que han perdurado a través del tiempo; centinela de memorias y experiencias “que a veces se libera / cuando la caja X se descuida.” |
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