Lenguas originarias
Por Kalu Tatyisavi
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![]() Hablar de Elicura es resaltar el silencio y la reflexión, es decir, el reposo de la palabra y su expresión en el tiempo como filosofía y pensamiento acumulado de su nación mapuche, su palabra destaca el cosmos como totalidad y el ser humano como parte, uniendo lo espiritual con lo terrenal, lo invisible con lo visible. |
No. 56/ Febrero 2013 |
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Lenguas originarias
Por Kalu Tatyisavi
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Hablar de Elicura es resaltar el silencio y la reflexión, es decir, el reposo de la palabra y su expresión en el tiempo como filosofía y pensamiento acumulado de su nación mapuche, su palabra destaca el cosmos como totalidad y el ser humano como parte, uniendo lo espiritual con lo terrenal, lo invisible con lo visible. Este pensamiento que las Ancianas y Ancianos acumulan por su edad y convivencia con el entorno y por el contacto cotidiano con la naturaleza, este conocimiento que se genera cuando se observa el ciclo del agua, la sabiduría que se adquiere en la lectura del sol y que se plasma en el diálogo con la tierra, así, se dan cuenta que son seres temporales y que hay que vivir en armonía. ¿Qué diferencia hay entre el poeta mesoamericano Nezahualcoyotl y Elicura? El poeta texcocano decía: “¿Es verdad, es verdad que se vive en la tierra? ¡No para siempre aquí: un momento en la tierra!”. Ahora, Elicura dice: “La Belleza, ese transitorio temblor/ que interrumpe el diálogo entre nuestro/ espíritu y nuestro corazón/ para convertirlo luego en coros sublimes/ que dan sentido a nuestro breve transitar/ por la Tierra”. La Belleza con mayúscula, como fuerza y búsqueda, con su ambivalencia de vida y dolor, pero también la Tierra como fuerza dadora de alimento y color. Elicura no necesita mayor presentación, es reconocido y conocedor, ha viajado por varios países del planeta llevando su palabra; él mismo se define como oralitor, el decir y la memoria de su pueblo ahora transformado en literatura, no porque éste sea superior, sino que aquello fue anterior. También, ha publicado varios libros y sus poemas han sido traducidos en varias lenguas, además, es músico y traductor a su lengua de Pablo Neruda. Así, en sus poemas intenta la fusión y la restitución, el diálogo entre el cuerpo y lo externo, la completud y la unidad simultáneamente: “El cuerpo, dice:/ Yo soy el árbol condenado a ser/ un árbol sin raíz […] El Espírtu, responde:/ es bello tu canto y tan profundo/ como las raíces que te sostienen”. Esto lo dice en su poema El árbol de la ternura. La nación mapuche, como todas las naciones originarias en lo que hoy es Latinoamerica dueron invadidas y masacradas por la modernidad europea desde el siglo XVI, hoy existe en esencia este proceso colonial, por eso, los mapuches resisten, reclama sus derechos, dicen, saben que su destino está entre sus manos, se aferran a su historia. Buscan la autodeterminación como una posibilidad para que sean ellos mismos quienes decidan su presente y futuro desde el asidero de su cultura y lengua. Suele suceder que algún color se fija dentro de nosotros y es el filtro por el cual miramos la realidad, así parece suceder con el color azul en Elicura, quien abreva de la naturaleza y su inmensidad, en el azul del cielo, del agua y de la lejanía. Para él, sus poemas tratan de decir, son el reflejo, por eso: “Está[n] diciendo”, como concluye en dos de estos poemas. Me viene a la mente la fuerza de la imagen en la primera estrofa del poema La primavera de Pablo Neruda: “El pájaro ha venido/ a dar la luz:/ de cada trino suyo/ nace del agua”. En su poema Luna azul, Elicura hace hablar a la luna que sueña con estar llena y conversa con la estrellas hasta el amanecer. Así es el ciclo para quien juega y palpa lo que sucede y existe a su alrededor, para quien concoce la fuerza de lo natural existente a su alrededor. En esencia es la restitución y el abrazo con uno mismo, porque somos caminantes en busca de un camino, somos seres capaces de apreciar el canto de los pájaros y del aire; el hablar milenario está en todas partes para quien sabe escucharlo y lo respeta, esto es lo que ha perdido el hombre contemporáneo y racional en su empeño de acumulación y dominación. ¿Qué más se le puede pedir a un poeta que no solamente es testigo de la lucha de su pueblo?
Kallfv kvyen mew Vlkantulen amun Luna azul Cantando voy Feyti wvlloñ poyen chi aliwen Feyti kalvl, feypi: Ti Pvllv, pi: El árbol de la ternura El cuerpo, dice: El Espíritu, responde: Kvmeke az, fey ta rupakechi nvyvn Pefalniyeel, Wenu lewfv fey chi Wenu Lewfv La belleza, ese transitorio temblo En lo visible, Wenuleufv el Río del Cielo |
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